Foto:savealfieevans.com
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El Papa Francisco había pedido al hospital Bambino Gesú pagar los gastos para trasladarlo a Roma.

La Corte Suprema del Reino Unido dictaminó este viernes 20 de abril que el niño Alfie Evans, de 23 meses de edad, debe ser desconectado del dispositivo que lo mantiene respirando, con lo que los esfuerzos de sus padres, Tom Evans, de 21 años, y Kate James, de 20 años, para trasladarlo al hospital Bambino Gesú, Mariella Enoc, manejado por El Vaticano, resultaron infructuosos.

Tres jueces de la Corte Suprema desestimaron la solicitud de la pareja y acordaron con los médicos de Alfie diciendo que “no hay esperanza de que mejore. El hospital debe ser libre para hacer lo que se ha determinado que es mejor en el interés de Alfie. Ésa es la ley en este país. Ninguna petición a la Corte Europea de Derechos Humanos en Estrasburgo puede o debería cambiar eso”.

Lady Hale, la presidenta de la Corte Suprema, Lord Kerr y Lord Wilson dijeron que una persona que no podía moverse debido a las medidas tomadas en una unidad de cuidados intensivos del hospital para mantenerlos vivos no estaba siendo “privada de libertad” y que no había motivo para más demoras.

Atrás quedó la petición del Papa Francisco

Horas antes de la decisión judicial, la presidenta del hospital pediátrico Bambino Gesú, Mariella Enoc, dijo a los medios que el Vicario de Cristo les había pedido “hacer lo posible y lo imposible” por Evans. Incluso plantearon cubrir el costo del transporte del niño a Roma.

Francisco se reunió con Thomas Evans, padre del niño en la Casa Santa Marta la mañana del miércoles 18 de abril durante 20 minutos. Horas después, durante la audiencia general, el Pontífice recordó con énfasis que “¡el único dueño de la vida, desde el inicio hasta el fin natural, es Dios!”.

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