La última noche de diciembre hubo un incidente vergonzoso en la Plaza de San Marcos de Venecia contra el coordinador nacional y ex miembro de Articolo 1-Mdp, Arturo Scotto, atacado por un grupo de muchachos neofascistas que, entre otras cosas, gritaron frases ofensivas contra la memoria de Ana Frank.
¿Cómo fue?
Un grupo de ocho a diez jóvenes neofascistas atacaron al ex diputado, de 42 años, que estaba en la ciudad con su esposa e hijo para saludar el año nuevo, el grupo también golpeó a un niño veneciano de 20 años que intervino para defenderlo. Gritaron consignas como “¡Duce, Duce!” y “¡A Anna Frank la ponemos en el horno!”.
“Tan pronto como los vi, les dije que se detuvieran. En respuesta, recibí un golpe y luego tres más. En cierto momento ocultaron sus rostros para no identificarse y huyeron como cobardes”, refirió Scotto.
Las reacciones fueron muchas:
Una muestra de solidaridad significativa fue la del Patriarca de Venecia, monseñor Francesco Moraglia, quien dijo:
“Para la Iglesia veneciana, el gesto insano ha suscitado una profunda tristeza y una verdadera indignación por la violencia física, verbal e ideológica que ha manifestado. Este hecho, que no debe ser subestimado, fue consumado, entre otras cosas, en el lugar más característico de la ciudad.
“Es un episodio que ofende a toda la comunidad, va en contra del respeto y la dignidad de las personas, socava la coexistencia pacífica en la raíz y, por lo tanto, debe ser condenado enérgicamente y de ninguna manera minimizado.
“Monseñor Moraglia y la Iglesia de Venecia expresan su solidaridad con quienes han sido golpeados y agredidos verbal y físicamente, renovando su cercanía, tanto a quienes personalmente han sido objeto de este acto como a la comunidad judía, que es una realidad viva, significativa e importante de nuestra ciudad, rechazando y condenando firmemente toda forma de violencia, intolerancia y antisemitismo”.
Días antes, en Nueva York ocurrió un acto antisemita, que puso focos rojos…
L noche del sábado 28 de diciembre en la localidad de Monsey, un hombre armado con un cuchillo irrumpió en la vivienda de un rabino e hirió a cinco personas de las poco más de 100 que se congregaban en la séptima noche de Hanukkah o Janucá. (Fiesta de las Luminarias), justo en el momento que estaba encendiendo la vela…
Los testigos describieron la escena como terrorífica. “No tuvimos tiempo para reaccionar. Le vimos sacar un cuchillo de una funda, era del tamaño de un palo de escoba”, dijo Aron Hkon al New York Times.
El arzobispo católico de Nueva York, el cardenal Timothy Dolan, calificó el ataque perpetrado como “un disgustoso acto de violencia contra nuestros hermanos y hermanas judíos”.
Dolan señaló que “un ataque a cualquier persona o grupo por sus creencias religiosas es un ataque contra todos nosotros” y en la misa dominical que ofició se dirigieron oraciones especiales por las víctimas para expresar solidaridad y “rechazar odio y fanatismo dondequiera que se produzcan”.
En tanto, el presidente Trump, comentando la tragedia a través de un tuit, llamó a la unidad “para combatir, enfrentar y eliminar el maligno flagelo del antisemitismo”.
Por su parte, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, dijo que el ataque también fue alimentado por el clima de intolerancia que se respira en el país y se refirió a la agresión como “un acto de terrorismo doméstico”.
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“Seamos claros: el antisemitismo y el fanatismo de cualquier clase repugna a nuestros valores de inclusión y diversidad y nosotros tenemos absoluta tolerancia cero para este tipo de actos de odio”, dijo Cuomo.
Israel mostró su consternación condenando los hechos: “Israel condena enérgicamente las recientes muestras de antisemitismo, incluido el despiadado ataque”, declaró el primer ministro, Benjamín Netanyahu..
En tanto, el presidente israelí, Reuvén Rivlin, aseguró también estar “conmocionado e indignado por el terrible ataque”, por lo que alertó que “el auge del antisemitismo no es solo un problema judío” o del Estado de Israel.
