En la columna El Cenote Sagrado del 22 de abril de 2020: Una más del Sr. Trump; Un llamado a “misa”; Sheinbaum y sus medidas; Iglesias cerradas, misas sin fieles, ¿qué viene después?
En la columna El Cenote Sagrado del 22 de abril de 2020: Una más del Sr. Trump; Un llamado a “misa”; Sheinbaum y sus medidas; Iglesias cerradas, misas sin fieles, ¿qué viene después?

Una más del Sr. Trump

Es todo un personaje sacado de una novela. El Sr. Trump no para de “twittear”  cuando las cosas no le salen como él quiere. Muy temprano hoy escribía que enviaría una carta soldados en la frontera con Guatemala, México está poniendo 57 mil soldados a servicio de Trump para guardar sus intereses. Ya se salió con la suya. Un día dijo que México iba a pagar el muro y ya lo está haciendo con los soldados mexicanos. Otras lenguas dicen que fue el pago del petróleo que puso EU en la cuota que la OPEP pedía en su reducción a México. “Sean peras o manzanas”, el caso es que muchos se preguntan dónde queda la tan sonada soberanía que tanto cacarean los políticos. Es lamentable que nuestro país haya caído tan bajo y además sometido por el vecino del Norte que siempre nos ha visto, no con muy buenos ojos, y sí como servidores a sus intereses. Un gobierno nacionalista como es el nuestro, nos sorprende con qué facilidad queda subyugado a los intereses  de un hombre que parece no tener escrúpulos con tal de sacar adelante sus planes. Necesitamos voces que se alcen en contra de cualquier sumisión que se le quiera imponer a nuestro país.

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Un llamado a “misa”

Nuestra Secretaria de Gobierno de la ciudad de México, la Lic. Rosa Isela viene haciendo llamados a los que se manifiestan en el Zócalo capitalino para que no se congreguen y así evitar el contagio del coronavirus. Pero esto que hace es como cuando tocan las campañas a misa, “todos escuchan, pero va el que quiere”. Se anuncian medidas, todavía no muy duras, para evitar los contagios, y no se ponen normas estrictas para que la gente no se manifieste. Parece una contradicción. Pero así somos los mexicanos: contradictorios en todo. Es cierto que esta gente que se manifiesta necesita presionar al gobierno para sacar adelante sus intereses, pero también es cierto que los líderes, si es que lo son –aunque lo dudamos-, deberían ver por los intereses de sus agremiados. Hoy más que nunca necesitamos ser solidarios y con la solidaridad viene parejo, la responsabilidad. México está pasando por una situación compleja donde están cuestionados sus sistemas de salud  y una eficiente gestión en tiempos de crisis. En caso que las cifras llegaran a ser como en otros países de Europa, nuestro país se colapsaría por completo y el desastre sería mucho mayor. Por eso, apelamos a la responsabilidad de los líderes, sus agremiados y a la misma población para no caer en un precipicio donde no nos podrían rescatar.

Sheinbaum y sus medidas

La tan anunciada fase 3 de la pandemia del coronavirus, finalmente de impuso. Con esta fase se anunciaron otras medidas más restrictivas para la población. Entre otras, el programa “No circula” se aplicará irrestrictamente a todos los vehículos. Así fue como lo anunció la Jefa de Gobierno. Ahí está su “video”. De inmediato se soltaron las alarmas porque, dicha así la noticia, parecía que ningún coche podría salir a la calle, excepto algunos casos de necesaria utilidad. Muy pronto tuvo que sacar en su twitter que la norma se aplicaba a la calcomanía del color correspondiente, es decir, que el coche que tuviera un color determinado no saldría fuera, aún con doble cero, o cero o que fuera, incluso, híbrido. Además se cerrarían ciertas estaciones del metro y metrobús que no tuvieran demasiada afluencia. Todo esto, según ella, para evitar mayores contagios. La ciudad de México tiene algo peculiar. Las distancias, el poco acceso al transporte público en zonas alejadas, etc. Entonces, ¿cómo podrá la gente llegar a sus puestos de trabajo, los que deben trabajar? Esto es lo que se pregunta la población y no encuentra fácil respuesta. Es cierto que debemos evitar contagiarnos y contagiar, pero también creemos que las medidas se deben pensar bien y mejor y no desde un escritorio donde la realidad se ve diferente. Señores gobernantes, piensen bien antes de tomar decisiones que luego tengan que revocar.

Iglesias cerradas, misas sin fieles, ¿qué viene después?

Esta es la pregunta que muchos se hacen y la respuesta no es nada fácil. Con motivo de la pandemia  las medidas que se impusieron, entre otras, fue cerrar los templos y lugares de culto. La gente no tenía conocimiento de algo así en la historia. De inmediato se pusieron a funcionar otras formas de responder a las necesidades religiosas de la gente. Y así, como en ocasiones, condenamos las redes sociales, ahora fueron bendecidas porque gracias a los medios digitales, los feligreses que deseaban, tenían acceso a actos religiosos por esta vía. Incluso el mismo Papa y los Obispos de las diócesis dieron por válidas las misas escuchadas por internet o televisión. Claro que nunca faltan las voces discordantes para alzar la voz y protestar porque decían que una misa sin público, no es misa y que también era una forma de degradar los sacramentos de la Iglesia. En fin, “nunca faltan prietitos en el arroz”. La pregunta que muchos se hacen, es: ¿qué pasará después de la pandemia cuando comience la desescalada? ¿Volverá la gente a las Iglesias como antes? Son preguntas que los mismos jerarcas de la Iglesia están analizando y que no saben cómo responder. Son tiempos diferentes y esta pandemia también, a las religiones les ha hecho cambiar el modo de transmitir su mensaje. Estamos en un cambio de época que tanto se ha anunciado. ¿Las Iglesias sabrán aprovecharlo y ponerse a tono con la realidad?