Francisco asistirá al funeral del Cardenal Pell.

La Misa del funeral con el cuerpo presente se realizará en el Altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro a las 11:30 horas. La Liturgia fúnebre será celebrada por el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, junto con los Cardenales y obispos presentes en Roma y con la presencia del Papa Francisco. Al final de la Eucaristía, el Santo Padre presidirá el rito de la “Ultima Commendatio y Valedictio”.

Murió el cardenal Pell

Para un buen guion de Netflix. | Fred Álvarez

Publicado en la web La Silla Rota, 11/1/2023 · 22:04 hs

El cardenal australiano George W. Pell murió el martes 10 de enero de 2023 en un hospital de Roma debido a complicaciones cardíacas, después de una cirugía en la cadera; tenía 81 años de edad, la última vez que se le vio en público fue en los funerales de Benedicto XVI.

Hay muchísimas reacciones.

“Por favor recen por el descanso del alma del cardenal Pell, por el consuelo para su familia y por todos aquellos que lo amaron y lloran su pérdida en este momento”, escribió el arzobispo de Sídney, Anthony Fisher, en Facebook.

Al saber la noticia el papa Francisco emitió un telegrama de pésame enviado al Decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re. “Deseo expresar mi cercanía a usted y al Colegio Cardenalicio, especialmente a su querido hermano David y a los demás miembros de su familia”.

Francisco, expresó su cercanía a los miembros de su familia y recordó “con gratitud su testimonio constante y comprometido, su dedicación al Evangelio y a la Iglesia”.

“Aprecio las oraciones de sufragio por este servidor, que sin vacilar ha seguido a su Señor con perseverancia incluso en la hora de la prueba”, escribió.

Pidió que “sea recibido en la alegría del cielo” y obtenga “la recompensa de la paz eterna”.

Anthony Albanese, primer ministro de Australia expresó sus condolencias e indicó que “en los próximos días” habrá una misa en el Vaticano y, una vez el cadáver de Pell regrese al país, otro acto funerario en la catedral de Santa María, en Sídney, dijo.

Hay algunas reacciones de medios australianos que recogen expresiones de familiares de víctimas de abusos sexuales, muchos han dicho que “no llorarán la muerte” del cardenal Pell.

Pero hay también cosas perversas que le ocurrieron al purpurado y que el periodismo investiga.

Le di especial seguimiento al caso y publiqué varios textos para el portal Contextos de la Palabra, y siempre creí en la inocencia del purpurado.

En efecto, George W. Pell fue injustamente acusado de abuso sexual infantil en su natal Australia en 2015 y ello generó un escándalo, que lo obligó a dejar el cargo en la Curia Vaticana cuando hacía varias acciones para limpiar y trasparentar las finanzas de la Santa Sede.

Tiempo después se supo que todo ello pudo ser un asunto perverso de un cardenal de la Curia que se sintió afectado.

El 7 de abril de 2020 George W. Pell fue absuelto de todo cargo por delitos sexuales ocurridos en el pasado. El Tribunal Supremo de Australia falló en su favor de manera unánime; los siete jueces acordaron que el tribunal menor “debería haber albergado una duda sobre la culpabilidad” del demandante.

Sostuvieron que existe “una probabilidad significativa de que se haya condenado a una persona inocente porque las pruebas no han establecido la culpabilidad con el nivel de prueba requerido”.

¡No fue una probabilidad, sino que fue encarcelado injustamente!

A Pell como a Cristo, lo acusaron en Semana Santa y lo liberaron antes del final de la Cuaresma.

“No culpo a mi acusador. No quiero que mi absolución se añada al dolor y la amargura que muchos sienten; ciertamente hay suficiente dolor y amargura”, dijo al salir de la cárcel.

Meses después, el papa Francisco lo recibió en privado hablaron largo.

Pensé que iba a ser reintegrado a su cargo en la Curía, pero no ocurrió, tampoco se le pagó la reparación del daño causado.

Publicó el libro “Diario de la prisión” donde cuenta los meses de su encarcelamiento en una celda de aislamiento donde vivió rodeado de criminales y terroristas.

Por cierto, antes de su fallecimiento, un tribunal de Australia le dio entrada a una demanda civil contra la Arquidiócesis de la ciudad de Melbourne. Sabemos por los medios que el despacho de abogados Shine Lawyers continuará con el proceso civil “contra la iglesia y cualquier patrimonio que haya dejado Pell”.

¿Quién fue el cardenal Pell?

Nació en Ballarat, Australia en 1941, fue nombrado obispo auxiliar de Melbourne en 1987, siendo su arzobispo titular desde 1996; en 2001 fue nombrado arzobispo de Sídney; y creado cardenal en 2003; fue integrante de la Congregación para los Obispos, de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y de los Consejos Pontificios para la familia, para la Justicia y la Paz, para la Promoción de la Nueva Evangelización, para la Pastoral de la Salud y la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.

Fue prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede, y dejó el cargo -pidió permiso-, para tener que afrontar las acusaciones penales.

