El papa Francisco hace precisiones sobre homosexualidad y pecado, a propósito de una reciente entrevista que fue malinterpretada y fue nota mundial.

El pasado 24 de enero el papa Francisco dio una larga e interesante entrevista a Nicole Winfield, corresponsal de la agencia AP en la Santa Sede; se publicó un día después y fue nota en medios impresos y electrónicos y lamentablemente fue malinterpretada por muchos; en efecto,  Francisco dijo, entre otras cosas, que “ser homosexual no es un delito” pero si pecado, y casi nadie leyó la entrevista completa.

Preocupado por ello, James Martin SJ, cura estadounidense que desarrolla su apostolado entre personas de la comunidad LGTB, le envió a su hermano en Cristo tres preguntas destinadas a precisar sus conceptos, ya que consideró que “algunos medios de comunicación” habían atribuido al papa jesuita el sentimiento de que la homosexualidad es un pecado.

A fin de contribuir a aclarar el tema, Martin preguntó…

I) “gracias por su firme llamamiento a despenalizar la homosexualidad. ¿Por qué ha decidido decirlo en este momento?”;

ii) “Parece que ha habido cierta confusión sobre su comentario: ‘Ser gay es pecado’, que, por supuesto, no forma parte de la doctrina de la Iglesia. Mi impresión fue que usted simplemente repetía lo que otros podrían decir hipotéticamente. Entonces, ¿cree que el simple hecho de ser gay es pecado?”, y ;

iii) “¿Qué les diría a los obispos católicos que siguen apoyando la penalización de la homosexualidad?”

Francisco respondió estas preguntas con una breve carta personal fechada el viernes 27, que se ha hecho publica, para aclarar el sentido de sus palabras en entrevista con Associated Press.

La respuesta manuscrita del Papa en español se publicó en el sitio web “Outreach.faith”.

¿Qué dice la carta escrita en manuscrito?

Querido hermano,

Gracias por su carta.

No es la primera vez que hablo sobre la homosexualidad y sobre personas homosexuales.

Y quise aclarar que no es un delito, para subrayar que toda criminalización no es ni buena ni justa.

Cuando dije que es pecado, simplemente me referí a la enseñanza moral católica, que dice que todo acto sexual fuera del matrimonio es un pecado. Por supuesto, que hay que tener en cuenta las circunstancias, que disminuyen o anulan la culpa. Como ves, estaba repitiendo una cosa general. Tendría que haber dicho “Es un pecado, como lo es cualquier acto sexual fuera del matrimonio”. Esto, hablando de “la materia” del pecado, pero sabemos bien que la moral católica, además de la materia, evalúa la libertad, la intención; y esto, para todo tipo de pecado.

Y a quien quiera criminalizar la homosexualidad les diría que está equivocado.

En una entrevista televisada, donde se hablaba con naturalidad y en un lenguaje de conversación, es comprensible que no se hagan precisiones.

Rezo por vos y por tu trabajo. Por favor, hacelo por mi.

Que Jesús te bendiga y que la Virgen Santa te cuide.

Fraternalmente,

Francisco

PD.

¿Qué le preguntaron y que respondió en la entrevista?

La pregunta Nicole Winfield  corresponsal de la agencia Associated Press:  Hay un tema que es complicado, la criminalización de la homosexualidad. Es un tema que cada vez se ve discutido, pero hay muchas parejas que tienen leyes criminales contra los homosexuales y algunos hasta contemplan la pena de muerte. Incluso donde estas leyes no se aplican, las normas contribuyen a una clima de violencia, discriminación contra la comunidad gay y trans. ¿Cuál es la posición de la Iglesia? ¿Qué debe hacer la Iglesia? Puesto que hay obispos que apoyan estas leyes.

Francisco: Sí. En el catecismo de la Iglesia católica dice que las personas de tendencia homosexual tienen que ser acogidas, no tiene que ser marginadas, acompañadas si es que se da un lugar. En mi viaje de Brasil y primer viaje, dije aquella frase que a alguno le molestó, le molesta. Si hay una persona que busca a Dios y es sincera, quién soy yo para juzgarla. Está el Señor.

