En la columna el Cenote Sagrado del 6 de marzo de 2020: El coronavirus y el hambre; Conmemorar o celebrar el 8 de marzo; La ONU, la libertad religiosa e igualdad entre sexos; El Papa y los católicos chinos
En la columna el Cenote Sagrado del 6 de marzo de 2020: El coronavirus y el hambre; Conmemorar o celebrar el 8 de marzo; La ONU, la libertad religiosa e igualdad entre sexos; El Papa y los católicos chinos

El coronavirus y el hambre

No hay un minuto que no nos hablen del coronavirus o COVID-19, como se le llama ahora. En China, foco de la infección ya van más de tres mil muertes. En otros países donde se ha ido extendiendo, son menos, pero ya han comenzado a morir también algunas personas infectadas por el dichoso virus. Los alarmismos no se han hecho esperar y en Italia se han suspendido clases y algunas otras actividades por miedo al contagio. Incluso se habla con más frecuencia del aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Japón. Y así un sin número de eventos por esta causa. Pero, poco o nada se dice de los miles de muertos que cada día dejan esta vida, principalmente por causa del hambre en el mundo. Según los datos disponibles, mueren al día 24,000 mil personas por desnutrición, de los cuales 8,500 son niños. Es una vergüenza. ¿Tendríamos que parar el mundo por esta causa? El siglo XXI se está caracterizando por las comunicaciones y el mundo de las redes sociales, pero también tendríamos que decir que es el siglo del hambre. Es lamentable que todavía y con tantos medios no hemos acabado con esta horrenda pandemia. Y esto sí es pandemia. No demeritamos el COVID-19, y debemos tomar todas las precauciones para no contagiarnos del virus. Sin embargo, algo anda mal en nuestro planeta cuando nos alarman por el coronavirus mientras no nos inmutamos por la muerte de tantos inocentes que no tuvieron la oportunidad que nosotros hemos tenido. Hagamos conciencia de una realidad que reclama soluciones inmediatas.

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Conmemorar o celebrar el 8 de marzo

Estamos a unos días del 8 de marzo, “Día Internacional de la Mujer”. Últimamente hemos escuchado mucho de: “Un día sin mujeres”. El paro nacional que se llevará a cabo el lunes, 9 de marzo. Al respecto se han hecho todo tipo de comentarios y algunos, bastante desagradables, incluso realizados por las mismas mujeres. Pero no debemos olvidar lo que realmente significa el 8 de marzo. Hay muchos que no enteran de que ese día no es una celebración, sino que se recuerda la memoria de que unas trabajadoras del ramo textil de Nueva York, en 1908, se lanzaron a las calles para reclamar unas condiciones justas de trabajo. Su revuelta les costó la vida de 146 de ellas. Muchas personas ya no quieren hablar más de esa realidad porque dicen que las mujeres ya tienen todo lo que necesitan y seguir con sus demandas, lo que hacen es cansar a la sociedad y a las Instituciones. Incluso, se escuchan voces de quitar esta fecha del calendario. Los que así piensan, no se han enterado de nada. No los queremos llamar “machistas”, pero lo son. Hoy, como en aquellos tiempos donde unas mujeres lucharon por sus derechos, conmemoramos el valor de esas mujeres, que abrieron camino para seguir pidiendo que la mujer goce de todos sus derechos en la sociedad y en la Iglesia y no sufra ningún atropello, por el hecho de ser mujer.

El Papa y los católicos chinos

Cada mes, el Papa Francisco graba un video donde exhorta, según la situación, a los cristianos a vivir los valores del Evangelio. En esta ocasión, en el video del mes de marzo, Francisco pide a los católicos chinos que sean cristianos en serio, buenos ciudadanos, promuevan el Evangelio sin hacer proselitismo y solicita oración para que se logre la unidad entre ellos. Resulta que la iglesia clandestina en China se opone a los acuerdos que el Vaticano está llevando con el gobierno chino. Uno de los principales opositores es el Cardenal emérito de Taipei, Cardenal Zen. Se entiende que aquellos que han sacrificado su vida y se han mantenido firmes a Roma, ahora se vean y después de los acuerdos secretos entere el Vaticano y China, desplazados e incluso discriminados y perseguidos por el régimen chino y poco defendidos por Roma. Las razones que tuvo el Vaticano para establecer este tipo de acuerdos, no lo sabemos. Pero estamos seguros que en futuro no muy lejano se conocerán dichos acuerdos y no dudamos que serán para bien los cristianos que allí habitan.

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La ONU, la libertad religiosa e igualdad entre sexos

Nos ha llegado el contenido del informe sobre Libertad Religiosa o de Creencias que se presentó el 2 de marzo en Ginebra durante la 43ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Un informe que deja mucho que desear en estos rubros sobre la libertad religiosa y otros temas relacionados. Llama la atención que en el documento se hacen numerosas referencias y en el mencionado documento se recomienda que la libertad de religión, de creencias y de objeción de conciencia, sea secundaria con respecto a otros, así llamados, derechos humanos. Desde nuestro punto de vista, esto es una aberración. Lo que llama también la atención es en lo referente a la “igualdad de género” donde parece centrarse más en la promoción de una visión de la sociedad humana que no es compartida por todos. Menos refleja la realidad social, cultural y religiosa de muchos países. La verdad que no nos sorprende que en este organismo internacional se propugnen estas ideas. Muchas personas tienen una visión tan corta de la realidad que no son capaces de ver más allá de lo que tienen delante de sus propias “narices”. En otras palabras, son cortos de visión y muchas veces influenciados por corrientes de pensamiento reduccionista de la realidad. Es una pena que sucedan estas cosas. Luego se quejan que nadie les hace caso, pero el daño que propician afecta a muchas gentes.