Foto:Agamitsudo
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Tras leer con detenimiento los testimonios relacionados con el caso del presunto encubrimiento de abusos sexuales por parte del obispo chileno Juan Barros, el Papa Francisco reconoció que “he incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada. Ya desde ahora pido perdón a todos aquellos a los que ofendí”.

El Obispo de Roma se manifestó así en una carta dirigida a los obispos de la Conferencia Episcopal del Chile. En el documento también afirma que los testimonios recogidos por Charles Scicluna, arzobispo de Malta y presidente del Colegio para el Examen de los Recursos (en materia de delitos más graves) en la Congregación para la Doctrina de la Fe, así como por el sacerdote Jordi Bertomeu, oficial de dicha congregación, “hablan de un modo descarnado, sin aditivos ni edulcorantes, de muchas vidas crucificadas y les confieso que ello me causa dolor y vergüenza”.

Scicluna y Bertomeu sostuvieron reuniones durante febrero pasado, tanto en Nueva York como en Santiago de Chile, con víctimas del sacerdote Fernando Karadima Fariña, quien fue condenado por la justicia ordinaria y la eclesiástica por abusos sexuales a menores de edad.

La inocencia del obispo Juan Barros, acusado de encubrir estos delitos, fue defendida por el Papa en enero pasado, durante su visita a Chile, aunque posteriormente pidió disculpas y ordenó una investigación. En su carta, Francisco le pide a los obispos chilenos, reunidos en la 115 asamblea plenaria, “su colaboración y asistencia en las medidas que a corto, medio y largo plazo deberán ser adoptadas para restablecer la comunión eclesial en Chile, con el objetivo de reparar en lo posible el escándalo y restablecer la justicia”, y los convocó a una reunión en Roma para comunicar sus conclusiones sobre la indagatoria sobre Barros, obispo de la ciudad chilena de Osorno desde 2015.

Aquí la carta completa del Papa.

Víctimas reconocen el gesto del Papa

James Hamilton, José Andrés Murillo y Carlos Cruz, todos víctimas de Kardima y denunciantes de Barros, fueron invitados a una reunión en El Vaticano. Cruz confirmó en su cuenta de Twitter haber recibido la convocatoria y publicó lo siguiente: