¿A qué fue el papa Francisco a Canadá?

Publicado en La Silla Rota, 27 de julio de 2022

“La visita del Papa ha sido una bendición, sus palabras han sido palabras de curación”, dijo el jefe indígena Wilton Littlechild, “Águila Dorada” en lengua Cree.

Pasadas las 9 horas del domingo 24 de julio, el papa Francisco abordó el Airbus A330 de la compañía Ita Airway -antes Alitalia-, iniciando su 37º viaje apostólico, uno de los viajes más largos de su pontificado, visitará Edmonton, Maskwacis, Quebec y luego Iqaluit, cerca del Círculo Polar Ártico.

Esta vez lo vimos subir por la escalera sin cargar su austera maleta negra, ahora fue distinto fue auxiliado a través de un ascensor y con silla de ruedas; la aeronave despegó desde el aeropuerto de Fiumicino en Roma y se dirigió rumbo a Edmonton, provincia de Alberta, Canadá, donde fue recibido por líderes indígenas, así como diversas autoridades civiles y religiosas, entre quienes se encontraba el primer ministro, Justin Trudeau y el Nuncio Apostólico Mons. Ivan Jurkovic.

Lo más impresionante fue cuando un grupo de 5 indígenas entonó un canto en lengua nativa, acompañado de un instrumento de percusión similar a un tambor. Algunos se acercaron al Papa para saludarlo, quien conversó brevemente con ellos y les obsequió rosarios, a uno de ellos le beso la mano…

Este viaje es una peregrinación penitencial ya que espera Francisco contribuir al camino de sanación y reconciliación con las comunidades indígenas: “Vengo entre ustedes para reunirme con los pueblos autóctonos. Espero que, con la gracia de Dios, mi peregrinación penitencial pueda contribuir al camino de reconciliación ya iniciado. Por favor, acompáñenme con la oración”.

El Papa Francisco viajó más de 8 mil kilómetros con un sólo propósito: ir a pedir perdón a las comunidades indígenas de Canadá, y por el doloroso capítulo de las “escuelas residenciales” para niños indígenas, un sistema de asimilación cultural que causó la muerte de muchos menores.

Hay que decir que desde el siglo XIX y hasta la década de 1970 del siglo pasado, más de 150 mil niños indígenas fueron obligados a asistir a internados cristianos financiados por el Gobierno canadiense en un esfuerzo por asimilarlos a la sociedad. Dicho sistema de “asimilación cultural” causó la muerte de al menos 6 mil menores por golpes, enfermedad, desnutrición, negligencia, racismo, o abusos sexuales y creó un trauma generacional.

Casi tres cuartas partes de las 139 escuelas residenciales estaban a cargo de congregaciones misioneras católica; las demás eran operadas por otras iglesias como la presbiteriana, anglicana y la Iglesia Unida de Canadá.

El primer ministro Justin Trudeau expresó hace un año que “el mayor error que ha cometido este país es la asimilación forzosa de los menores indígenas a través de los internados”. Los expertos calculan que más de 6 mil niños fallecieron en estos sitios. El hallazgo de más de 1,400 tumbas sin marcar desde mayo de 2021 en terrenos de estas antiguas instituciones confirmó el horror del informe publicado en 2015 por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación.

El Gobierno de Canadá admitió su papel de aislar a los niños nativos de sus hogares, de sus familias y de sus culturas, y que el abuso físico y sexual proliferaba en las escuelas, donde los estudiantes eran golpeados por hablar su idioma nativo.

¡Inenarrable!

Ese legado de abuso y aislamiento ha sido citado por los líderes nativos como una causa del alcoholismo y la adicción a las drogas que se ve ampliamente en las reservas indígenas en 2022.

Los líderes indígenas lo han llamado correctamente una forma de genocidio cultural.

Además, muchos de los niños nunca regresaron con sus familias.

En mayo del año pasado, se difundió la noticia de que se habían descubierto tumbas sin marcar en la escuela residencial Kamloops que contenían los restos de niños indígenas, en los terrenos de una antigua escuela residencial en la Columbia Británica, sin embargo, un año después, no se han descubierto cuerpos en el sitio. Hasta el momento no está claro si las tumbas que se dice que se descubrieron allí existen realmente.

El lunes pasado, Francisco visitó la escuela residencial Emineskin en Maskwacis, que cerró y fue demolida alrededor de 1976, y rezó en el cementerio cercano.

