La mañana del sábado 23 de junio tuvo lugar en la sala del Tribunal Vaticano, la segunda parte del proceso judicial contra el ex diplomático Carlo Alberto Capella, acusado de posesión, divulgación e intercambio de pornografía infantil que, según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede, tuvo la primera audiencia la tarde del viernes 22.

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Los cargos contra monseñor Capella tienen el agravante de la ingente cantidad.

Tras finalizar la sesión matutina se hizo pública la sentencia: el prelado deberá pasar cinco años en la cárcel y pagar una multa de 5 mil euros.

Se le aplicó la pena máxima del artículo 10.3 de la Ley VIII de 2013.

Después de la lectura de la imputación se pidió una prueba psicológica y se interrogó al imputado. También se escucharon los testimonios del ingeniero Gianluca Gauzzi y del doctor Tommaso Parisi, solicitados por la defensa.

La audiencia concluyó a las 17:40 horas del viernes 22 y fue aplazada para las 10:00 horas del sábado 23 de junio.

Reconstrucción de los hechos

Capella es acusado de haber detenido, divulgado, difundido y ofrecido material de pornografía infantil, con el agravante de la gran cantidad. No negó su responsabilidad en el asunto y él mismo explicó que se trató de “actos compulsivos de consulta indebida en internet”.

Admitió la responsabilidad y expresó que su comportamiento se debió a “un estado temporal de crisis interna” durante su asignación diplomática en Washington en 2016.

Los testigos solicitados por la defensa del acusado fueron el psiquiatra Tommaso Parisi, quien ha tratado a monseñor Capella y destacó su buena disposición para la terapia, así como el ingeniero de la Gendarmería Vaticana, Gianluca Gauzzi, responsable de las operaciones de custodia y análisis de medios computarizados incautados al prelado, quien explicó con detalles cómo se encontraron y extrajeron fotos, películas y material de pornografía infantil, afirmando que Capella buscaba imágenes de jóvenes de entre 14 y 17 años.

También especificó que casi todo el material se encontraba en un servidor Cloud (nube) de EU, al cual el smartphone utilizado por el acusado transfería los contenidos.

Por ello, el Tribunal del Vaticano lo condenó a cinco años de prisión y una multa de 5 mil euros; aunque el promotor de justicia, Gian Piero Milano, había pedido una pena mayor; en tanto, la defensa había solicitado la pena mínima, sin detallar el número de años. La pena mínima es de un año.

La fiscalía vaticana argumentó que el sacerdote debía ser condenado porque se había demostrado que poseía “una ingente cantidad” de material de fotos y videos, y también dibujos con imágenes de menores en actos sexuales explícitos.

La defensa alegó que el tribunal pudiera aplicar el agravante de “ingente cantidad” de imágenes de pornografía infantil, porque argumentó que tenía alrededor de 40 y en la ley italiana este concepto implica más de un centenar.

La defensa consideró que los comportamientos de Capella “no son señal de cierta peligrosidad sino de un problema psicológico” y para demostrarlo adjuntó un informe que explicaba que Capella “no ha revelado tendencias a pedofilia o parafilia, sino que “sufre problemas de tipo psicológico relativos a su fragilidad”.

El acusado tuvo oportunidad de dirigirse al tribunal antes de que se fuera a deliberar, dijo que estaba arrepentido y que esperaba que esta situación fuera considerado un incidente en el camino de su vida sacerdotal.

Capella no es obispo, sino que ostenta el título de monseñor de forma honorífica. Trabajaba como consejero de la nunciatura en Washington; anteriormente desempeñaba un cargo en la sección de Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado del Vaticano.

En septiembre de 2017 la Santa Sede informó el inicio de la investigación a Capella, luego de que el 21 de agosto las autoridades del Departamento de Estado de EU notificara por vía diplomática, “la posible violación de las normas en materia de imágenes de pornografía infantil por parte de un miembro del cuerpo diplomático de la Santa Sede acreditado en Washington.

El pasado 7 de abril Capella fue arrestado y a principios de este mes se anunció la fecha del juicio.

Hoy es un caso cerrado, las cosas han cambiado, el Papa Francisco ha ordenado cero tolerancia en esos casos.