En la columna El Cenote Sagrado del 4 de junio de 2020: ¿Aplaudimos a Anonymous?; Sólo eso nos faltaba; La UIF y los “hielos”; Mons. Felipe Arizmendi y su “atentado”
En la columna El Cenote Sagrado del 4 de junio de 2020: ¿Aplaudimos a Anonymous?; Sólo eso nos faltaba; La UIF y los “hielos”; Mons. Felipe Arizmendi y su “atentado”

¿Aplaudimos a Anonymous?

Si se preguntara a los expertos para que nos definieran a este grupo, la palabra que de inmediato nos dirían sería esta: “hackers”. Según datos, este grupo o movimiento virtual agrupados voluntariamente, y que su objetivo es defender el acceso a la información, la libertad de expresión y la independencia del mundo virtual. Su acción está enfocada al “hackeo” que hacen a empresas y organizaciones que, según ellos, violan los derechos humanos. Cuando se manifiestan utilizan una famosa careta de “Guy Fawkes”. Su lema, del grupo es muy curioso: “El conocimiento es libre. Somos Anonymous. No olvidamos. ¡Espéranos!” Lo interesante de esto es que los que pertenecen a esta agrupación no tienen identidad propia, jerarquía, tampoco hay un liderazgo presencial. Ni son políticos y no se ubican en un solo país. A simple vista, se pudiera pensar que actúan como “salvadores”. Tal vez el fin que buscan sea bueno, pero los medios que usan, son deleznables. Los gobiernos, empresas y particulares les temen porque en cualquier rato pueden quedar al descubierto sus “fechorías”. Sabemos que la justicia falla, que las leyes a veces les ayudan más a quien la elabora, pero de ahí a tomar la justicia por propia mano, hay un abismo. Grupos o comunidades al estilo de Anonymous, ocultándose detrás de la máscara, no merecen respeto, aunque sus fines sean loables. Todo ello viene a cuento de lo que está sucediendo en EU donde amenazan con poner al descubierto toda una trama de corrupción, que seguro, la hay.

Sólo eso nos faltaba

Las palabras: coronavirus y decesos, no las dejamos de escuchar ni un minuto. No hay conversación, bien sea cara a cara o vía telefónica o por chats, que no se mencione alguna de estas palabras o sus referencias. Ya no sabemos si los médicos de tanto repetir Covid-19 cuando deben escribir en su reporte algún fallecimiento, en automático, como el diccionario en la computadora, te dan por hecho la palabra “covid”. Han muerto personajes conocidos, como el mismísimo Héctor Suárez o el fundador del Museo de Antropología y nos tienen que aclarar que no murieron por Covid-19. Algo anda mal en las cabezas de los funcionarios cuando se tienen que hacer este tipo de aclaraciones. Parece que hoy todos mueren por covid y se tiene que llegar a un número para la estadística. Si el miedo que nos tiene ya atrapados no es poco, ¿para qué aumentarlo con la dichosa palabra Covid-19? La muerte nos acompaña todos los días, pero le tenemos miedo porque no sabemos vivir con intensidad la vida de cada día. Estamos tan atados a este mundo, que al saber que tenemos que dejarlo, nos traumamos y somos capaces de inventar cualquier justificación para no afrontar una realidad que tarde o temprano nos llegará. ¿Llamemos a las cosas por su nombre para aceptarlas como son! Si así lo hiciéramos, la vida sería mejor.

La UIF y los “hielos”

La palabra “congelar” se ha hecho muy popular desde que llegó el Sr. Santiago Nieto a esta Dependencia gubernamental. “Congelar” y “helar” pertenecen a la misma familia. Pero esta palabra “congelar” se ha utilizado para bloquear –en este y otros casos- cuentas de empresas, instituciones, personas físicas que en sus cuentas bancarias han hecho movimientos y transferencias que parecen sospechosas y que dan indicio a manejos de dineros mal habidos . El Director de la Unidad de Inteligencia Financiera, el muy temido por los que se portan mal, el Sr. Santiago Nieto, una vez más salta a la palestra por haber congelado 1939 cuentas ligadas al Cártel Jalisco Nueva Generación. Los que somos neófitos en estos temas nos preguntamos, ¿por qué no se hizo esto con anterioridad? Estamos seguros que cortando el flujo de los ingresos de los cárteles de la droga, se acaba el problema. Así se ha hecho en otros latitudes del planeta y ha dado buenos resultados. Saludamos esta acción y ojalá sea el principio de otras muchas acciones, no únicamente del Cártel de Jalisco Nueva Generación, sino a todos los grupos delictivos, -sea quien sea-, que actúan de forma dolosa y en detrimento de la gente.

Mons. Felipe Arizmendi y su “atentado”

Cualquiera diría: “¡Qué exagerados son algunos”! Es cierto que a muchos les encanta exagerar; a otros mentir o incluso calumniar. Resulta que el sábado pasado Mons. Felipe Arizmendi con algunos miembros de su familia regresaba a Toluca. En el camino a casa se toparon con una persecución de dos coches. Uno que iba persiguiendo a otro por circunstancias desconocidas. En fuego cruzado se impactó una bala en le parabrisas del coche de Mons. Arizmendi y dicha bala fue a parar al cuello del Prelado sin mayores consecuencias. El susto nadie se los quitó. Pero la narrativa popular de inmediato comenzó a sacar conclusiones. Como fue obispo de Chiapas, San Cristobal de las Casas, hoy ya emérito, algunos dijeron que había sido un atentado por su relación con aquellos lugares, en su tiempo conflictivos. Es más, algunos sin escrúpulos se atrevieron a mencionar que “tal vez el Obispo estaba metido en otros asuntos delicados. La mente es tan poderosa que nos podemos creer cualquier cosa que nos venga en gana. Informase, ¿para qué? ¿De qué sirve? Mejor quedarnos en nuestras fantasías que buscar la verdad. No. Ese no es el camino. Bien dijo Jesús de Nazaret que la verdad nos haría libres, pero como la libertad nos asusta, preferimos ser esclavos de la mentira que libres.