La Virgen de Lujan y “El Negro Manuel” de Argentina

El Papa Francisco envió este lunes 20 de junio un video al Movimiento Misioneros de Francisco con motivo de la inauguración del Paseo Histórico Cultural “Negro Manuel” de la Virgen de Luján, en su natal Buenos Aires; les aseguró querer estar cerca de ello…

“Quiero estar cerca de ustedes, acompañando al Movimiento Misioneros de Francisco que en este momento inaugura o bendice el Paseo Histórico Cultural de la Virgen de Luján.

Nuestro anhelo es acompañar en este lugar la memoria y la devoción de la Virgen de Luján, acompañar la paciencia del “Negro Manuel”. Un paseo por la historia y por la vida del “Negro Manuel”. Los acompaño, los bendigo. Que la Virgen los cuide, que el “Negro Manuel” interceda por todos ustedes. Y adelante, con esa fe sencilla, con esa fe que es la fe que recibimos de nuestros padres, es la fe de nuestro pueblo. Es la fe que cambia la historia.

Que la Virgen de Luján los cuide, que el “Negro Manuel” les indique el camino.

Muchas gracias.

¿Quién es el negro Manuel?

Nació a principios del siglo XVII en Costa de los Ríos, Guinea Superior, África, hoy República de Guinea.

Era un hombre joven cuando cuando perdió su libertad al ser capturado por esclavistas que lo trasladaron a Pernambuco, Brasil.

Se desconoce el nombre que le dieron sus padres, pero, ya esclavizado, se lo bautizó con el nombre cristiano de Manuel, agregando su lugar de procedencia: Costa de los Ríos.

En 1630 fue “adquirido” para realizar un viaje a Sumampa (norte del hoy territorio argentino), para llevar dos imágenes de la Purísima Concepción de la Virgen María a la hacienda del portugués Antonio Farías de Sáa.

Al llegar al Río Luján -actual provincia de Buenos Aires-, pernoctaron en la estancia de un paisano de Sáa, llamado Rosendo.

Al día siguiente, listos a partir, la carreta tirada por bueyes se estancó, hasta que bajaron una de las dos cajas de madera que transportaban. En esa caja estaba una de las imágenes de la Virgen: una escultura de terracota de 38 centímetros.

Manuel consideró ese hecho una señal divina y aunque el resto de la expedición siguió camino, la Virgen se quedó en esa estancia y él también .

La noticia se propagó rápidamente y durante cuarenta años, llegaron paisanos y sus familias en peregrinación hasta una capilla de paredes de adobe y techo de paja, donde Manuel mantenía siempre una vela iluminando la imagen de la Virgen, día y noche, a pesar de que también trabajaba en tareas rurales como todos los que habían sido esclavizados como él.

Cuando la estancia y la capilla cayeron en abandono, doña Ana de Matos pidió la imagen para llevarla a sus tierras y “compró” al esclavizado Manuel por 250 pesos, para que continuara al servicio de la Virgen.

Manuel Costa de los Ríos con el sebo de las velas que iluminaban la imagen ungía a los enfermos que se acercaban en busca de una cura milagrosa.

Recibió a los paisanos del lugar o a los que peregrinaban hasta 1686 año en que falleció. Fue sepultado detrás del altar mayor del santuario que en ese momento se estaba terminando de edificar.

Fuente: Manuel Costa de los Ríos, fiel esclavo de la Virgen de Luján libro del historiador y académico Monseñor Juan Guillermo Durán, tomado del facebook de Mirta Toledo.