Robos y extorsiones a los sacerdotes y en las iglesias. Foto: Jose Aguilar en Pixabay
Robos y extorsiones a los sacerdotes y en las iglesias. Foto: Jose Aguilar en Pixabay

Robos y extorsiones a los sacerdotes y en las iglesias

Alguien podría decir: “¡Nada nuevo! ¿De qué se extrañan? Pues es verdad. Esto se viene dando desde hace años y, si bien, los obispos han levantado la voz, poco se ha hecho por evitar semejante situación. Ayer el Arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, ofreció una rueda de prensa condenando estas agresiones. Doña Chonita diría: “esos malvados delincuentes, ni a Dios le temen”. Pues así es. Antes existía el así llamado “temor de Dios” y el miedo a un castigo y que te fueras de “patitas” al infierno. Hoy ese “cuento” los jóvenes y no tan jóvenes, ya no lo creen. Así que deberían cambiar de discurso y tomar otras medidas más contundentes. Nos referimos a buscar las causas de la pobreza, las extorsiones y un sinfín de males que nos aquejan. Todo comienza en la desintegración familiar y la poca atención a los jóvenes en situaciones vulnerables. Si queremos un cambio, este no vendrá con palabras bonitas, sino con acciones que ayuden a solucionar los problemas en los que estamos inmersos. Para ello necesitamos que todos arrimemos el hombro y no le dejemos al “papá” gobierno las soluciones. Todos somos parte del problema y de la solución también.

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El ya famoso TMEC y las letras no leídas

Parece que una de nuestras características naturales es justificarnos y echarle siempre la culpa a los otros. Resulta que ahora nos dicen que en la aprobación, o mejor dicho, ratificación por parte de los gobiernos de USA, CANADA Y MÉXICO no estaban incluidos los inspectores laborales y que eso se lo sacaron de la manga los “gringos”. Que México nunca va a aceptar inspectores de ese tipo. El tiempo nos lo dirá. Y claro está, no se llamarán “inspectores”, tal vez le podrían poner el nombre de “asesores” en materia laboral. ¡Qué más da! Lo que no nos cabe la menor duda es que ya lo aprobó el Senado de México y si estaba en la letra “pequeña” y no vieron, es su bronca. Al fin de cuentas, no sabemos lo que hablaron y qué acordaron. No perdamos el tiempo y esperemos que ese tratado comercial que nos lo han “vendido” como algo esencial para nuestro país, nos ayude de una vez por todas a salir adelante de tanta corrupción y engaño en los que han estado metidos nuestros sindicatos y organizaciones empresariales.

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El ITAM y sus problemas

Estos días está siendo noticia esta institución académica de prestigio internacional y, claro está, también nacional. Pero las noticias no han sido tan buenas para esta prestigiosa universidad, especializada principalmente en temas económicos. De ella han salido brillantes economistas y secretarios de estado. Sin embargo, nos entristece que últimamente ha habido suicidios. Unos dicen que a causa del estrés causado por las exigencias de los profesores. Otros, dicen que se deben a causas genéticas y de otro índole. Sea lo que sea, los números ahí está. Leímos recientemente en el periódico El Universal un artículo de uno de los egresados del ITAM, economista y escritor, llamado Carlos Alejandro Noyola y nos llama la atención la manera que describe su paso por el ITAM. Uno lo lee y parece que allí lo que se vive es un régimen de terror y humillación, como él comenta. No nos corresponde juzgar a nadie, pero esto nos hace pensar que nuestro sistema educativo y sobre todo en los posgrados, no están enfocados a hacer investigación seria, sino a pasar unas materias y hacer una tesis para conseguir un título y luego entrar a trabajar en una empresa de prestigio. Por otro lado, pocos de los profesores, según nuestra experiencia, son humildes y sencillos. Presumen de sus títulos en universidades prestigiosas internacionales, sin embargo, el “amor” a la materia que enseñan, deja mucho que desear. En fin, es hora de plantearse otras formas de educación y aprendizaje donde los alumnos no se conviertan en objetos, sino en sujetos. Es decir, donde maestros y docentes, juntos contribuyan al bien de la sociedad.

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Cardenal Aguiar y el caso “García Luna”

Parece que el cuento no termina y la cola es muy larga. Larga porque muchos le interesa alargarla y que la tinta corra aunque las fuentes no se corroboren y con ello ensucien o enturbien a personas que no tienen “vela en ese entierro”. Resulta que aparece un artículo en la revista Proceso donde se habla, claro está y no podía faltar, el caso García Luna. Y mencionando al autor de un libro que escribió tiempo atrás, se dice que el Cardenal Carlos Aguiar, entonces, Arzobispo de Tlalnepantla y Presidente de la CEM (Conferencia del Episcopado Mexicano) le había advertido al entonces electo presidente Felipe Calderón que el señor García Luna era, podríamos decir, un “delincuente” y con nexos con el narcotráfico. Esto es una gran mentira porque el arzobispo Aguiar en aquel entonces, nunca se entrevistó con el autor del libro que hoy cita la revista Proceso. Es una lástima que no vayan a las fuentes de las noticias y se ponga en la opinión pública algo que nunca se dio. No sabemos si por sobresalir o por qué razón suceden estas cosas. Lo que indica que hoy más que nunca debemos escrutar bien lo que recibimos para no dejarnos llevar por informaciones sensacionalistas y de poco importancia periodística.