El pasado 24 de octubre, el Papa Francisco recibió en audiencia privada al patriarca catholicós de todos los armenios, Karekin II, líder espiritual de la Iglesia Apostólica de Armenia.

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  • Santidad.
  • Encantado de verle.
  • Encantado.
  • Estoy muy contento.

Esa fue la forma cordial del saludo entre el Papa Francisco y Karekin II.

Charlaron varios unos minutos en privado evidenciando, una vez más, el buen entendimiento entre la Iglesia Católica y la Iglesia apostólica armenia.

Tras el tradicional intercambio de regalos llegó el turno de las fotografías protocolarias y después la despedida, muy afectuosa.
“Que nuestra oración le acompañe”.

La última vez que Francisco se reunió con Karekin II fue el 5 abril de 2018, cuando se inauguró en los jardines vaticanos la estatua de San Gregorio de Narek, declarado en 2015 doctor de la Iglesia precisamente por el Papa Francisco.

¿Quién es Karekin II?

Es el patriarca actual de la Iglesia Apostólica Armenia. Nació bajo el nombre de Krtich Nersessian en Voskehat, Armenia el 21 de agosto de 1951. Entró en el seminario en 1965 y se graduó en 1971; estudio en varias universidades en Viena, Bonn y Zagorsk, Rusia.

En 1983 fue nombrado obispo en Echmiadzin, y en 1999 fue elegido Catholicós de Armenia y de todos los Armenios en Echmiadzin, sucediendo a Su Santidad Karekin I.

Meses después, en el año 2000 hizo una visita al Vaticano para invitar a Juan Pablo II a visitar Armenia.

En 2001 el Papa Juan Pablo II viajó a Armenia y firmó una declaración común con su santidad Karenin II.

“La celebración del decimoséptimo centenario de la proclamación del cristianismo como religión de Armenia nos ha reunido a nosotros, Juan Pablo II, Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia católica, y Karekin II, Patriarca supremo y Catholicós de todos los armenios; damos gracias a Dios por brindarnos esta feliz oportunidad de unirnos de nuevo en la oración común, para alabar su santísimo nombre. Bendita sea la santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y por siempre…”

En el 2006 visitó durante una semana en Estambul, al patriarca ecuménico Bartolomeo I y para bendecir a la comunidad Armenia en la ciudad, y obviamente durante aquella visita causó controversia mencionando el genocidio armenio, en el que Turquía fue protagonista.

Recordemos que el genocidio armenio fue la masacre perpetrada por el Imperio Otomano, la actual Turquía, en la que 1.5 millones de armenios murieron asesinados entre 1915 y 1923; una masacre que los turcos no admiten como genocidio….

Años después, el domingo 12 de abril de 2015, segundo domingo de Pascua, día de la Divina Misericordia, se celebró en Roma la “Santa Misa por el centenario de los mártires armenios”.

Había en la Basílica de San Pedro, miles de fieles armenios que asistieron a la celebración del servicio religioso con motivo de los 100 años del martirio, la deportación y exterminio de quizá 1.5 millones de armenios; estaban en la celebración varios líderes religiosos.

La eucaristía fue presidida por el mismísimo papa jesuita y concelebrada por su beatitud Nerses Bedros XIX Tarmouni, patriarca de Cilicia de los Armenios católicos; estaba ahí su santidad Karekin II, supremo patriarca y Catholicos de todos los armenios; y su santidad Aram I, Catholicos de la Grande Casa de Cilicia. Como invitado se encontraba el presidente de la República de Armenia, Ser Sargsyan.

A un costado del altar en San Pedro, estaba una imagen de la Virgen María y del otro el ícono de San Gregorio de Narek, uno de los 36 santos proclamados doctores de la Iglesias (durante la masacre de los años 1915-1916, fueron destruidos el monasterio y su tumba).

