En la columna El Cenote Sagrado del 27 de mayo de 2020: Los gobiernos y sus críticos; Violencia en las familias; Nuevos partidos, ¿para qué?; El silencio de las iglesias. Foto: Chalisimo5 - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=82724960
En la columna El Cenote Sagrado del 27 de mayo de 2020: Los gobiernos y sus críticos; Violencia en las familias; Nuevos partidos, ¿para qué?; El silencio de las iglesias. Foto: Chalisimo5 - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=82724960

Los gobiernos y sus críticos

En el lenguaje taurino, dice un dicho que se puede aplicar a cualquier actividad, profesión y puesto gubernamental, dice así: “no es lo mismo torear que ver los toros desde la barrera”. En términos políticos podríamos decir que no es lo mismo gobernar que estar en la oposición. El político que está  en la oposición, siempre está viendo las fallas del gobernante y ya como gobierno, le costará aceptar las críticas de sus oponentes. Pues bien. Parece que eso es regla común en la gobernanza. Hoy escuchábamos como el Sr. Trump criticaba a Twitter porque dio como noticia falsa un mensaje del mandatario descalificando un mensaje sobre enviar el voto por correo en las próximas elecciones de noviembre. Del  Sr. Sánchez en España, podríamos decir otro tanto y, tampoco se queda atrás el Presidente de Francia y así podríamos seguir enumerando una lista grande. Los gobiernos siempre “tienen otros datos”, como diría alguien cercano a nosotros. Toman decisiones de acuerdo a esos datos que poseen, pero de ahí a que se molesten, a veces de manera grosera, a las críticas que les hacen, es otra cosa. No han entendido que gobernar es un arte. Volviendo al lenguaje taurino, es saber utilizar el “capote” para evitar el peligro y avanzar en las faenas. No se vale querer  recibir halagos cuando no te los mereces. Nuestro presidente de la 4T arremete contra quien se le ponga por delante y le diga las verdades que no quiere escuchar. Utiliza frases que ya aburren: “prensa conservadora”, “fifís”, “corruptos”… y todo repertorio que cada vez nos hace creerle menos. Gobernantes, acepten las críticas de sus críticos y den gracias porque solo aceptando lo que no se hace bien, se puede avanzar.

Violencia en las familias

De la Secretaría de Gobernación nos salen ahora con un spot  que nos hace reír. “Cuenta hasta 10 antes de contestar con violencia”. Parece que descubrieron el “hilo negro”. Este spot ya se utilizó en la década de los 90 y en aquel entonces sí dio resultado. Como las críticas no se hicieron esperar por este nuevo spot, parece que ya lo retiraron de escena. La Secretaria, Olga Sánchez Cordero, apremia que se aprueben leyes  en el congreso para erradicar la violencia y despenalizar el aborto y otras muchas leyes para favorecer la convivencia intrafamiliar. Esta Señora piensa equivocadamente que con leyes y normas “ad hoc”, se pueden solucionar todos los problemas intrafamiliares. No es por ahí, Señora Olga. El camino es otro. Se avanza educando a la gente. Facilitando políticas públicas que coadyuven a solucionar tantos problemas que se tienen en el entorno familiar. Desempleo, drogadicción, narcotráfico y un sinfín de males que padecemos, también son causantes de la violencia que muchas familias deben soportar día a día. Despenalizando el aborto o el uso de la marihuana  para uso lúdico como muchos pretenden, poco o nada solucionará la violencia intrafamiliar. Un empleo digno, bien pagado, una educación integral y una política social solidaria, erradicaría de raíz tantos males que hoy padecemos. Mientras nos quedemos en la ideología y los slogans “baratos” de una nueva transformación, los resultados serán mínimos, si es que se logra alcanzar alguno.

Nuevos partidos, ¿para qué?

No cabe la menor duda que tener un partido en México y no solo en México, en otras partes del mundo, es un negocio redondo. Los datos existentes nos arrojan que un número de 106 organizaciones manifestaron su intención de ser partido. De estos, 89 resultaron procedentes, otros no siguieron los trámites y 52 comenzaron las afiliaciones. Claro que de todos estos, solamente 7 terminaron el proceso y solicitaron el registro nacional como nuevos partidos. Pero, ¿lograrán su objetivo? ¿Cuántos? Por causa de la pandemia, muchas actividades, como en el INE, están paralizadas. Cuatro Consejeros de esta Institución ya salieron de ella por haber terminado el tiempo para el que fueron elegidos. La Cámara de Diputados no sesiona donde se harían los nuevos nombramientos para ocupar las vacantes que dejaron los Consejeros. Corren rumores que a Mario Delgado no le urge convocar una extraordinaria para sacar estos temas y de paso, darle largas de cara al proceso electoral del próximo año donde estarán en juego 16 gubernaturas, un gran número de Congresos locales y cerca de dos mil ayuntamientos. En fin, el próximo año será la “madre” todas las batallas electorales porque la oposición política y muchos que no pertenecen a ella, quieren a toda consta quitarle la mayoría a Morena en la Cámara de Diputados. No lo vemos fácil. Pero de aprobarse la participación de esos siete partidos, sí generaría una dispersión del voto en el Congreso. Habría que ver en un hipotético caso, con quién se aliarían para sacar las iniciativas que se vayan presentando. Sea lo que sea, de entrada, decimos que bienvenidos otras organizaciones políticas para que la ciudadanía tenga más opciones y los partidos tradicionales reflexión sobre su actuar en la vida pública.

El silencio de las iglesias

En otras muchas latitudes del planeta tierra, se anuncia la apertura de los templos. El Sr. Trump en EE.UU urgía que se abrieran porque, según él, la espiritualidad es parte esencial de la vida de las personas. No lo dudamos. En Italia, España y otros países de la Unión Europea se comenzaron a abrir por la presión de los Obispos, del clero y de la misma ciudadanía. Aquí en nuestro país, los Obispos parece que se quedaron mudos con la pandemia. Ni se les oye, ni se les escucha. Alguna que otra organización con tufillo derechista, se ha atrevido, no sin mucho, éxito, a levantar la voz y pedir que los templos vuelvan a su normalidad de las celebraciones diarias y dominicales. La autoridad competente, poco o nulo caso han hecho de tal petición. No dudamos que de manera furtiva, muchos templos estén dando servicios a la “carta” para, por qué no decirlo, sacar los gastos corrientes que no suelen ser pocos. Sin embargo, nos gustaría que una sola voz, con fuerza y firmeza presentara al Gobierno una sólida petición de aperturar los templos y así darle un “poco  de oxigeno” a la gente y a las economías parroquiales y diocesanas. Claro está, siempre guardando las medidas sanitarias que las autoridades de salud indiquen para que nadie salga perjudicado o contagiado con ese maligno virus.