¡Detengámonos por favor!, la guerra pidió Francisco.

En la audiencia general de este miércoles 7 de septiembre, el papa Francisco regreso  a la Plaza de San Pedro, con la  entusiasta presencia de numerosos fieles y peregrinos de distintas partes del mundo.

El Papa pronunció su segunda catequesis en la serie sobre el discernimiento, inspirándose en el ejemplo de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía  de Jesús cuando, en un “episodio decisivo de su vida”, Ignacio se encuentra en casa convaleciente, después de haber sido herido en batalla en una pierna. Para liberarse del aburrimiento pide leer algo. “A él, dice el Papa, le encantaban los cuentos de caballería, pero lamentablemente en casa había solo vidas de santos”.

Y agrega: “Un poco a regañadientes se adapta, pero durante la lectura comienza a descubrir otro mundo, un mundo que lo conquista y parece competir con el de los caballeros. Se queda fascinado por las figuras de San Francisco y de Santo Domingo y siente el deseo de imitarles. Pero también el mundo caballeresco sigue ejerciendo su fascinación sobre él. Y así siente dentro de sí esta alternancia de pensamientos, los caballerescos y los de santos, que parecen ser equivalentes”.

De nuevo Ucrania

Al concluir la audiencia Francisco recordó a “la martirizada Ucrania” y rezó a la Virgen María para que cada uno pueda ser constructor de paz al difundir “proyectos de concordia y de reconciliación”.

“No me olvido de la martirizada Ucrania. Allí hay banderas”, indicó el Papa ante los miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro: “Hoy estamos viviendo una guerra mundial, ¡detengámonos por favor!”, advirtió el Papa.

Encomendó a la Virgen María “las víctimas de toda guerra, especialmente el querido pueblo de Ucrania”.

Al finalizar la audiencia, el papa jesuita envió un saludo especial a todas las madres del mundo, especialmente a las que sufren por sus hijos.

Lo hizo durante su saludo a los peregrinos de lengua italiana, a quienes recordó que mañana, 8 de septiembre, la Iglesia celebra la Natividad de la Virgen María.

“Quisiera mostrar mi cercanía a todas las madres, especialmente a aquellas que tienen hijos que sufren; hijos marginados, hijos enfermos, e hijos encarcelados”.

A continuación, pidió una oración por aquellas madres cuyos hijos han sido detenidos, para que no pierdan la esperanza.

“Desgraciadamente en las cárceles hay tanta gente que se quitan la vida, a veces también los jóvenes”, lamentó el Papa.

La Iglesia recuerda el día del nacimiento de la Virgen María cada 8 de septiembre.Esta celebración es conocida en Oriente desde el siglo VI y fue fijada el día con el que se abre el año litúrgico bizantino.