Antes de finalizar la misa de clausura de la decimoquinta Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, donde participaron durante varios días 269 padres sinodales y 34 jóvenes -en la clausura se contó con la participación del Papa Francisco-, el cardenal Lorenzo Baldisseri leyó una carta dedicada a los jóvenes de todo el mundo, en la que los exhortan a perseverar en el camino de la fe, a pesar de los obstáculos que surjan a lo largo de la vida.

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La carta fue redactada por una comisión compuesta por cuatro padres sinodales procedentes de distintos continentes, dos jóvenes auditoras, un invitado especial y un experto, todos participantes en el Sínodo de los Obispos.

La carta:

Nos dirigimos a vosotros, jóvenes del mundo, nosotros como padres sinodales, con una palabra de esperanza, de confianza, de consuelo. En estos días hemos estado reunidos para escuchar la voz de Jesús, “el Cristo eternamente joven” y reconocer en Él vuestras muchas voces, vuestros gritos de alegría, los lamentos, los silencios.

Conocemos vuestras búsquedas interiores, vuestras alegrías y esperanzas, los dolores y las angustias que os inquietan. Deseamos que ahora podáis escuchar una palabra nuestra: queremos ayudaros en vuestras alegrías para que vuestras esperanzas se transformen en ideales. Estamos seguros que estáis dispuestos a entregaros con vuestras ganas de vivir para que vuestros sueños se hagan realidad en vuestra existencia y en la historia humana.

Que nuestras debilidades no os desanimen, que la fragilidad y los pecados no sean la causa de perder vuestra confianza. La Iglesia es vuestra madre, no os abandona y está dispuesta a acompañaros por caminos nuevos, por las alturas donde el viento del Espíritu sopla con más fuerza, haciendo desaparecer las nieblas de la indiferencia, de la superficialidad, del desánimo.

Cuando el mundo, que Dios ha amado tanto hasta darle a su Hijo Jesús, se fija en las cosas, en el éxito inmediato, en el placer y aplasta a los más débiles, vosotros debéis ayudarle a levantar la mirada hacia el amor, la belleza, la verdad, la justicia.

Durante un mes hemos caminado juntamente con algunos de vosotros y con muchos otros unidos por la oración y el afecto. Deseamos continuar ahora el camino en cada lugar de la tierra donde el Señor Jesús nos envía como discípulos misioneros.

La Iglesia y el mundo tienen necesidad urgente de vuestro entusiasmo. Hacéos compañeros de camino de los más débiles, de los pobres, de los heridos por la vida.

Sois el presente, sed el futuro más luminoso.

Integrantes de la comisión redactora:

Padres sinodales:

  1. Monseñor Dieudonné Nzapalainga, C.S.Sp., arzobispo de Bangui (República Centroafricana)
  2. Monseñor Emmanuel Gobilliard, obispo auxiliar de Lyon (Francia)
  3. Monseñor Anthony Colin Fisher, O P, arzobispo de Sydney (Australia)
  4. Monseñor Eduardo Horacio García, obispo de San Justo (Argentina)

Auditores jóvenes:

  1. Briana Regina Santiago, apóstol de la Vida Interior (Estados Unidos)
  2. Anastasia Indrawan, miembro de la Comisión para los Jóvenes de la Conferencia Episcopal de Indonesia (Indonesia).

Invitados especiales:

  1. Fr. Alois, prior de la Comunidad Ecuménica de Taizé (Francia).

Expertos:

  1. Rev. Michele Falabretti, responsable del Servicio Nacional para la Pastoral Juvenil de la Conferencia Episcopal Italiana.

Este es el documento aprobado.