Estuvo presente el pasado 5 de enero en el funeral de Benedicto XVI.

Descanse en paz…

Recomiendo leer la línea tiempo para tener el contexto del caso.

1.- En 2014, a los pocos meses de asumir el cargo de prefecto en la Curia Vaticana, Pell, fue llamado por primera vez a testificar ante la Comisión Real Australiana que investiga el abuso sexual.

En aquella ocasión declaró vía zoom negando estar al tanto de los acontecimientos en la diócesis de Ballarat.

2.- En 2015 hubo rumores de no sólo ser un protector de pederastas, sino que le crearon la historia que era un abusador.

3.- En octubre de 2016 fue interrogado en el Vaticano por abogados australianos, esta vez acusado de pedofilia en la diócesis de Melbourne.

4.- A finales de junio de 2017 fue acusado formalmente de violencia sexual contra un menor.

¡La presión mediática fue dura!

Ante ello, y en un intento de limpiar su nombre de cargos de abuso infantil, el purpurado dejó el cargo en la Curia para poder defenderse y regresó a Australia, re enunciando a la inmunidad diplomática. Francisco le otorgó un permiso especial -“periodo de excedencia”- del cargo de prefecto para que pudiera defenderse.

5.- Al llegar a Australia como un ciudadano común y corriente se fue a vivir en un seminario en Sidney y estando allá le impusieron medidas cautelares; se le prohibió salir del país y se le pidieron su pasaporte.

El Papa siguió de cerca el caso y lo hizo con cautela.

6.- El 1 de mayo de 2018 un tribunal de Melbourne resolvió tener suficientes pruebas para enjuiciarlo; Pell con voz firme se declaró “no culpable”.

7.- En septiembre de 2018 un jurado de 12 miembros intentó condenarlo sin éxito.

8.- Tres meses después, el 11 de diciembre sesionó el tribunal en secreto tras dos días de deliberaciones; el veredicto fue unánime en el sentido de que el purpurado fue culpable.

¡Sesionó el tribunal en secreto! ¿Por qué? Aquí empezamos a dudar de la justicia australiana. Entonces, el tribunal adoptó una “orden de supresión”, que prohibía a los medios dar a conocer cualquier información sobre el caso, a riesgo de tener sanciones judiciales; el silencio se impuso con el objetivo de proteger al jurado.

En ese momento la defensa presentó un recurso de apelación, y todo quedó en silencio.

El tema de los abusos sexuales estaba en las primeras planas de los medios del mundo, y el caso de Australia en primer lugar.

9.-La sorpresa para el mundo fue que el martes 26 de febrero de 2019 el tribunal de Melbourne anunció la decisión tomada meses antes; el fallo conmocionó al mundo ya que ocurrió a tan sólo dos días de la clausura de la Cumbre mundial contra los abusos sexuales, en el que participaron 190 presidentes de conferencias episcopales en el que el papa Francisco ofreció castigo a todos los clérigos responsables de abuso sexual.

Nada es casual. La fecha escogida para dar a conocer la noticia fue perfecta.

El Papa fue informado en medio de sus ejercicios espirituales de la Cuaresma.

Tras el anuncio del juez, el ex arzobispo se inclinó ante el juez Peter Kiddy fue llevado, sin esposa fuera de la sala de audiencias. Libró la cárcel en ese momento debido a problemas de salud, y se esperaba la petición de una nueva libertad bajo fianza, pero la defensa decidió no hacerlo y mejor esperar al juicio en apelación, donde estaban seguros que ganarían con la razón jurídica, pero tuvieron lamentablemente un duro revés.

En ese momento algunos líderes de opinión australianos aplaudieron la sentencia contra Pell, otros cuestionaron la decisión de la justicia lo que provocó un debate en el país, y en el mundo católico.

10.- La reacción del Papa fue inmediata, Pell fue retirado del cargo en la curia y horas después le fue revocada la libertad bajo fianza.

11.-La defensa presentó una apelación, por la cual el cardenal ya no será escuchado por un jurado sino por un tribunal, lo que ocurrió semanas después, pero antes se les ocurrió hacer al juez un espectáculo en la televisión.

¿Por qué?

12.- Semanas después y aún ante la falta de desahogar el recurso de apelación, la justicia australiana hizo de la condena un espectáculo mundial al transmitir, en vivo, por televisión, la decisión del juez Peter Kidd.

El acusado escuchó impávido la sentencia que le impuso el juez a 6 años de prisión: “hay un nivel adicional de degradación y humillación que cada una de sus víctimas debió sentir al saber que el abuso que sufrieron fue visto por el otro”, aseguró el juez que reconoció que el cardenal “podrá no vivir lo suficiente para ser liberado de la prisión”. O sea, lo condenó prácticamente a cadena perpetua.

Las palabras del juzgador fueron transmitidas en vivo durante más de 70 minutos en nombre de la “justicia abierta”.

¡Increíble!

