El cardenal francés Philippe Xavier Christian Ignace Marie Barbarin, arzobispo de Lyon, anunció este jueves 7 de marzo su decisión de dimitir al cargo luego que un tribunal lo condenó a seis meses de prisión por no denunciar los abusos sexuales del sacerdote Bernard Preynat.

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El purpurado fue condenado por el tribunal penal de Lyon por el cargo de no denunciar los abusos de un cura, ocurridos hace más de 25 años y que sirvió en la arquidiócesis de Lyon hasta 2015.

Los jueces consideraron que “aunque sus funciones le daban acceso a todas las informaciones y que tenía la capacidad de analizarlas y comunicarlas, Barbarin tomó, conscientemente, la decisión de no transmitirlas a la justicia para preservar la institución a la que pertenece”, según publicó el diario local Le Progrès.

Por su parte, el diario español La Vanguardia señaló que “la condena ha llegado como una sorpresa, ya que la fiscalía no solicitó ninguna pena contra Barbarin por considerar que una parte de los hechos había prescrito y que no estaba demostrado que hubiera intención de ocultamiento”.

Aunque la condena es simbólica, la defensa apelará la sentencia del tribunal. “Vamos a apelar esta decisión a través de todas las vías de derecho”, dijo el defensor Jean-Félix Luciani.

Consideró que la decisión de los jueces no es justa: “Esperamos que en el próximo nivel se haga justicia”.

El purpurado hizo una declaración a los periodistas en la que afirmó: “Tomo nota de la decisión del tribunal. Independientemente de mi suerte personal quiero volver a expresar a las víctimas mi compasión y que ellas y sus familias están en mis oraciones… he decidido ir a ver al Santo Padre para presentarle mi dimisión. Él me recibirá en algunos días. Les agradezco”.

Reacciones

François Devaux, presidente de la asociación Palabra Liberada, creada por las víctimas de Preynat y considerada la principal responsable de haber roto el muro de silencio mantenido por la Iglesia francesa en torno a la pederastia durante décadas, había declarado al periódico El País durante las audiencias de enero que sólo con conseguir haber sentado al cardenal Barbarin en el banquillo se daban por satisfechos, ya que de este modo se había logrado abrir el debate en la sociedad francesa y en la propia Iglesia, que en noviembre anunció la creación de una comisión independiente que investigará los casos de pederastia en la Iglesia desde 1950.

La sentencia, que ha sorprendido en Francia, es considerada una victoria inesperada. Devaux la calificó ante la prensa como “una gran victoria para la protección de los niños”.

“Es una señal, un mensaje fuerte enviado a la Iglesia de Francia, al mundo y al Papa Francisco. Puede que esto les ayude a reorientar un poco su dimensión un tanto sagrada y a darse cuenta de que aquí estamos en la tierra. Que hay cosas aceptables y otras que no lo son. Creo que eso era necesario”, agregó, según la agencia AFP.

El diario Le Monde consideró en este sentido que el juicio en sí se inscribe ya “en la lista de procesos que marcan una etapa, como el de Bobigny en 1972 sobre el aborto o el de las caricaturas de Mahoma publicadas por Charlie Hebdo, sobre la libertad de expresión en 2007”.

La Comisión Episcopal de Francia (CEF) indicó en un comunicado que “toma nota de la decisión de la justicia dada a conocer hoy sobre el cardenal Barbarin por no denunciar” los abusos sexuales de Preynat; señaló que “no comentará la decisión”.

“Como todo ciudadanos francés, el cardenal Barbarin tiene el derecho de utilizar los recursos que están a su disposición, que es lo que ha hecho y de lo cual esperamos el resultado del procedimiento”, indicó la CEF.

Asimismo, comentó que la decisión de presentar su dimisión al Papa Francisco tiene que ver con la “conciencia personal” del cardenal.

