El arzobispo Rogelio Cabrera, López presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (EM), afirmó que el país se encuentra en “terapia intensiva” ante la “realidad de inseguridad y violencia que crece desmedidamente, obligando a nuestro pueblo a vivir con miedo, con dolor e incertidumbre”.

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En una reunión con medios de comunicación, el presidente de la CEM y el secretario general, Alfonso Miranda, dieron lectura a su mensaje de año nuevo, en el cual destacaron que México tiene que afrontar diferentes pruebas y adversidades, las pocas oportunidades de trabajo y educación, la alta inseguridad, así como la llegada del nuevo gobierno con el que se tienen “incertidumbres y esperanzas”.

Por eso manifestaron que, ante ese panorama, “vemos con inquietud que nuestro pueblo reclama una Iglesia cercana y de acompañamiento”, por eso aseguraron que la iglesia Católica “está comprometida con aportar todos sus recursos para el bien común, con sus enseñanzas, su pastoral y su doctrina, abriendo espacios para el encuentro, el diálogo y la construcción de paz”.

Es su “deber”, indicaron, mantener el Plan de Construcción de Paz de la Iglesia, con el cual, en colaboración con el gobierno y la sociedad civil, se podrá “avanzar en la superación de la violencia y la consolidación de la paz”.

Destacaron que los obispos seguirán trabajando para apoyar a los migrantes que llegan al territorio mexicano, pues “hoy más que nunca… nos inquieta el “grito estremecedor” y “el sufrimiento de quien busca mejores condiciones de vida” al intentar “cruzar la frontera para trabajar y contribuir al bien común”.

En conferencia de prensa, Cabrera López destacó que ningún gobernante puede resolver la violencia que se vive en el país en un mes, “el presidente no tiene la lámpara de Aladino, se necesita tiempo” y la colaboración de toda la ciudadanía para generar una cultura de paz.

Respecto a los despidos que se han realizado en instituciones públicas, Cabrera López solicitó a las autoridades analizar los casos y respetar los derechos de los trabajadores. Pero advirtió que se debe acabar “con la corrupción laboral”.