En la columna El Cenote Sagrado del 29 de abril de 2020: ¿Castigo inmerecido?; ¿Para qué ocultar información?; ¿Habrá desaparecido la violencia en México?; Las derechas y sus
En la columna El Cenote Sagrado del 29 de abril de 2020: ¿Castigo inmerecido?; ¿Para qué ocultar información?; ¿Habrá desaparecido la violencia en México?; Las derechas y sus "piedades". Foto: "Los únicos comensales" por Eneas de Troya, en: https://www.flickr.com/photos/eneas/3493429844/in/photostream/ licencia cc 2.0

¿Castigo inmerecido?

¡No hay quién los entienda! Ahora nos salen con que van a castigar a las empresas que hayan despedido a empleados  sin motivo justificado. Pero, ¿quién define lo que es justificado y lo que no? Es pregunta. Habría que ir más al fondo de la situación. Preguntarnos dónde comenzó la crisis de empleo y cuáles fueron las causas que la originaron. Claro está que no hay que culpar más que a las políticas económicas que este gobierno viene implementado y que nos está llevando a la debacle económica. Es verdad que el maléfico virus que nos ataca por todas partes, vino a complicar la situación. Pero que de ahí, se castigue a las empresas que tienen que despedir a sus empleados porque no tienen liquidez para pagar la nómica, es cosa diferente. Dicen del SAT que 120 empresas han despedido a personal y que les van a hacer una revisión. Solo en la industria restaurantera ha bajado el consumo, según datos del INEGI, un 87%, aún con el dicho: “sólo para llevar”. Castigando no se resuelven los problemas. Esto es mucho más profundo y el gobierno no ha estado a la altura de las circunstancias de esta crisis. Bien dicen los empresarios que ya no esperan nada de los gobernantes y ahora acuñan el lema: “Empresarios para empresarios”. Tal vez en administraciones anteriores, los gobiernos de turno intervenían con fondos para paliar la situación, el actual dice que no lo hará. Eso sí, los proyectos sociales y a los que llaman “inservibles”, no le faltarán los recursos para seguir operando.

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¿Para qué ocultar información?

A raíz de una información que deambuló por las redes sociales y donde aparecían personajes de la vida política nacional, se supo que la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, había dado positivo del Covid-19. Esto se supo una semana más tarde y después que alguien publicara la foto. Pero ahí está el subsecretario estrella de la pandemia, el Dr. Hugo López Gatell diciendo que se sancionará a la persona o personas que dieron a conocer la foto y luego la difundieron. Tendrían que informarle al Subsecretario que cuando tomas una foto con tu celular puede quedar expuesta públicamente sin que uno siquiera esté enterado de que la foto difundida. Pero eso no es el problema. La pregunta que todo mundo se hace es por qué ocultaron la información de que la Secretaria había dado positivo al Covid-19. ¿Qué ganan con ocultar una noticia así que más temprano que tarde, todo el mundo lo iba a saber? ¿A qué jugamos? ¿Nos quieren tratar como niños a los que no se les puede decir todo porque a veces no pueden asimilar una noticia importante? Son preguntas que están en las calles y nadie sabe responder. Un gobierno que oculta información, no es un gobierno serio y en el que no hay que confiar. Es una lástima que sucedan estas cosas y lo peor es que nos quieran tratar como infantes inocentes. Deben entender que hoy todo se sabe. Muy pronto, cuando llegue la red 5G, se sabrá más y más rápido. Así que preparémonos.

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¿Habrá desaparecido la violencia en México?

El dichoso coronavirus nos tiene a todos eclipsados. Noticieros, redes sociales y “radios pasillo”, no dejan de hablar un “segundo” de la pandemia. Que si tantos son los muertos, que si el número de contagios aumentó, que si los hospitales están a tal capacidad de pacientes, que otros están saturados. En fin, este es el bombardeo diario que tenemos que aguantar. Pero nos preguntamos, ¿qué se dice de los homicidios que ocurren todos los días en el país? De eso nada. Algunos se alegrarán porque así el gobierno no recibe críticas de que no hace nada para parar la violencia. Hace unos días nos informaban que hubo más de cien muertos en un solo día. Más que los que mueren del coronavirus. Ya no hablamos de la violencia intrafamiliar en estos días de confinamiento. Si a esto le aunamos los robos en casa habitación, entonces los números se elevan demasiado. Estamos mal, muy mal. No nos cabe la menor duda. Es el momento de poner un alto y dar un giro total a los planes gubernamentales para erradicar la violencia. Deben de entender que el problema no es solo de los que gobiernan, sino que todos los ciudadanos debemos estar implicados en la solución. Parece que los gobernantes solo les gusta dar órdenes para que otros hagan el trabajo. No. Eso no es el camino. No podemos ser objetos de unos planes, queremos ser sujetos de los mismos. Estamos seguros que este giro cambiaría las circunstancias.

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Las derechas y sus “piedades”

Surge en varios países de índole católico grupos de personas, familias, niños, jóvenes que piden, solicitan que se abran los templos. Mejor dicho, que se les permita celebrar los sacramentos, concretamente la misa. Hasta ahí, no está mal. También ha surgido este movimiento en nuestro país. Lo que llama la atención es el “tufo” político que está detrás de  esos grupos que no dudamos que estén manipulados por grupos de derechas. Un ejemplo claro lo estamos viendo estos días en España donde un grupo político de ultraderecha que se denomina VOX, hace un llamado en ese sentido y utiliza a personas para que lo difundan. Aquí en México, no nos quedamos atrás y ya comenzaron a rondar por las redes estos videos que, incluso vienen de la Madre Patria, haciendo una invitación en el mismo sentido y forzar a las autoridades para que de nueva cuenta se abran las iglesias a las masas. No es el momento y cuando se abran, tendrán que hacerlo con las normas que se indiquen para no caer en un contagio masivo que sería peor que los anteriores. Señores de ideología política “derechista”, no usen la religión y la piedad de la gente para sus intereses. Si así lo hicieren, serían ustedes unas personas sin escrúpulos y de poco confiar.