Al disculparse por el papel de la Iglesia Católica en el funcionamiento del sistema de escuelas residenciales patrocinado por el gobierno de Canadá, lamentó Francisco la “destrucción cultural y la asimilación forzada” infligida a los pueblos indígenas del país. Los niños indígenas fueron separados de sus familias y se les prohibió hablar sus idiomas nativos.

Como “punto de partida”, el Papa pidió “una investigación seria sobre los hechos del pasado y ayudar a los sobrevivientes de las escuelas residenciales a experimentar la curación de los traumas que sufrieron”.

En 2005 -hace 17 años-, se creó la comisión de reconciliación como parte de un acuerdo de demanda colectiva de 5 mil millones de dólares canadienses, el más grande en la historia de Canadá.

Dos años después, en 2007, tras años de protestas y batallas judiciales, se firmó un acuerdo entre ex alumnos, representantes federales y grupos religiosos. Ottawa y las Iglesias protestantes -presbiterianos, anglicanos y demás-, se disculparon y cubrieron sus montos de indemnización, pero no las autoridades católicas en Canadá. No recuerdo qué dijo entonces el papa Benedicto XV.

El primer ministro Trudeau y políticos de la oposición manifestaron que el Papa debía dar el paso para la reconciliación. Recordemos que, en aquella avalancha de indignación, una decena de templos fueron consumidos por el fuego, mientras que otros sufrieron actos vandálicos.

A principios de este 2022, Canadá anunció que alcanzó finalmente lo que definió como el acuerdo más grande en la historia del país, al destinar 31 mil 500 millones de dólares para arreglar el sistema discriminatorio de bienestar infantil de la nación e indemnizar a los pueblos indígenas.

Y este año, a finales de marzo una delegación integrada por líderes indígenas y obispos canadienses viajó a encontrarse con el papa Francisco. El 1 de abril, Francisco se reunió con ellos en la Sala Clementina y en la audiencia les expresó su “vergüenza y dolor por el papel que algunos católicos, en particular los que tenían responsabilidades educativas, han tenido en todas estas cosas que les han herido, los abusos que ustedes han sufrido y la falta de respeto mostrada hacia su identidad, su cultura e incluso sus valores espirituales”.

Y agregó “por la deplorable conducta de estos miembros de la Iglesia Católica, pido perdón a Dios y quiero decirles de todo corazón que lo siento mucho. Y me uno a mis hermanos, los obispos canadienses, para pedirles perdón”. En ese momento, los representantes indígenas le pidieron que también pronunciara estas palabras en Canadá, como lo había recomendado la Comisión de la Verdad y la Reconciliación.

Francisco de inmediato transmitió su deseo de visitarlos.

Originalmente era para julio de 2023, pero después decidió adelantarlo un año; eso no podía cancelarlo como sí lo hizo con otros compromisos contraídos, y viajó aun con problemas en su rodilla derecha, iría a Canadá aun en silla de ruedas o con muletas. Eso era un asunto urgente.

Y desde que llegó a Canadá ha estado hablando del perdón, y lo hará toda la semana; expresó su “tristeza, indignación y vergüenza” por el papel de la Iglesia Católica en el abuso de niños indígenas canadienses… El papa se disculpó y prometió una “investigación seria” sobre lo sucedido.

“Pido perdón, en particular, por la forma en que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, sobre todo a través de su indiferencia, en los proyectos de destrucción cultural y de asimilación forzosa promovidos por los gobiernos de la época, que culminaron en el sistema de escuelas residenciales”, dijo el pontífice el lunes.

“Frente a este deplorable mal, la Iglesia se arrodilla ante Dios e implora su perdón por los pecados de sus hijos”, dijo el papa Francisco. “Pido humildemente perdón por el mal cometido por tantos cristianos contra los pueblos indígenas”.

A eso fue el papa Francisco a Canadá.

“La visita del Papa ha sido una bendición, sus palabras han sido palabras de curación”, dijo el jefe indígena Wilton Littlechild, “Águila Dorada” en lengua Cree.

Águila Dorada es Wilton Littlechild, estudiante en la Escuela Residencial Ermineskin, antiguo comisario de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, y uno de los que estuvo en el Vaticano el pasado 1 de abril. Su mensaje de bienvenida al Papa es directo, la traducción del original al español fue realizada por el director editorial de ZENIT…

El Papa dejó Maskwacis, sigue en Quebec y luego irá a Iqaluit, cerca del Círculo Polar Ártico; estará allá hasta el domingo.

Dirá muchas cosas más…

Sigo de cerca su viaje apostólico desde Contextos de la Palabra.