Los católicos y los luteranos están llamados a amarse, dijo el Papa Francisco al recibir ayer en audiencia a una delegación de la Iglesia Evangélica Luterana Alemana encabezada por el obispo Gerhard Ulrich, quien iba acompañado por su esposa.

Ningún diálogo ecuménico puede avanzar si las partes se quedan quietas, agregó el Sano Padre; además, no se puede ser elitista en este intercambio. Asimismo, “estamos llamados a aliviar juntos las miserias de los necesitados y de los perseguidos. Los sufrimientos de tantos hermanos oprimidos por su fe en Jesús son también una invitación presente a alcanzar una unidad entre nosotros que cada vez sea más concreta y visible”, aseguró.

TE PUEDE INTERESAR: Llama Aguiar a los católicos a no despreciar las instituciones, las leyes y la normatividad

Francisco dijo a la delegación: “Les doy mi cálida bienvenida, alegre por su presencia. Le agradezco de todo corazón, obispo Ulrich, las palabras que me dirigió y que dan testimonio de su compromiso ecuménico. También saludo cordialmente a los demás representantes del Comité Nacional Alemán de la Federación Luterana Mundial y de la Iglesia Evangélica Luterana de Alemania, junto con sus invitados.”.

Minutos antes, el obispo Ulrich habló del diálogo entre católicos y luteranos citando el documento Del conflicto a la comunión.

E Papa, por su parte, recordó la conmemoración en Lund de los 500 años de la Reforma. Ahí se firmó, el 31 de octubre de 2017, la declaración conjunta, entre la Federación Luterana Mundial y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. “Nos encontramos en Lund (Suecia) para transformar, en espíritu de comunión fraterna, aquello que, por las heridas del pasado, podría haber suscitado polémicas y odios”, expresó.

El Obispo de Roma dijo que “gracias a Dios hemos podido constatar que los 500 años de historia ꟷa veces muy dolorosaꟷ que nos han visto contrapuestos y, a menudo en conflicto, han dejado paso en los últimos 50 años, a una creciente comunión”.

Para Francisco no hay duda de que tras este acercamiento se encuentra el Espíritu Santo:

“Gracias a la obra del Espíritu, a los encuentros fraternos, a gestos importantes, a la lógica del Evangelio más que a las estrategias humanas, así como por medio del diálogo oficial luterano-católico, ha sido posible superar viejos prejuicios entre ambas partes”.

Subrayó que el encuentro de Lund marcó un punto de inflexión en las relaciones ecuménicas. “La conmemoración común de la Reforma nos ha confirmado que el ecumenismo continuará marcando nuestro camino”.

Destacó que ese diálogo “es cada vez más una necesidad y un deseo, como muestran las numerosas oraciones en común y tantos encuentros ecuménicos que se han producido el año pasado en todo el mundo.

“No nos olvidemos de comenzar por la oración, porque el camino a seguir no lo marcan los planes humanos, sino el Espíritu Santo. Sólo Él abre el camino e ilumina los pasos que se deben dar”.

Bergoglio afirmó que “como cristianos, católicos y luteranos estamos llamados, por encima de todo, a amarnos intensamente, de corazón, los unos a los otros. El Espíritu de amor no puede más que empujarnos hacia los senderos de la caridad”.

Al final del encuentro, el papa y los hermanos luteranos rezaron de pie unos instantes antes de despedirse.