El gobierno de Tanzania declaró este viernes 21 de septiembre cuatro días de luto nacional, tras el hundimiento del ferry MV Nyerere en el Lago Victoria.
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“He decidido declarar cuatro días de luto nacional a partir de hoy”, declaró el presidente de Tanzania, John Magufuli, en un discurso transmitido por la televisión pública, en el que confirmó la cifra de muertos y reconoció que muchas personas más pueden estar atrapadas en el transbordador volcado.
Hay hasta el momento 136 personas fallecidas.
El ferry procedía de la isla de Bugolora, volcó la tarde del jueves cuando se preparaba para atracar en la isla de Ukara, al norte de Tanzania, y la tragedia ocurrió al parecer por una sobrecarga. La embarcación tenía capacidad para 100 personas y se estima que puede haber llevado tres veces más personas, además de mercancías.
Magufuli dijo estar “profundamente entristecido” por el desastre y pidió a los tanzanos “mantener la calma durante estos tiempos difíciles”. Sin embargo, la oposición del país acusó al gobierno de “negligencia” por permitir que las compañías involucradas operen los transbordadores con sobrecupo.
El Lago Victoria es el más grande en África y es compartido por Tanzania, Uganda y Kenia.
En 1996, al menos 500 personas murieron en el lago por el hundimiento de un barco. En 2012, unas 145 personas fallecieron después de que se hundiera el transbordador en el que viajaban en el archipiélago de Zanzíbar, una región semiautónoma de Tanzania.
El papa envió un telegrama de pésame por las víctimas del naufragio:
“Entristecido al tener noticias del trágico accidente de ferry en el Lago Victoria cerca de la costa de la isla de Ukara, Su Santidad el Papa Francisco expresa su sincera solidaridad con aquellos que lloran la pérdida de sus seres queridos y que temen por las vidas de los desaparecidos. Invoca las bendiciones divinas de la fortaleza y el consuelo sobre todos los afectados, y ofrece aliento a las autoridades civiles y al personal de emergencia en el curso de sus tareas de rescate”, señaló el Obispo de Roma en su mensaje, que fue difundido por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano.
