En la columna El Cenote Sagrado del 18 de febrero: Maternidad subrogada; Los taxis y las plataformas APPs; El robo en las iglesias; La Arquidiócesis de México se une al reclamo por la muerte de Ingrid y Fátima
En la columna El Cenote Sagrado del 18 de febrero: Maternidad subrogada; Los taxis y las plataformas APPs; El robo en las iglesias; La Arquidiócesis de México se une al reclamo por la muerte de Ingrid y Fátima

Maternidad subrogada

Hemos escuchado muchas veces este término, pero no siempre sabemos exactamente qué significa y cuáles son las implicaciones que tiene, tanto en las familias como en la misma sociedad. La maternidad subrogada consiste en la transferencia de embriones humanos a una mujer quien, al término de la gestión, dará un bebé a otra persona o pareja que se asumirán como progenitores. Una diputada del PAN, Esperanza Villalobos, quiere presentar al pleno una Ley de Maternidad Subrogada y establecer requisitos para su práctica. Hasta aquí todo bien, sin embargo, este tema deja más dudas que respuestas. Es cierto que hasta ahora no hay leyes que regulen lo que ya se está haciendo en la práctica. Matrimonios que no pueden tener hijos recurren, cuando la adopción es casi imposible en parejas bien establecidas, a pedir a mujeres, muchas veces necesitadas, para que presten su vientre y gestar una vida que luego dará a la pareja que la “contrató”. Esta práctica, común y por dinero, ha causado muchos problemas y conflictos porque a veces las madres que dan a luz, ya no quieren entregar a esos hijos que llevaron en su vientre. Pero, sería mucho más efectivo que se reformaran las leyes de adopción para que las parejas pudieran adoptar sin tantas dificultades y burocracia. Hay muchos niños, más de dos mil, en el DIF y pasan años para que una pareja pueda adoptar. Evitemos la “compra de vientres”, pero favorezcamos las leyes que ayuden a las parejas a recibir en su seno a una criatura que la naturaleza nos les pudo dar.

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Los taxis y las plataformas APPs

Con la entrada de los nuevos servicios de trasporte de pasajeros con sus aplicaciones digitales como Uber, Didi, Cabify y otros más, los taxis tradicionales se vieron amenazados. Esto ha sucedido en todas las partes donde se instalaron estas empresas que vieron una oportunidad de prestar un servicio cómodo y seguro a los pasajeros que no siempre lo encontraban en el transporte tradicional. Los taxistas  protestaron porque se vieron copados por esta nueva manera de transportarse. Los pasajes disminuyeron y sus ganancias también. De parte de las autoridades se les invitó a renovarse y crear una plataforma que compitiera con las ya existentes. Pero resultaba casi imposible, porque como buenos mexicanos, nos gusta ser “yo”. ¡Cómo voy a compartir con alguien lo que considero mío! Eso nunca. Claro está que así nos va. Nuestro egoísmo nos hace “chiquitos”, “raquíticos” y a veces, “pusilánimes”. Ahora nos enteramos que por fin, ya se ha creado una plataforma donde más de ocho mil taxistas, de los setenta mil, que operan en la ciudad, se han agregado a esta plataforma donde uno pide el taxi y el más cercano llegará para prestar dicho servicio. ¡Felicidades a los que tuvieron esta iniciativa y a todos los que se han subscrito a ella. Ojalá que sea el principio de un cambio en nuestra forma de pensar. Experimentando que, unidos, no nos vencerán. Divididos, estaremos muertos.

El robo en las iglesias

Ha sido algo cotidiano escuchar que en las Iglesias se robe arte sacro y objetos sagrados. De parte de las autoridades tanto federales como locales, no se han tomado medidas contundentes; por otro lado, también los responsables de las Iglesias, es decir, los curas con sus sacristanes, no le dan tanta importancia a las obras de arte que deberían cuidar con esmero. En épocas pasadas el INAH había solicitado a las autoridades eclesiásticas que se firmara un convenio para proteger el arte religioso en las Iglesias. Solo que el tal convenio hacía responsables a los párrocos de la instalación de un circuito de cámaras conectado a una central de alarmas. Hasta aquí, todo perfecto, solo que dicha instalación y mantenimiento tendría que correr por parte de la Iglesia correspondiente. Creyeron que no era justo y nunca se firmó dicho convenio. De nueva cuenta y ante los robos habituales que se vienen dando y cada vez con mayor frecuencia, la autoridad civil busca una forma de proteger el patrimonio cultural religioso en nuestra nación. Creemos que la responsabilidad es tripartita: Federal, Local y Eclesial. Ojalá se pongan de acuerdo para que no sigan esquilmando los ladrones el rico arte sacro que poseemos en México.

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La Arquidiócesis de México se une al reclamo por la muerte de Ingrid y Fátima

Ayer la Arquidiócesis de México emitió un boletín de prensa donde manifiesta su pesar y condena por los actos que terminaron con las vidas de Ingrid y la niña Fátima.

Además de hacer un llamado a las autoridades para que se esclarezcan estos crímenes y se atrapen a los delincuentes de Fátima, también, en el mismo comunicado dice que la Arquidiócesis se compromete a “fortalecer las acciones pastorales para contribuir e impulsar en la sociedad un ambiente de respeto a la dignidad de toda persona, al fortalecimiento de las familias y a la educación para la paz y la justicia”. Bueno, creemos que es mucho prometer. Pero no nos dicen, cómo lo van a hacer. Si este comunicado se hizo para no quedarse atrás de lo que otras organizaciones e instituciones han venido diciendo, poca trascendencia tendrá. Lo que importa es ver cómo se comprometen las autoridades eclesiásticas en todo lo que dicen. De lo contrario, como suele suceder, todo será inflacionario. Queremos ver los pastores más comprometidos con los problemas de su gente. Los discursos y las bonitas palabras siempre son bienvenidas, pero de qué sirven si no van acompañadas de acciones. Señores Obispos y señores curas y los que los rodean, pónganse a trabajar, hablen menos y hagan más.