Católicos y salvacionistas, junto con otros cristianos, reconocen que los necesitados tienen un lugar especial en el corazón de Dios, tanto que el Señor Jesucristo se hizo pobre por nosotros. (cf. 2 Co 8, 9)
Papa Francisco
El viernes 8 de noviembre, el papa Francisco recibió en audiencia en el Palacio Apostólico a una delegación del Ejército de Salvación, encabezada por el nuevo superior, el general Brian Peddle.
La última vez que el Pontífice se había reunido con ellos fue en diciembre de 2014. Los conoce muy bien, ya que cuando tenía 4 años –y gracias a su abuela– recibió de ellos la primera lección de ecumenismo.
El Ejército de Salvación es un movimiento internacional cristiano de caridad, con un sistema distintivamente militar en su estructura y organización.
Fue fundado en 1865 por el pastor metodista William Booth y su esposa Catherine Booth.
Sin embargo, es mucho más conocido como organización no gubernamental de beneficencia social privada. Es un grupo centralizado con un solo general. Su cuartel general se encuentra en Londres, Inglaterra, desde donde se dirigen sus miles de unidades alrededor del mundo.
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Actualmente, sirve en más de 130 países, tiene alrededor de un millón de miembros y emplea alrededor de 175 idiomas. Junto con la predicación de la Palabra de Dios, emprende obras sociales de diversa índole, como escuelas, hogares para niños, albergues para personas sin hogar, hospitales y programas de emergencia para desastres, entre otros.
One of the General’s responsibility is to share the Army Story. Pleased to present the Pope with a copy of our Yearbook which records our footprint in 131 countries. God bless the Salvation Army. @SalvArmyIHQ pic.twitter.com/dMRfHbBhIT
— General Brian Peddle (@GeneralBPeddle) November 9, 2019
El Papa Francisco se dirigió al general Peddle, quien es el dirigente mundial del Ejército de Salvación desde agosto de 2018.
Le dijo:
“Me complace tener esta oportunidad para renovaros, así como a todos los miembros y voluntarios del Ejército de Salvación mi grato aprecio por vuestro testimonio sobre la primacía del discipulado y el servicio a los pobres que os hace un signo reconocible y creíble del amor evangélico, en obediencia al mandato del Señor: ‘Amaos los unos a los otros. Como yo os he amado, así también debéis amaros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos’” (Jn 13, 34).
“Me viene en mente la sabia expresión de su predecesor, señor general, cuando nos encontramos hace cinco años: ‘la santidad trasciende las fronteras confesionales’. La santidad que se manifiesta en acciones concretas de bondad, solidaridad y sanación habla al corazón y da testimonio de la autenticidad de nuestro discipulado. Sobre esta base, los católicos y los miembros del Ejército de Salvación pueden ayudarse mutuamente y colaborar cada vez más con respeto mutuo, también en la vida de santidad”.
Francisco agradeció al Ejército de Salvación lo que está haciendo en esta ciudad en beneficio de las personas sin hogar y marginadas.
“¡Que Dios bendiga vuestro esfuerzo!”, les dijo.
El Ejército de Salvación tiene registro como asociación religiosa en México y hace un gran trabajo social.