Los obispos reiteraron su voluntad de “luchar con determinación contra todas las agresiones sexuales cometidas por clérigos contra menores”, y ofrecieron al Cardenal Barbarin “las oraciones por él y por la diócesis de Lyon”.

El juicio

El 7 de enero de 2019, Barbarin negó ante el tribunal haber encubierto casos de pedofilia.

En aquella audiencia también comparecieron otros cinco eclesiásticos, acusados de “no denunciar la violencia sexual contra menores” y “por no dar asistencia a las personas en peligro” ante los abusos cometidos por el padre Bernard Preynat.

Pero los juzgadores sólo condenaron a Barbarin y decidieron absolver a los otros cinco acusados, todos antiguos altos responsables de la diócesis de Lyon.

Las acusaciones fueron planteadas por diez de las más de 70 víctimas del sacerdote, que en las décadas de 1970 y 1980 era capellán de un grupo scout en la periferia de Lyon, pero que no estaba vinculado al movimiento scout oficial.

“Nunca he buscado esconder y aún menos encubrir esos horribles hechos”, señaló el cardenal que dirige la Arquidiócesis de Lyon desde 2002. Además se disculpó por algunas de sus afirmaciones públicas de los últimos años. “No tengo nada más que declarar. No he sabido siempre utilizar las palabras más correctas. Lo que digo hoy viene de lo más profundo de mi corazón y mi fe”, señaló en la declaración leída al inicio de su comparecencia.

Según informó la web Vatican News, el purpurado habló sobre los abusos cometidos por el padre Preynat contra los menores scout. Una de las víctimas, Alexandre Hezez, se reunió con el Cardenal Barbarin en noviembre de 2014 para narrarle lo que padeció de niño.

Ante estos hechos, el arzobispo decidió transmitir el testimonio al Vaticano. Al mismo tiempo exhortó a Hezez a encontrar a las demás víctimas para iniciar un procedimiento judicial, ya que los abusos que había sufrido habían prescrito según las leyes francesas.
Y así fue.

El 31 de agosto de 2015 el cardenal Barbarin, de acuerdo con el Vaticano, retiró de sus funciones al sacerdote violador “Hice exactamente lo que Roma me ha pedido”, dijo. Sin embargo, admitió haber sido “imprudente” cuando nombró al sacerdote Preynat en 2011 para que dirigiera un decanato cercano a Roanne.

El sacerdote Bernard Preynat confesó haber abusado de miembros de los boy scouts en las décadas de 1980 y 1990 y será juzgado por separado.

El caso inspiró al director francés Francois Ozon a filmar una película, “Grace a Dieu”, que se presentó recientemente en el Festival de Berlín; en el filme de 137 minutos participan Melvil Poupaud, Denis Menochet, Swann Arlaud y Josiane Balasko. Lo distribuye Golem Distribución.

Un filme que hay que ver…

Y los hechos golpean de nuevo la credibilidad de la Iglesia católica.

Barbarin es la más alta autoridad de la Iglesia Católica procesada en Francia en relación con casos de abusos a menores. Y es el tercer cardenal, en el lapso de pocas semanas, en verse involucrado en un escándalo que ha manchado como nunca la credibilidad de la Iglesia. Al margen de George Pell, que fue miembro del grupo de cardenales consultores del Papa y prefecto de Economía de la Santa Sede y desde el miércoles pasado se encuentra encerrado en una cárcel de alta seguridad de Melbourne, el cardenal estadounidense Theodore McCarrick, influyente purpurado, fue expulsado del sacerdocio a mediados de febrero tras ser hallado culpable de haber abusado de seminaristas.
La noticia de la condena de Barbarin fue una bomba más que cayó, en cuestión de días, sobre el Vaticano, pero no hay marcha atrás.

La Santa Sede aún no ha dicho nada.

Pero en muy poco tiempo han caído varios príncipes de la iglesia, el Colegio cardenalicio se debilita.

Este asunto de prelados encubridores amenaza llegar a México.