Parece que eso era lo que querían. Ver a un príncipe de la Iglesia católica-que pudo haber sido Papa-, vejado, triste. Lo vimos con un bastón en la mano, vestido con camisa negra sin alzacuellos, chamarra beige, sin el anillo que lo distingue como purpurado y rodeado por cuatro alguaciles.

No mostró ninguna emoción durante el tiempo que duró la relación de los hechos; sólo estuvo en silencio, como si estuviera rezando.

De inmediato, y por recomendación de la defensa, el cardenal firmó los documentos de la condena antes de dejar la sala.

Fuera de la Corte había manifestantes con gritos y pancartas en su contra, algunos muy duros como donde se muestra una caricatura de Pell con los cuernos del diablo y la frase “Prisioner 666”.

Resultó un show perverso del juez al condenar al cardenal por TV; lo curioso es que fue justo el 13 de marzo, aniversario del nombramiento de Bergoglio como Papa.

¡Nada es casual!

13.- La mañana del miércoles 21 de agosto de 2019 la Corte Suprema de Victoria ratificó por mayoría (2 a 1) la condena emitida en primera instancia.

La presidenta del tribunal informó que se ratificó dicho fallo, desestimando así la apelación que había hecho la defensa.

Entonces, dos jueces de tres —Ferguson y el presidente del Tribunal de Apelaciones de Victoria, Chris Maxwell— rechazaron el principal argumento del purpurado, quien se inconformó contra el veredicto de los jueces, ya que estaba basado únicamente en el testimonio de una víctima sobreviviente.

El cardenal permaneció sereno en su lugar; cuatro guardias de seguridad lo custodian. Alrededor de 26 periodistas acreditados y unos 60 miembros del público escucharon la decisión de los jueces.

A las afueras del tribunal, un grupo de sobrevivientes de abusos sexuales, junto con sus familiares, celebraron la sentencia.

Al conocer la noticia la oficina de Prensa de la Santa Sede emitió un comunicado donde confirma su cercanía a las víctimas de abusos sexuales y su compromiso de perseguir a los miembros del clero que son responsables de ello.

El último recurso

14.-El martes 17 de septiembre de 2019 la defensa del cardenal presentó en el último minuto un recurso de apelación ante la máxima instancia judicial, el Tribunal Superior de Australia.

15.- Para su fortuna, en noviembre, el Tribunal aceptó la apelación y anunció una audiencia con la defensa para examinar la solicitud de apelación.

La opinión discordante de uno de los tres jueces de la Corte de Victoria -Mark Weinberg- podía proporcionar motivos razonables para revocar la sentencia, como fue.

El magistrado explicó que el veredicto contra Pell no satisface el principio en base al cual una persona sólo puede ser condenada si las pruebas demuestran su culpabilidad, más allá de toda duda razonable.

15.- A mediados de febrero de 2020 el Tribunal fijó fecha para escuchar la apelación; la defensa pidió que la condena fuera revocada debido a que ésta se basó en el testimonio no corroborado de un solo demandante.

16.- El 7 de abril de 2020, en plena Semana Santa, Mons. Pell fue absuelto de todo cargo; después de dos resoluciones y un recurso presentado, el Tribunal supremo le dio la razón.

Horas después el cardenal abandonó la prisión de máxima seguridad de Prison Barwon, lugar donde estuvo durante mucho tiempo conviviendo con notorios jefes criminales: “No culpo a mi acusador. No quiero que mi absolución se añada al dolor y la amargura que muchos sienten; ciertamente hay suficiente dolor y amargura”, dijo al salir.

Ese día la Santa Sede emitió un comunicado subrayando que acogen “con satisfacción la sentencia unánime dictada por el Tribunal Supremo en favor del Cardenal George Pell”.

17.- El 12 de octubre de 2020 el papa Francisco lo recibió en privado. Charlaron largo. Francisco siempre respaldó a Pell durante su larga proceso penal e insistió en su derecho a la presunción de inocencia hasta que el proceso judicial concluyera; el error del Papa fue haberle quitado su cargo en la Curia, y no lo restituyó.

18.- El quid fue que meses después nos enteramos que hubo mano negra en el proceso penal en Australia de alguien poderoso de la Curia Vaticana. En efecto, a principios de octubre de 2020 varios medios italianos informaron que Angelo Becciu, quien renunció al cargo de prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y a los derechos del cardenalato, habría enviado cientos de miles de euros de fondos vaticanos a Australia durante el juicio contra Pell para montar una campaña mediática en contra del purpurado.

Un asunto perverso.

Pell regresó a vivir a Roma, seguido se reunía con Francisco, incluso éste le dio las gracias por el servicio prestado a la Santa Sede en su reforma financiera. Hace meses, en una entrevista con la agencia Reuters, el Papa le elogió como “el genio” que sugirió la idea de crear una Secretaría de Economía para controlar el flujo de dinero y luchar contra la corrupción.

Y poco antes de la Navidad, en una entrevista para la TV el Papa calificó de “calumnia” las acusaciones de abusos contra el cardenal. “Es un gran hombre y le debemos mucho”, subrayó…

Para un buen guion de Netflix.