Con el tema: “Discípulos misioneros: testigos de Dios” y la presencia de 3 mil delegados, se inició este jueves 20 de septiembre en Grapevine, Texas, el quinto Encuentro Nacional de los católicos hispanos de Estados Unidos.

TIENES QUE VER: El Vaticano y China amarran histórico acuerdo para reanudar relaciones

Durante cuatro días los delegados pretenden concretar cinco objetivos:

  1. Encontrar las necesidades y aspiraciones de los católicos de origen hispano.
  2. Promover oportunidades de liderazgo para ellos.
  3. Desarrollar nuevas maneras de formarlos y alentarlos en sus vocaciones-
  4. Invitar a todos los católicos a acompañar a los fieles de origen hispano.
  5. Desarrollar iniciativas que preparen a los hispanos católicos para compartir y celebrar las Buenas Nuevas de Jesucristo y convertirse en fermento para el Reino de Dios en la sociedad.

Para llegar a este acto se realizaron durante cuatro años consultas y talleres a nivel parroquial y hubo una selección de entre 250 mil personas.

Entre los oradores del encuentro están el obispo auxiliar de Detroit, José Arturo Cepeda Escobedo; el arzobispo de Galveston-Houston y presidente de la conferencia de obispos de EU, el cardenal Daniel DiNardo; la hermana Ana María Pineda, de la Universidad de Santa Clara en California; el arzobispo de Newark, el cardenal Joseph Tobin; y el caballero supremo de los Caballeros de Colón, Carl Anderson.

El programa incluye servicios religiosos diarios, el rezo del Rosario, además de las sesiones regionales, interregionales y ministeriales para grupos pequeños.

El primer encuentro se llevó a cabo en 1972, y según una carta emitida por la Conferencia de Obispos de EU, es una oportunidad para “escuchar con profunda atención las necesidades, los desafíos y las aspiraciones que enfrenta la creciente población hispana/latina en la vida cotidiana”.

El Papa Francisco se hizo presente con un videomensaje, en el que manifestó su gratitud y cercanía a los participantes.

Queridos hermanos obispos y delegados al quinto Encuentro Nacional de Pastoral Hispana/Latina:

Me alegra tener la oportunidad de hablarles en esta ocasión.

Es un hecho histórico para la Iglesia en Estados Unidos.

A través de este quinto encuentro ustedes buscan crear una cultura del encuentro que suscite la esperanza: diversas culturas, diversos modos de vivir, de pensar, de sentir se encuentran y se camina en esperanza.

Se han propuesto lograr una manera distinta de ser y de relacionarse, que aliente a cada persona y a cada grupo a compartir la riqueza de sus tradiciones, la riqueza de sus experiencias, a derribar muros, a construir puentes.

Veo que el quinto encuentro es una manera concreta de la Iglesia en EU para responder al desafío de “salir” de cualquier tipo de comodidad, de instalación y convertirse en fermento de comunión con todos los que buscan un futuro de esperanza, especialmente con los jóvenes y con las familias que viven en las periferias de la sociedad.

También me da gusto ver que el quinto encuentro, en continuidad con los encuentros anteriores, reconoce y valora los dones específicos que los católicos hispanos ofrecen hoy y seguirán ofreciendo en el futuro a la Iglesia en su país.

¡Y esta experiencia de encuentro va mucho más allá todavía!

Es parte de un proceso mucho más grande de renovación, de impulso misionero, al que están llamadas todas las Iglesias locales… las iglesias particulares, con la rica diversidad humana y cultural; y esta fue siempre la experiencia en varias diócesis de vuestro país, donde el proceso del encuentro ha incluido a todos los fieles.

Sé que el proceso de este quinto encuentro confortó a muchos inmigrantes que viven en situaciones de temor y de incertidumbre.

El quinto encuentro les ha brindado un mayor sentido de comunidad, amistad, apoyo, también ha sido un instrumento de gracia que condujo a la conversión de corazón de muchas personas y, sobre todo, a la conversón pastoral de situaciones y a la conversión pastoral de las iglesias particulares, de las parroquias, de los colegios, de cualquier tipo de encuentro eclesial.

La conversión pastoral a través del encuentro, por supuesto, en la adoración de Jesucristo.

Espero que este quinto encuentro siga dando frutos y que la Iglesia, en todos sus ámbitos, siga acompañando este proceso con la propia reflexión, con el propio discernimiento pastoral después que se realice el encuentro nacional. O sea, que sigan las iglesias particulares acompañando todo este proceso. De manera particular, les pido que consideren de qué manera sus iglesias particulares pueden responder mejor a la creciente presencia, a los dones y al potencial de la juventud y de las familias hispanas y de otras culturas.

Soy consciente del aporte que la comunidad hispana ofrece a la vida de la nación y rezo para que el quinto encuentro siga contribuyendo a la renovación de la sociedad y al apostolado de la Iglesia en Estados Unidos de América.

Con mucha gratitud a todos los que participaron en la preparación del quinto encuentro y a los que participarán en el proceso ulterior, les aseguro mi cercanía personal, mis oraciones por esta importante iniciativa de la Conferencia Episcopal.

Los encomiendo a nuestra Madre Guadalupe, le pido que los mire, ¡déjense mirar por ella! Y le pido al Señor que los bendiga, a todos y a cada uno de ustedes.

Y a ustedes les pido que no se olviden de rezar por mí. ¡Adelante!