En lo que es considerada una de las investigaciones más exhaustivas sobre abuso sexual en la Iglesia Católica de EU, un gran jurado de Pensilvania informó este martes que existe evidencia creíble contra más de 300 curas que durante décadas dejaron más de mil víctimas menores de edad.

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De acuerdo con el reporte entregado a un gran jurado, algunos menores “fueron manipulados con alcohol o pornografía. A algunos les hicieron masturbar a sus agresores o fueron manoseados por ellos. Algunos fueron violados”, de distintas formas.

El jurado reprochó que todos los casos fueron dejados de lado por los líderes de la Iglesia, “quienes prefirieron proteger a los abusadores y a la institución”. Como consecuencia del encubrimiento, casi todos los expedientes son demasiado antiguos como para ser juzgados, ya que la mayoría son anteriores al año 2000.

Detalló que para elaborar este documento escuchó el testimonio de decenas de testigos y revisó medio millón de páginas de documentos internos de las diócesis de Pensilvania: Greensburg, Erie, Scranton, Allentown, Harrisburg y Pittsburgh.

Por ejemplo, el pasado 1 de agosto la diócesis de Harrisburg publicó una lista de 71 religiosos y seminaristas, algunos de ellos ya fallecidos, “acusados” de abusos sexuales a menores desde 1940.

“Creemos que el número real (de niños abusados, incluidos aquellos cuyos expedientes se perdieron o que nunca denunciaron por miedo) está en los miles”, señaló el jurado en su informe de mil 400 páginas.

Josh Shapiro, fiscal general de Pensilvania,, afirmó en conferencia de prensa que “Para muchas víctimas este informe del gran jurado hace justicia” y precisó que la investigación se extendió durante 18 meses.