Foto:Long Thien

El Papa Francisco afirmó que el clamor de las víctimas de abusos sexuales en Chile “llegó al cielo” y agradeció la valentía y perseverancia de cada una de ellas.

En una carta fechada este 31 de mayo y dirigida a la Iglesia Católica de Chile, el Sumo Pontífice puntualizó que “la cultura el abuso y del encubrimiento es incompatible con la lógica del Evangelio”.

“La salvación ofrecida por Cristo es siempre una oferta, un don que reclama y exige la libertad. Lavando los pies a los discípulos es como Cristo nos muestra el rostro de Dios. Nunca es por coacción ni obligación, sino por servicio. Digámoslo claro, todos los medios que atenten contra la libertad e integridad de las personas son antievangélicos”, puntualizó el Papa en el documento de ocho cuartillas difundido por el Episcopado chileno.

Asimismo, el Vicario de Cristo confirmó un nuevo viaje a ese país sudamericano de Charles Scicluna, obispo de Malta, y Jordi Bertomeu, oficial de la Congregación de la Doctrina de la Fe, quienes estuvieron en febrero pasado en la ciudad de Santiago para escuchar a las víctimas.

La intención es, dijeron autoridades vaticanas, “avanzar en el proceso de reparación y sanación de las víctimas”.

De hecho para este fin de semana, el Papa invitó al Vaticano a un grupo de nueve sacerdotes y laicos víctimas de abusos de “conciencia”, con lo que el Sumo Pontífice cerrará la serie de reuniones destinadas a poner fin a la “cultura de abusos” en la Iglesia chilena.

En su carta, Francisco admitió: “Con vergüenza debo decir que no supimos escuchar ni reaccionar a tiempo” frente a los abusos sexuales.

En la falta de atención a las víctimas “reside una de nuestras principales faltas y omisión: el no saber escuchar a las víctimas. Así se construyeron conclusiones parciales a las que le faltaban elementos cruciales para un sano y claro discernimiento”, expone.

Agregó: “En el Pueblo de Dios no existen cristianos de primera, segunda o tercera categoría. Su participación activa no es cuestión de concesiones de buena voluntad, sino que es constitutiva de la naturaleza eclesial… La renovación en la jerarquía eclesial por sí misma no genera la transformaci6n a la que el Espíritu Santo nos impulsa. Se nos exige promover conjuntamente una transformación eclesial que nos involucre a todos”.

El Papa llamó a «mirar el presente sin evasiones pero con valentía, con coraje pero sabiamente, con tenacidad pero sin violencia, con pasión pero sin fanatismo, con constancia pero sin ansiedad, y así cambiar todo aquello que hoy ponga en riesgo la integridad y la dignidad de cada persona; ya que las soluciones que se necesitan reclaman encarar los problemas sin quedar atrapados en ellos”.

Den el contexto de renovación por el que atraviesa la Iglesia chilena, luego de la renuncia de sus 34 obispos el pasado 18 de mayo, Francisco insistió en que nunca más habrá espacio  a la cultura del abuso, “así como al sistema de encubrimiento que le permite perpetuarse”. Se debe trabajar entre todos “para generar una cultura del cuidado que impregne nuestras formas de relacionarnos, de rezar, de pensar, de vivir la autoridad; nuestras costumbres y lenguajes y nuestra relación con el poder y el dinero”, apuntó.

“Hoy sabemos que la mejor palabra que podamos dar frente al dolor causado es el compromiso para la conversión personal, comunitaria y social que aprenda a escuchar y cuidar especialmente a los más vulnerables. Urge, por tanto, generar espacios donde la cultura del abuso y del encubrimiento no sea el esquema dominante.

Aquí, la carta completa del Papa Francisco