ENVIADA DESDE EL VATICANO

Blase Joseph Cupich, cardenal de Chicago, convocó a las conferencias episcopales a adoptar procedimientos “para hacer que los obispos involucrados en una mala conducta y un mal manejo rindan cuentas” y también puedan ser destituidos, esto durante la segunda jornada de trabajos del encuentro sobre “La protección de menores en la Iglesia”.

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Por eso, se pronunció por establecer “normas para la investigación de obispos” y “mecanismos independientes de información para recibir y transmitir las acusaciones”, así como la participación de expertos laicos “para ayudar desde este punto en adelante por el bien del proceso y el valor de la transparencia”.

Video desde la Nueva Sala del Sínodo, 2º Informe del Sr. Card. Blase Joseph Cupich

En su exposición, el cardenal Cupich planteó tres puntos principales: establecer normas para la investigación de los obispos, informar de las acusaciones y establecer pasos procesales.

Del primero explicó que siempre que el derecho civil exija que se denuncie el abuso a menores debe seguirse y las políticas deben ser claras; sobre el mecanismo para reportar acusaciones de abuso o mal manejo de esos casos por parte de los obispos, éstos deben ser transparentes y conocidos por los fieles, así como establecer mecanismos independientes de información.

También llamó a los obispos a no distanciarse de las víctimas sólo por el “miedo al escándalo” de que se conozcan los abusos”.

El cardenal Oswald Gracias, arzobispo de Bombay, puntualizó que la Iglesia debe adoptar una postura honesta, emprender discernimientos rigurosos y actuar con decisión para impedir que en el futuro se verifiquen más abusos, haciendo todo lo posible para evitar que en el futuro se registren más abusos.

Video desde la Nueva Sala del Sínodo, Oración Inicial y 1er Informe del Sr. Card. Oswald Gracias

Orden en casa

En conferencia de prensa, el cardenal Sean Patrick O’Malley, presidente de la Comisión para la Tutela de Menores, destacó que al encarar los abusos sexuales la Iglesia ayuda a toda la sociedad, pero advirtió: “Debemos empezar a poner orden en nuestra propia casa”.

Manifestó: “El liderazgo de la Iglesia debe empezar pro asumir la importancia y la gravedad del abuso, que puede dañar para siempre la vida de una persona”.

También expuso su satisfacción por cómo se desarrollan los trabajos del encuentro centrados en las víctimas.