Intento de robo a una iglesia frustrado por los fieles
Intento de robo a una iglesia frustrado por los fieles

En este año se incrementaron los delitos al interior de los templos, mientras disminuyeron los asesinatos a sacerdotes.

El alza en los robos a templos y fieles en el país fue de 12 y14 por ciento, respectivamente, reportó el Centro Católico Multimedial (CCM) en su informe de 2019, al indicar que la delincuencia ha obligado a que en las iglesias se adopten medidas de seguridad.

Precisa que, en promedio, cada semana se presentaron 26 asaltos a templos y 28 hurtos contra fieles.

Los registros del CCM indican que desde 1993 los delitos y conductas sacrílegas han ido en ascenso. Y en los últimos años poco más de mil 400 templos sufrieron desde robos menores, hurtos de consideración, hasta daños y delitos mayores en donde se lesionaron o asesinaron personas.

El seguimiento de casos, explica el informe del CCM coordinado por el religioso Omar Sotelo, se realizó a través de los medios de comunicación y por la información derivada de las diócesis.

Prácticamente en ciento por ciento de los casos, los templos e iglesias han adoptado medidas de seguridad, como la instalación de cámaras de circuito cerrado, barrotes, rejas, chapas de alta seguridad, alcancías blindadas y alarmas disuasivas.

El informe revela que la impunidad es constante, porque son escasos los resultados de las indagatorias presentadas ante autoridades ministeriales que no devuelven los montos robados a las iglesias afectadas.

En 2019 los delitos cometidos fueron:

Robo a templos para sustraer dinero de alcancías, hurto de aparatos diversos u objetos litúrgicos como vasos, copones y cálices. A esta categoría pertenece el mayor porcentaje de eventos en más de 90 por ciento durante este año, donde solitarios ladrones ingresan a los templos para realizar este cometido.

Robo a fieles quienes asisten a los servicios litúrgicos; los bienes más hurtados son carteras, monederos y teléfonos celulares. Perdiendo cualquier inhibición y sin importar los sistemas de vigilancia, los ladrones ingresan durante las horas de culto para amagar y amenazar a los parroquianos. Esto constituye aproximadamente 5 por ciento de los casos debido a la inseguridad de las zonas donde se encuentran los templos a los que se ha determinado cerrar sus puertas por la noche, ya que no hay ninguna clase de garantía.

También se registraron ataques directos por odio a la fe donde se da la profanación de especies eucarísticas, el robo con fines sacrílegos de hostias consagradas o el desprecio y burla a los lugares sagrados por diversas conductas o manifestaciones ideológicas.

La clausura de templos por fenómenos naturales. De acuerdo con los datos de la Conferencia del Episcopado Mexicano, los sismos de 2017 afectaron a más de mil templos en las zonas siniestradas del país y aun se resienten los efectos cuando cientos de comunidades permanecen sin un lugar para celebrar el culto. Estos dos últimos, representan 5 por ciento restante del seguimiento de casos durante 2019.

Un aspecto aparte es el robo de arte sacro. No se cuentan con cifras claras respecto al tráfico de bienes muebles del patrimonio nacional en este año; sin embargo, en abril las autoridades lograron la recuperación de un importante lote de piezas de arte sacro devuelta por el gobierno de Italia. Cerca de 600 piezas de los siglos XVIII al XX fueron regresadas a México al ser recuperadas del mercado negro italiano y sustraídas del país debido a la afectación derivada de los sismos de 2017.

El CCM consideró que las ganancias por el tráfico de arte sacro pueden ascender a 83 millones de pesos anuales y diversas hipótesis de las autoridades señalan que coleccionistas y anticuarios de Europa, Estados Unidos y Asia son los principales interesados en la búsqueda de piezas del patrimonio nacional.

Los estados donde se comete el mayor número de ilícitos son Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tamaulipas, San Luis Potosí, Hidalgo, Veracruz, Ciudad de México, Tabasco y Zacatecas.

Los ataques han dejado no sólo víctimas del delito por haber lesionado sus bienes y patrimonio. Hay quienes sufrieron lesiones a su integridad corporal, como fue el caso de cuatro niños en una comunidad católica de Zacatecas, quienes fueron atacados presuntamente con una granada.

En Puebla, Ambrosio Arellano, sacerdote de 78 años, fue torturado al interior de su parroquia provocándole graves lesiones, mientras que en Cuernavaca otro religioso fue atacado a balazos sin perder la vida.

En esta ciudad, el padre Juvenal Candia Mosso, de la diócesis de Tlapa, fue herido de bala a las afueras del seminario.

El CCM abunda que de 2012 a 2019 se han cometido 27 homicidios contra sacerdotes, además hay 2 presbíteros desaparecidos.

Precisa que en 2018 fueron ultimados 7 sacerdotes y en este año, uno. Se trata del padre José Martín Guzmán Vega, de la diócesis de Matamoros, quien fue herido al interior de su parroquia perdiendo la vida posteriormente en el Hospital General.

También se registró el asesinato de dos personas en el atrio de una iglesia en Fortín de las Flores, Veracruz.

Ante esa situación de violencia, algunas diócesis han ordenado el cierre de templos durante las horas de la noche por no haber garantías de seguridad.