Se trata del excardenal y exarzobispo Theodore Edgar McCarrick.
El proceso penal en su contra de la Congregación para la Doctrina de la Fe lo declaró culpable de violar el sexto mandamiento: “No cometerás actos impuros”.

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Además, se determinó que usó el sacramento de la confesión como “agravante de abuso de poder”.

Fue un largo proceso penal donde se llevó el debido proceso al ex cardenal de 88 años; el Papa Francisco reconoció el carácter definitivo de esta decisión.

El ex prelado tiene 88 años y es originario de Nueva York, EU.

Fue ordenado sacerdote en mayo de 1958 en Nueva York y tres años más tarde recibió un doctorado en sociología de la Catholic University of America, que se sumó a su licenciatura en Filosofía y Letras y a su maestría de Artes en Teología.

Fue decano de estudiantes y director de Desarrollo de la Universidad Católica de América y más tarde presidente de la Universidad Católica de Puerto Rico; en 1969 regresó a Nueva York donde es nombrado secretario adjunto de educación y secretario personal del cardenal Terence Cooke.

En 1977 fue nombrado obispo titular de Rusubisir y auxiliar de Nueva York por el Papa Pablo VI, recibiendo la ordenación episcopal el 29 de junio.
En noviembre de 1981 fue nombrado el primer obispo de la nueva diócesis de Metuchen.

Fue en ese lugar donde cometió pecados carnales con un seminarista y después con un monaguillo, como lo describió el periódico The New York Times.
En una entrevista con el rotativo, James, el seminarista, señaló que el abuso sexual comenzó cuando tenía 11 años por parte de quien él y sus seis hermanos llamaban tío Teddy.

El 30 de mayo de 1986 fue promovido a arzobispo de Newark.
En enero de 2000, el presidente del Líbano lo nombró Oficial de la Orden de los Cedros del Líbano.

Y a finales del año 2000 fue nombrado arzobispo de Washington; de inmediato -en diciembre- el presidente de EU le otorgó el Premio Eleanor Roosevelt de Derechos Humanos.

En el consistorio del 21 de febrero de 2001 fue ordenado cardenal por Juan Pablo II con el título de Santi Nereo e Achilleo.

En abril de 2005 fue uno de 115 cardenales que participaron en el cónclave que eligió a Joseph Ratzinger como el Papa Benedicto XVI.

No participó en el cónclave que eligió Papa a Jorge Mario Bergoglio porque superaba la edad permitida para los purpurados electores: 80 años.

Ha sufrido varios golpes en poco tiempo. En primer lugar, dejar el cargo en el Colegio Cardenalicio. No hay precedentes recientes. Fue la primera vez que un purpurado deja de serlo por esta causa.

El golpe más duro ha sido encontrarlo culpable de violar el sexto mandamiento: “No cometerás actos impuros”.

Además, se determinó que usó el sacramento de la confesión como “agravante de abuso de poder”.

Con esa decisión ha perdido su estado clerical, se le ha despojado de su condición de sacerdote, por lo que no podrá administrar los sacramentos, no podrá presentarse o vestir como un sacerdote ni recibir asignación económica alguna por parte de instituciones eclesiales.

La legislación eclesiástica dice en su canon 290 que “ Una vez recibida válidamente la ordenación sagrada nunca se anula. Sin embargo, un clérigo pierde el estado clerical:

1. por sentencia judicial o decreto administrativo en los que se declare la invalidez de la sagrada ordenación;

2. por la pena de dimisión legítimamente impuesta