El pasado 2 de febrero, el nuncio apostólico de Nicaragua, Waldemar St. Sommertag, visitó en su casa al padre Ernesto Cardenal, de 94 años de edad, y charlaron largo. Ahí don Ernesto le hizo una petición al Papa Francisco a través del nuncio: que por favor lo reintegrara al seno de la Iglesia Católica después de 35 años de estar castigado por el hoy Santo Juan Pablo II.

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El día 4 de febrero el padre Cardenal tuvo una caída en su salud y debió ser ingresado en un hospital por problemas de insuficiencia renal.

El 11 de febrero, Jornada Mundial del Enfermo, el nuncio lo fue a visitar en el hospital y pudo verificar la mejoría de su salud.

Y este fin de semana – domingo 17- el nuncio apostólico visitó de nuevo al sacerdote trapense, en donde le comunicó la suspensión canónica de parte del Papa Francisco para su plena reintegración a la Iglesia Católica.

Recordemos que el padre Ernesto Cardenal fue suspendido a divinis, en 1983 por Juan Pablo II, por hacer política activa. Entonces era Ministro de Cultura de la Nicaragua revolucionaria (1979-1988) y ferviente defensor de la teología de la liberación.

Pero Cardenal continuó cumpliendo con la vida de celibato sacerdotal y pobreza aunque no podía administrar eclesiásticamente los sacramentos debido a la suspensión a divinis.

La noticia del levantamiento de la suspensión por parte del Papa Francisco es un gesto de misericordia considerando la deteriorada salud de Cardenal y el hecho de que desde hace años está desvinculado de actividades de militancia política. La decisión papal fue comunicada al sacerdote por el Nuncio apostólico en Nicaragua.

Este lunes 18 de febrero se emite el comunicado oficial, firmado por el representante diplomático del Vaticano.

Dice:

“El Santo Padre ha concedido con benevolencia la absolución de todas las censuras canónicas impuestas al reverendo padre Ernesto Cardenal, acogiendo la petición que éste le había presentado recientemente, a través del Representante Pontificio en Nicaragua, de ser readmitido al ejercicio del ministerio presbiteral.

“El padre Cardenal ha estado 35 años bajo suspensión del ejercicio del ministerio debido a su militancia política. El religioso aceptó su pena canónica que le fue impuesta y se ha atenido siempre a ella, sin llevar a cabo ninguna actividad pastoral. Además, había abandonado desde hace muchos años todo compromiso político”.

El jueves 14 de febrero el padre Cardenal recibió la visita del obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, quien arrodillado le pidió una bendición al anciano poeta.

“Fue emocionante arrodillarme ante Ernesto Cardenal, recién rehabilitado al ministerio sacerdotal, para que me diera su bendición. Lo hizo gozoso”. Palabras de Mons. Báez en su cuenta Twitter.

En respuesta a @silviojbaez

La visita de Mons. Báez

“Ahí, internado, lo visitó el pasado jueves el obispo auxiliar de Managua Silvio José Báez, quién arrodillado le pidió una bendición al anciano poeta….”

Sus ojos se enrojecieron con alguna lágrima, dijo monseñor Báez, recé por él y le encomendé que le hablara al Señor para que nos auxiliara en los momentos difíciles que vivimos. Fue todo tan hermoso, dijo Monseñor Báez, en declaraciones exclusivas para la web Religión Digital tras salir de su encuentro con el padre Cardenal.

En febrero de 2016 el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal fue entrevistado por Palo Ordaz para el diario El País:

¿Se siente identificado con este Papa (Francisco)?

-Claro que me siento identificado con este nuevo Papa que ha aparecido en la Iglesia y que encuentro mejor de cómo podríamos haberlo soñado. Es un Papa que no quiere actuar como Papa, por eso ha escogido el título de obispo de Roma. No ha querido vivir en el Palacio Pontificio. Le gusta abrazar y que lo abracen. Está haciendo una verdadera revolución en el Vaticano, y eso es una revolución en la Iglesia y una revolución en el mundo.

¿Sigue sintiéndose dentro de la Iglesia?

-Siempre he estado dentro de la Iglesia. Siempre sigo estándolo y ahora con más gusto con el Papa Francisco.

¡Enhorabuena…!

¿Qué es la suspensión A divinis?

La suspensión A Divinis es una pena canónica prevista en el canon 1333 del Código de Derecho Canónico de la Iglesia Católica.

La suspensión es una de las penas tradicionales de la Iglesia. Se encuadra entre las censuras, y a diferencia de las otras dos censuras (excomunión y entredicho) ésta solo puede imponerse a un clérigo. Se podría definir la suspensión como la pena medicinal o censura que impide al clérigo el ejercicio ordinario de la potestad de orden. En el derecho antiguo esta pena se denominaba suspensión a divinis. Hoy esta terminología ha quedado obsoleta al no ser usada por el derecho positivo, ni por el Código de Derecho Canónico ni por el Código de los Cánones de las Iglesias Orientales (cfr. canon 1432). El Código de Derecho Canónico, como es habitual, no define la suspensión, pero sí ofrece un elenco de sus efectos:

Canon 1333

1: La suspensión, que sólo puede afectar a los clérigos, prohíbe:

1. Todos o algunos de los actos de la potestad de orden;

2. Todos o algunos de los actos de la potestad de régimen;

3. El ejercicio de todos o de algunos derechos o funciones inherentes a un oficio.

2: En la ley o en el precepto se puede establecer que, después de la sentencia condenatoria o declaratoria, no pueda el que ha sufrido suspensión realizar válidamente actos de régimen.