El Papa Francisco rompió el silencio y abordó el tema Venezuela. Lo hizo dos veces en el mismo día: la primera, el domingo por la mañana en su habitual rezo del Angelus. Dijo: “Aquí en Panamá he pensado mucho en el pueblo venezolano, al que me siento particularmente unido estos días. Ante la grave situación que atraviesa, pido al Señor que se busque una solución justa y pacífica para superar la crisis, respetando los derechos humanos y deseando el bien de todos los habitantes del país”.

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Días antes, el vocero papal, Alessandro Gisoti, no quiso abordar el tema. Sólo emitió un breve comunicado en el que decía que el Vaticano apoyará “cualquier esfuerzo que evite el ulterior sufrimiento al pueblo venezolano”.

https://twitter.com/bruuma/status/1088470000296443904

Después, en su en su habitual conferencia de prensa durante el vuelo de regreso a Roma, la reportera mexicana Valentina Alazraki, corresponsal de Televisa, preguntó:

-Papa Francisco, usted ha dicho en estos días, aquí en Panamá, que estaba muy cerca de Venezuela, que se sentía muy cerca de los venezolanos y hoy ha pedido una solución justa, pacífica, en el respeto de los derechos humanos de todos. Los venezolanos quisieran entender qué significa esto. Quieren saber si esta solución pasa por el reconocimiento de Juan Guaidó, que ha sido respaldado por muchos países, otros piden elecciones a corto plazo, elecciones libres para que la gente pueda votar. Sienten que usted es un Papa latinoamericano y quieren sentir su apoyo, su ayuda y su consejo.

El Sumo Pontífice respondió que apoya “en este momento a todo el pueblo venezolano porque es un pueblo que está sufriendo. Incluso los que están de una parte y de otra. Todo el pueblo sufre. Y si yo entrara a decir ‘háganle caso a estos países, háganle caso a estos otros que dicen esto’ me metería en un rol que no conozco. Sería una imprudencia pastoral de mi parte y haría daño.

Las palabras las pensé, las repensé y creo que con esto expresé mi cercanía, lo que siento. Yo sufro por lo que está pasando en Venezuela en este momento. Y por eso deseo que se pongan de acuerdo… para una solución justa y pacífica.

¿Qué es lo que me asusta? El derramamiento de sangre. Y ahí también pido grandeza para ayudar a los que pueden ayudar a resolver el problema.

El problema de la violencia a mí me aterra. Después de todo el esfuerzo hecho en Colombia, lo que pasó en la escuela de cadetes el otro día fue terrorífico. No es solución la sangre. Por eso tengo que ser… no me gusta la palabra equilibrado. Tengo que ser pastor de todos, ver si necesitan ayuda y de común acuerdo que la pidan. Eso creo”.

Un día antes, en Twitter el Papa Francisco refrendó su deseo de una solución justa y pacífica. “#@Pontifex. Aquí en Panamá he pensado mucho en el pueblo venezolano, al que me siento especialmente unido en estos días. Ante la grave situación por la que atraviesa los invito a rezar conmigo para que se alcance una solución justa y pacífica”.