Ante la crisis del coronavirus en Italia y, por tanto, en el Vaticano, el Papa Francisco dirigió su mensaje dominical de manera excepcional desde un espacio cerrado: la Biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano.

Les dijo a los miles de fieles desde una pantalla:

“Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

“Es un poco extraña esta oración del Ángelus de hoy, con el Papa “enjaulado” en la biblioteca, pero os veo, estoy cerca de vosotros. Y también me gustaría empezar agradeciendo a ese grupo (presente en la plaza) manifestando y luchando por los olvidados de Idlib” (ciudad situada en el noroeste de Siria, donde ocurren una serie de enfrentamientos que en las últimas horas han dejado al menos 15 muertos).

“¡Gracias por lo que hacen!”

Francisco justificó así el modo de rezar el Ángelus: “Lo hacemos para cumplir con las disposiciones preventivas, para evitar las pequeñas multitudes de gente, que pueden favorecer la transmisión del virus.

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“Estoy cerca de las personas que sufren la epidemia actual de coronavirus y de todos los que los cuidan. Me uno a mis hermanos obispos para alentar a los fieles a vivir este momento difícil con la fuerza de la fe, la certeza de la esperanza y el fervor de la caridad. Que el tiempo de Cuaresma nos ayude a todos a dar un significado evangélico incluso en este momento de prueba y sufrimiento”.

Al final del Ángelus deseó un buen domingo y pidió un “no se olviden rezar por mí”. Aprovechó para ir a la ventana “y veros un poco en tiempo real”.

Momentos después, bendijo personalmente a un grupo de peregrinos, mientras sonaban las campanas.

Horas antes, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, firmó un decreto que limita la posibilidad de movimiento en las áreas más afectadas por el coronavirus.

Italia es el país más afectado de Europa, ya son varias las regiones puestas en cuarentena.

Y aunque en el Vaticano sólo hay un caso de coronavirus, hay medidas severas; de entrada los museos han sido cerrados, así también las excavaciones de la Necrópolis Vaticana, el Museo de las Villas Pontificias y los Museos de basílicas pontificias, estarán cerradas hasta el viernes 3 de abril.

-¿Cuál es la situación del contagio por coronavirus?, le pregunta la Vatican News al profesor Arcangeli, responsable de los asuntos de salud del Vaticano.

-Hasta ahora sólo ha habido un caso. Sin embargo, es bueno aclarar que no era un residente del Vaticano ni tampoco un empleado, sino una persona que había pasado por nuestra Dirección de Salud e Higiene para someterse a exámenes médicos en vista de una contratación.

Comentó que un día después que se enteraron “cuando tuvo los primeros síntomas, fue directamente al Hospital Gemelli, donde informó que había estado en el Vaticano el día anterior.”

Y añade que se vieron obligados por la situación a convocar una reunión de emergencia nocturna “con el objetivo de proteger a las personas que se encontraban en contacto cercano con él y decidimos suspender la actividad de salud para desinfectar los ambientes con la excepción, por supuesto, de los servicios de asistencia médica y la sala de emergencias disponibles para los residentes y trabajadores del Vaticano.”

-¿Cuáles son los consejos prácticos que sugiere seguir?

-Los consejos son los mismos que las autoridades sanitarias italianas y mundiales y los médicos especializados en virología y enfermedades infecciosas han estado repitiendo durante muchos días. En particular, el lavado y la desinfección de las manos son decisivos para prevenir la infección, las manos deben lavarse con agua y jabón durante al menos 30 segundos y también se puede usar el gel hidroalcohólico; otro aspecto fundamental es evitar el contacto cercano con las personas manteniéndose al menos a un metro de distancia, por lo tanto, evitando lugares abarrotados y situaciones que puedan favorecer el contacto cercano, por ejemplo, dentro de un ascensor.

Pierangelo Pedretti, prelado secretario del Vicariato Capitolino, dio a conocer que se tomó la decisión de suspender hasta el próximo 15 de marzo “las actividades no sacramentales, es decir, los catecismos de los sacramentos de la iniciación cristiana, los cursos de preparación al matrimonio y el acompañamiento de parejas, los retiros y ejercicios espirituales, las peregrinaciones, las actividades asociativas y oratorias, los viajes de fe de jóvenes adolescentes y adultos y, en general, todas las actividades de grupo”.

Sólo se permiten “las celebraciones litúrgicas en días laborables y festivos, siempre que el lugar de culto permita respetar las medidas de precaución que las autoridades competentes consideren esenciales, en particular para mantener al menos una distancia de un metro entre las personas”.

Además, las indicaciones dadas por el Vicariato el 3 de marzo pasado siguen vigentes: “omisión del signo del intercambio de la paz, recepción de la Sagrada Comunión en la mano y vaciado de las pilas”.

El asunto se ha tomado con mucha seriedad y responsabilidad.