Pero en Ankara estaban monitoreando el servicio religioso, sabían lo que ahí se diría… Francisco hablaría del primer genocidio del siglo XX, ya había circulado discretamente, y lo hizo. Dijo:

“La humanidad vivió en el siglo pasado tres grandes tragedias y sin precedentes: La primera se considera generalmente como ‘el primer genocidio del siglo XX’. (Juan Pablo II y Karekin II, Declaración Conjunta, Etchmiadzin 27 de septiembre de 2001). Esa ha golpeado a vuestro pueblo armenio, la primera nación cristiana, junto a los católicos y los ortodoxos sirios, asirios, caldeos y griegos”.

Y agregó entonces “fueron asesinados obispos, sacerdotes, religiosos, mujeres, hombres, ancianos y niños e incluso enfermos e indefensos…”.

Las otras dos tragedias “fueron las perpetradas por el nazismo y el estalinismo. Y más recientemente otros exterminios en masa, como los de Camboya, Ruanda, Burundi o Bosnia”.

Francisco agregó: “Y todavía parece que la humanidad no es capaz de cesar de verter sangre inocente. Parece que el entusiasmo construido al final de la II Guerra Mundial está desapareciendo y disolviéndose. Parece que la familia humana rechaza aprender de sus propios errores causados por la ley del terror; y así todavía hoy existe quien busca eliminar a los que son como él, con la ayuda de algunos y con el silencio cómplice de otros que permanecen de espectadores”.

¡Las reacciones fueron rápidas!

De hecho e incluso antes de que concluyera el servicio religioso varios periodistas turcos que asistían a la liturgia salieron de inmediato de la Basílica justo cuando el Papa mencionó la palabra prohibida para comunicar la noticia a Roma y al mundo (Urbi et orbi).

Y en tiempo real ya se estaban dando las primeras reacciones oficiales. Obviamente esas palabras eran esperadas y provocaron la ira del gobierno turco que estaba pendiente y preparado para reaccionar.

Lo primero que hizo el gobierno turco ese domingo para expresar su malestar con los dichos papales fue llamar en Ankara a consulta al nuncio Apostólico en el país, Antonio Lucibello.

Pero la “irritación” del gobierno la expresó oficialmente el Canciller Mevlut Cavusoglu al nuncio pidiendo explicaciones sobre el motivo por el cual se utilizó la palabra “genocidio” durante el servicio religioso, entonces personalmente el ministro Mevlut Cavusoglu escribió en su cuenta de twitter de 390 mil seguidores @MevlutCavusoglu: “La posición del Papa, sea desde el punto de vista histórico que jurídica es simplemente inaceptable”.  En otro emitido antes subrayó: “Las funciones religiosas no pueden ser un medio para favorecer el odio y la animosidad a través de argumentos no fundados”.

En suma, la cancillería turca expresó su contrariedad por las declaraciones papales pues consideró que ha “tomado partido”, ignorando así el sufrimiento de los musulmanes y de otros grupos religiosos en el mismo periodo. Y añade que las declaraciones del papa “contradicen el mensaje de paz, reconciliación y de diálogo” que Francisco llevó en noviembre durante su visita a Turquía.

Pensamos que el asunto quedaría ahí, pero no, dos días después, el martes 14 de abril, el mismísimo presidente Recep Tayyip Erdogan condenó al Papa pidiéndole a no repetir esas palabras jamás y más aún lo amenazó: “Yo condeno al Papa y le advierto de que no cometa errores como éste otra vez”.

Imagen de la reunión entre el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el Papa Francisco en febrero pasado.

Y agregó en un tono inusual y nada diplomático en un discurso ante representantes de la Asociación de Exportadores de Turquía, transmitido en directo por la cadena NTV: “No permitiremos incidentes históricos sacados de contexto y se conviertan en una campaña contra nuestro país”, y subrayó que “cuando los políticos y los religiosos asumen el trabajo de historiadores, no dicen verdades, sino estupideces”.

¡Muy duro!

El Papa guardó prudencia.