Socorro Romero Sánchez: “La Señorita, una empresaria mexicana impulsada por su fe”.

A casi 12 años de su deceso, la gente la recuerda con cariño.

Seguramente mucha gente hablará de ella, de su obra. Quizá algunos centros de estudios de la mujer en universidades, empezarán a escudriñar en la vida de esa mujer.

En lo personal percibo virtudes heroicas que en un futuro podrían llamar la atención a La Santa Sede, y quizá verla en un futuro con la categoría de Sierva de Dios.

Claro eso dependerá de religiosos y teólogos, y de una gran investigación…

Dejo ahí la inquietud.

Comparto este reportaje en vídeo:

¿Quién fue Socorro Romero Sánchez?

Filántropa oaxaqueña, oriunda de Tonalá, pero afincada en Tehuacán, Puebla. Es imposible hablar de esa ciudad poblana sin recordar a Socorro Romero Sánchez, más conocida como la “señorita Socorrito” cómo le decían la gente que la conoció.

Empezó su carrera empresarial con una pequeña granja avícola que fundó en 1948, y on el tiempo y acompañada de sus hermanos creó varias granjas y empresas, y casi en el ocaso su vida fundó la sociedad anónima Socorro Romero Sánchez (SRS).

Fue unarara avis, de las que se dan muy pocas veces, una persona excepcional, única como emprendedora de negocios con gran visión de futuro y sobre todo con una gran generosidad para con sus semejantes…

Muy cercana a su familia, a la que siempre mantuvo unida.

Tuvo un trato directo -directísimo-, con todos casi todos sus trabajadores de las granjas a quienes conocía por su nombre; pero sobre todo apoyó a las mujeres, sobre todo a niñas indígenas pobres.

No fue ningún secreto las aportaciones económicas que hizo a varias instituciones vinculadas a la Iglesia católica; de hecho, al momento de morir, el entonces obispo de Tehuacán, Mons. Rodrigo Aguilar Martínez exaltó el apoyo desinteresado que esa mujer aportó a causas educativas, sociales y religiosas, no sólo en Tehuacán sino en otros lugares de la República.

Dentro de la lista de instituciones que benefició están el Instituto Cultural Tehuacán; el Seminario Menor, las escuelas primarias Gustavo Díaz Ordaz, de Tlacotepec de Díaz y la Santa María del Monte; apoyó la construcción del Centro de Readaptación Social del municipio; los centros femeniles en Huajapan de León, Tapachula y Toluca, así como el centro José María Goretti, en Tehuacán, donde se brinda formación a niñas de escasos recursos.

Además, nos enteramos que apoyó firmemente la construcción de la Casa Lago de Guadalupe, sede de la conferencia del Episcopado de México (CEM), que congrega a todos los obispos del país.

Además, gracias a su generosidad se pudieron reparar y restaurar varios templos que resultaron afectados con los sismos de 1999, entre los que destacan La Catedral de Tehuacán la parroquia del Carmen y la iglesia de San Francisco de Asís, entre otras.

Persona clave en la reconstrucción de esos trabajos fue el maestro Armando Ortíz quien también plasmó su imagen en varios lienzos; además tiene y un proyecto de escultura, que la describe tal y como era; una mujer austera, nunca ostentó joya alguna-, humilde y con una gran mirada visionaria.

Fue cercana a cuatro de los cinco obispos de Tehuacán, pero en especial con el primer obispo de Tehuacán, el mexiquense Rafael Ayala y Ayala (1962-1985), sepultado en la catedral, y con quien hizo muchísimas obras; tuvo relación también con Norberto Rivera Carrera (1985-1995), quien después fuera el arzobispo Primado de México; asimismo con don Mario Espinoza Contreras (1995-2005), tercer obispo de Tehuacán  -hoy obispo de Mazatlán-, y con Mons. Rodrigo Aguilar Martínez (2006-2009), quien celebró el servicio religioso de difuntos, y hoy es obispo de San Cristóbal de las Casas.

Pudo estrechar la mano y ser bendecida por varios papas, en especial por Juan Pablo II, quien una vez la recibió en la casa veraniega de Castel Gandolfo.

Varios presidentes de la República iban a visitarla y a charlar con ella. Algo tenía que encantaba.

El 25 de octubre de 2001 los integrantes de la LIV Legislatura de Puebla le entregaron de manera solemne la presea “Carmen Serdán” por su trayectoria “en beneficio de la sociedad poblana y de la Nación”; pero pocos meses antes de morir, el Congreso del Estado -LVII Legislatura-, le entregó la presea Mérito a la Mujer Empresaria, o sea fue reconocida con la medalla que lleva su nombre, un caso excepcional.

Fue tan importante en la región que el día de su muerte, el 4 de diciembre de 2009, el cabildo de Tehuacán en pleno realizó reunión extraordinaria para decretar que el día de su deceso se declarará como Día de Luto Municipal.

Murió con una gran lucidez a la edad de 93 años. El sacerdote diocesano tehuacanero Juan Antonio Pérez Cortés, le dio la extremaunción, y la vio morir en paz, la mañana del viernes 4 de diciembre de 2009.

Cuando murió su familia se comprometió a dar continuidad a la labor altruista que realizó durante toda su vida,tarea que hace la familia a través de la Fundación Socorro y Francisca Romero Sánchez, A.C.

Socorrito vive en el corazón de Tehuacán, vive en sus obras, en su legado.

Seguramente mucha gente hablará de ella, de su obra. Quizá algunos centros de estudios de la mujer en universidades, empezarán a escudriñar en la vida de esa mujer.

En lo personal percibo virtudes heroicas que en un futuro podrían llamar la atención a La Santa Sede, en especial a a la Congregación para la Causa de los Santos, y quizá verla en un futuro -¡por qué no! con la categoría de Sierva de Dios.

Claro eso dependerá de iniciativa de fieles, de religiosos y teólogos, y de una gran investigación..

Dejo ahí la inquietud…

Dice el poeta español Rafael Alberti.

“Tú sabes bien que en mí no muere la esperanza,

que los años en mí no son hojas, son flores,

que nunca soy pasado, sino siempre futuro. ..”

El retrato es propiedad de la familia, y fue pintado por su amigo el maestro Armando Ortiz…