El pasado 3 de noviembre, el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, y el patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, firmaron un acuerdo en Estambul, Turquía, para fortalecer la “cooperación e interacción entre Ucrania y el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla”.

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El objetivo es llevar al pueblo ucraniano por el camino de la autocefalia para evitar cismas y hacer que prevalezca la paz entre los fieles.

“Lo que hemos suscrito cumple con todas las condiciones para dar inicio al proceso que culminará con el sínodo, ateniéndose estrictamente a los cánones de la Iglesia Ortodoxa”, dijo el presidente de Ucrania.

Poroshenko felicitó a Bartolomé I por la decisión tomada, a la que consideró histórica. “Quisiera que el 3 de noviembre sea recordado como una fecha histórica por la creación de la Iglesia ucraniana autocéfala”, señaló.

Bartolomé I indicó que el encuentro “podrá acelerar la extensión del llamado “Tomos” (decreto ), o sea el documento que concede la autocefalia a la Iglesia ortodoxa de Ucrania.

“La autocefalia, añadió el patriarca ecuménico, que ustedes han calurosamente querido y esperado por tanto tiempo, es un derecho. Así como ha sido un derecho que la tuvieran todos los demás pueblos de la Europa oriental y los países Balcánicos, recibiéndola precisamente de la Iglesia Madre de Constantinopla, puesto que solamente el Patriarcado ecuménico ( o sea él) tiene, según los sacros cánones, el derecho exclusivo de conceder la autocefalia, cuando lo considere oportuno”.

“Estamos convencidos, aquí en el Patriarcado ecuménico —dijo Bartolomé—, de que nuestra decisión guiará al pueblo ucraniano y a sus fieles ortodoxos hacia la unidad, de la que han sido privados durante casi treinta años. Así como estamos convencidos de que esta nueva Iglesia autocéfala de Ucrania podrá reunir a su alrededor a todos los fieles ortodoxos del país.

El patriarca agradeció al presidente de Ucrania por la concesión al Patriarcado ecuménico de la iglesia de San Andrés de Kiev, donde tendrá su sede la representación de la Iglesia Madre de Constantinopla.

Estuvieron presentes durante el encuentro los dos delegados -exarcas- en Ucrania del patriarca de Constantinopla: el arzobispo Daniel de Pamphile y el obispo Hilario de Edmonton, además del metropolita Emmanuel de Francia, director de las relaciones exteriores del Patriarcado ecuménico.

Reacción de Moscú

La reacción de Moscú fue inmediata: el responsable del departamento sinodal para las relaciones entre la Iglesia y la sociedad, Vladimir Legojda, declaró que el acuerdo suscrito en Fanar, en el marco de la visita de Poroshenko a Turquía, “no significa necesariamente la creación de una Iglesia ucraniana independiente”.

Punto.

El conflicto entre los ortodoxos de Ucrania y de Moscú tiene gran trascendencia pues Kiev es el punto de referencia y de origen de la Iglesia ortodoxa rusa; y es que fue precisamente en Kiev donde en el año 988 se convirtió al cristianismo el príncipe Vladímir, la figura eslava medieval invocada tanto por Rusia como por Ucrania.

Actualmente en Ucrania hay tres Iglesias ortodoxas: una que era dependiente de Moscú, que es mayoritaria; dos, la Iglesia Ortodoxa Ucraniana Autocéfala fundada en 1917, y, tres, la Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Kiev, creada en la década de los 90 con la independencia de Ucrania.