En el viaje de Irlanda, aquí la atención se volcó después sobre la carta de McCarrick, no, de Viganò. La carta de Viganò. Y se dejó de lado este asunto. Pero ahí me alcancé a decir que una familia que tenga un hijo o una hija con tendencia homosexual no tiene que despedirla, tiene que crear el cuadro familiar para que viva en paz. Y la condena de la homosexualidad viene de lejos.

Hoy día, por ejemplo, creo que los países que tienen condena legal son más de 50, condenas legales, y de estos creo que diez más o menos, un poquito por ahí, tienen la pena de muerte. No la nombran directamente, pero dicen ‘aquellos que tienen actitudes antinaturales’, o sea, buscan decirlo de manera escondida. Pero hay países que tienen esta fuerza de tendencia, o al menos culturas que tienen esa fuerte tendencia. Creo que es injusto.

Acá en la audiencia, de hecho recibo grupos de personas así. Lo hice general, los saludo, gente que viene en grupos. Una mujer que trabaja mucho con esto, este es un ejemplo, lo quiero decir, es una monja de 80 años. Sor Geneviève, que es una de las capellanas del circo, vive en una roulotte. Son de las Hermanas de Foucauld, viven tres ahí, en el circo. Y ella me trae, no digo todos los miércoles, pero al menos dos, tres miércoles al mes, un grupo de personas con un sacerdote que también trabaja allí.

Somos todos hijos de Dios y Dios nos quiere como estamos y con la fuerza que luchamos cada uno por nuestra dignidad. El ser homosexual no es un delito. No es un delito. Sí, pero es pecado. Bueno, primero distingamos pecado por delito. Pero también es pecado la falta de caridad con el prójimo, ¿y vos cómo andás?

O sea, distinguí eso. Y los países que tienen la pena de muerte son diez, 12, creo, todavía, más o menos. Pero curioso, nunca dicen la palabra, dicen ‘acciones deshonestas’ o algo. Usan un giro para decirlo. No, eso está mal. Está mal. Está muy mal. Creo que no hay que discriminar a nadie. Más aún saliendo ya del problema de la homosexualidad, vamos a otro problema. Al asesino más grande, al picador más grande tampoco hay que discriminarlo. Cada hombre y cada mujer tiene que tener una ventana en su vida donde pueda volcar su esperanza y donde pueda ver la dignidad de Dios. Y ser homosexual no es un delito. Es una condición humana.

AP: Y en los estados que tienen esas leyes, ¿la Iglesia puede contribuir a derogar estas leyes?

Francisco: Sí, sí. Tienen que hacerlo, tienen que hacerlo. Lo que pasa es que son culturas, culturas en un estado, y los obispos de ese lugar, si bien son buenos obispos, forman parte de la cultura y algunos tienen la mente todavía en esa cultura. ¿O no? También el obispo tiene un proceso de conversión. Yo de los obispos de esos lugares no tengo malas informaciones de ninguno, que están abiertos a ayudar no sólo en esto, sino otros problemas.

Pero ternura, por favor, ternura, como la tiene Dios con cada uno de nosotros. Volvemos las tres categorías de Dios. Dios tiene tres actitudes: cercanía, misericordia y ternura. Y con esas tres basta, está toda la teología ahí. Dios cercano, que está en la mano mía. Un Dios misericordioso que me perdona tantas veces. Un Dios tierno.

No sé si usted vio la ópera pop del hijo pródigo. Es de cuatro o cinco años atrás. Bueno, el hijo pródigo, todo en música pop, es una cosa bien hecha, bien moderna. Y termina que el pibe le dice a un amigo que extraña a su papá y que quiere volver, y éste dice “mirá, escribile”, ’“tengo miedo que no me reciba”, “escribile, y decile que si te va a recibir, que ponga un pañuelito blanco en el balcón de la casa”. Y la ópera termina, que van los dos de camino. El amigo lo acompaña para encontrar al padre y cuando da la vuelta se ve la casa toda llena de pañuelitos blancos. Dios es generoso en su misericordia. El hijo pródigo, “pero vístanlo, el anillo, todo”. Se acabó, se olvida. El padre. Si predicáramos más sobre eso y no sobre tonteras, andaríamos mejor.

Imperdible entrevista de la agencia AP al papa Francisco