A las 21:25 horas de España, cuando el Papa iba viajando de Marruecos a Roma, el periodista español Jordi Évole, del canal La Sexta, dio a conocer la charla que tuvo días antes con el Sumo Pontífice.

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La entrevista, transmitida en el programa Salvados, fue un éxito. Se habló de varios temas, incluso de la situación de Venezuela…

“No sé si es la entrevista de mi vida, sólo tengo 45 años, pero desde luego que me ha marcado, a veces hay motivos que no tienen nada que ver con el oficio que te sobrevuelan”, confesó el periodista a Antonio García Ferreras, en el programa Al Rojo Vivo.

La entrevista de Jordi con el Papa Francisco ha sido la más difícil de conseguir, ya que el trámite tardó cuatro años y medio.

En el diálogo con el periodista español, el Papa Francisco alertó sobre cuatro pecados o desviaciones en las que pueden caer los hombres de prensa y los medios de comunicación: “Primero, la desinformación. Doy la noticia pero doy solo la mitad, la otra mitad no la doy. Eso va contra el derecho que tiene uno que recibe noticias a estar informado. Le informas la mitad, le informas mal. Esa es una de las desviaciones que ustedes tienen que cuidarse de no caer en ella”.

El segundo pecado, dijo, es “la calumnia, calumniar gente. Hay medios de comunicación que calumnian sin ningún problema. ‘¿De dónde sacó eso usted? Lo vi en la televisión, lo leí en el diario’. El medio de comunicación tiene tanto poder frente a las masas, la gente, que puede calumniar impunemente. Además, ¿quién le va a hacer juicio? Nadie”, señaló.

“Tercero: la difamación, que es más sutil todavía, porque toda persona tiene derecho a la reputación. Y si vos hace 20 años pegaste un resbalón en la vida, hiciste una macana, pagaste la cuenta, pagaste la pena. Sos ahora una persona libre y sin mancha. No te pueden sacar en los medios de comunicación una historia que está superada, bien pagada ya y resarcida. La difamación: te traen una mancha de antes y te la tiran ahora”, agregó.

El Papa apuntó que el cuarto pecado es “la coprofilia”, que consiste en “el amor a la cosa sucia”, a los escándalos. “Hay medios que viven de publicitar escándalos, sean o no verdaderos o sean la mitad verdaderos o no, pero viven de eso”, reprochó.

Sobre este pecado, el Pontífice recordó lo que comentaba en Argentina “mi antecesor en Buenos Aires, el cardenal Quarracino, que decía: ‘Mira, yo ese diario no lo puedo leer porque haces así y chorrea sangre’”.

Concluyó: “Creo que superando estos cuatro límites, la comunicación sería algo maravilloso”.

—¿Usted cree que hay muchos mercaderes en el Vaticano? —preguntó Évole a Bergoglio.

—Los hay, como en todos los sitios. El Estado de la Ciudad del Vaticano no se salva de los límites, de los pecados y de las vergüenzas de otras sociedades —admitió el Pontífice.
Francisco destacó que en el Vaticano son “hombres”, por lo que tienen “los mismos límites” y caen a veces “en las mismas cosas”. Por todo ello, señaló que “hay que ir limpiando” la Iglesia.

Sobre los abusos

El Papa se manifestó también a favor de denunciar ante las autoridades los casos de abusos y recordó que “eso es lo que salió en la cumbre” (de febrero pasado).

Ante los críticos y desencantados por las conclusiones de ese encuentro, el Papa dijo: “Los entiendo, pues uno busca a veces resultados que sean hechos concretos en el momento.
“Por ejemplo, si yo hubiera ahorcado a 100 curas abusadores en la Plaza San Pedro (hubieran dicho) qué bien, ya hay un hecho concreto. Hubiera ocupado espacio. Pero mi interés no es ocupar espacio, sino iniciar procesos sanadores”, señaló.

“Las cosas concretas de la cumbre fueron iniciar procesos y eso lleva su tiempo”, destacó.
Sin embargo, insistió en que “de todas maneras comprendo a la gente que se ha quedado insatisfecha, porque cuando hay un error de por medio vos tenés que callar, rezar, llorar, acompañar y punto”.

El Papa también destacó que desde que explotaron los escándalos en Boston, EU, en 2002, la mentalidad de encubrimiento que existía en la Iglesia frente a los abusos sexuales ha cambiado.

La forma de pensar en el pasado, dijo, era “cubrir, tapar, evitar males futuros”, pero “la misma estadística, por ejemplo, esas que han tomado en algunos lugares de 70 años hasta acá, vos te das cuenta que desde la época de Boston en adelante disminuyen notablemente, pero notablemente las cosas en la misma Iglesia. Eso quiere decir que se ha tomado una conciencia distinta, un modo de proceder distinto”.

Agrego que con los casos de abusos “al cubrir, se propaga”, pero “una vez que entra la cultura del destape, las cosas cambian”.

Sobre el aborto en caso de violación, el Pontífice opinó que no es “justo eliminar una vida humana para resolver un problema”. Consideró que “no es lícito” abortar en caso de violación, aunque “entendería a ella (la víctima) en su desesperación”.

Relaciones internacionales

Respecto a la mediación con Venezuela reconoció que el Vaticano “medió” oficialmente con el grupo creado para tal efecto y luego hubo “comunicaciones de la Secretaría de Estado, después mediaciones discretas, extraoficiales, puentes que han ayudado un poquito”.

Dijo que con el presidente de ese país, Nicolás Maduro, sólo ha tenido dos breves encuentros, uno de 40 minutos y otro de casi media hora, y que lo vio “muy convencido de lo suyo”, pero aclaró que “lo recibí antes de que se agudizara mucho la cosa”.

Sobre la reunión que celebró con el presidente Donald Trump, Francisco declaró que es una “persona que tiene su proyecto y su plan” y puntualizó que fue una visita “muy protocolar y muy corta”.

El Papa recibió la mañana miércoles 24 de mayo de 2017 a Trump y a un pequeño séquito, entre otros, su hija Ivanka; su yerno, Jared Kushner; el secretario de Estado, Rex Tillerson; el asesor de seguridad nacional, teniente general Herbert Raymond McMaster, y la vocera, Hope Hicks.

También el director de redes sociales, Daniel Scavino; el director del National Economic Council, Gary Cohn; el encargado ad interim de asuntos de la embajada de Estados Unidos ante la Santa Sede, Louis Bono; la viceasistente del presidente para la Seguridad Nacional, Dina Powell; el director de las operaciones de la Sala Oval, Keith Schiller, y Alessandra Bonatti, intérprete oficial.

No estuvo Stephen K. Bannon, polémico asesor de la Casa Blanca.

Fue un encuentro en un principio frío y después se hizo cordial, duró poco menos de 30 minutos.

Para terminar la entrevista, Jordi Évole puso un toque cómico al preguntar al Papa Francisco sobre una figura del futbol argentina: “¿Es un sacrilegio decir que Messi es Dios?”.

Francisco dijo que “en teoría” sí es un sacrilegio, pero señaló que “no lo cree”. La gente dice ‘es Dios’, como dice ‘yo te adoro’’. Son expresiones, es un Dios con la pelota en la cancha”.

Vale la pena ver la entrevista completa en este link.