El periodismo de investigación lo llevó a la silla de los acusados.

El sábado 11 de julio de 2015 comenzaría en los tribunales del Estado de la ciudad del Vaticano el juicio contra Józef Wesołowski, ex nuncio de la Santa Sede ante República Dominicana, por delitos del orden sexual. El proceso inédito nunca se llevó a cabo; era la primera vez que se enjuiciaría a un alto prelado por el delito de pederastia.

El polaco Wesołowski (1948) fue ordenado sacerdote en Cracovia el 21 de mayo de 1972 por el entonces cardenal Karol Józef Wojtyła (hoy San Juan Pablo II); consagrado arzobispo titular de Sleibhte y nombrado desde 1999 como nuncio apostólico en Bolivia. Siguió su carrera diplomática como nuncio en varios países y en enero de 2008 llegó a la República Dominicana, donde fue descubierto, gracias a un trabajo periodístico, cometiendo crímenes sexuales.

Descubierto por un reportaje televisivo

En septiembre de 2013, la joven periodista dominicana Nuria Piera realizó un reportaje para la televisión de su país en que presentó pruebas contra Wesołowski. Se le acusaba de frecuentar una playa local en la que ofrecía dinero a jóvenes a cambio de favores sexuales.

Piera documentó que el alto prelado era un habitual visitante de la Zona Colonial, donde tomaba alcohol y les pagaba a niños para tener relaciones sexuales con él en el abandonado monumento a Fray Antón de Montesinos, en el malecón de Santo Domingo.

“Hicimos una investigación profunda, fuimos a muchos sitios a donde él iba. Lo grabamos en sitios bebiendo alcohol y paseando”, explicó la periodista en acento.com el 4 de septiembre de 2013. Ver video

Nuria Piera narró cómo obtuvo los testimonios de dos jóvenes y presentó la denuncia ante las autoridades civiles. Había al menos cuatro testimonios. “No se entiende cómo la Iglesia (Católica) no se dio cuenta de lo que hacía Wesołowski”, manifestó.

Si bien es cierto que el reportaje de Nuria resultó ser una bomba a nivel internacional, el ex nuncio había sido ya retirado temporalmente de sus funciones. La orden la había dado el Papa Francisco, por lo que el fiscal vaticano, Gian Piero Milano, había comenzado una investigación; para ello contó con el apoyo del procurador general de la República Dominicana, Francisco Domínguez Brito, y la fiscal de distrito de Santo Domingo, Yeni Berenice Reynoso Gómez.

Las autoridades se enteraron del caso por los reportes televisivos de Piera, que fueron transmitidos a principios de septiembre de 2013 e incluían a un niño que afirmaba que había sido sometido a abusos.

La fiscal Reynoso dijo que sus investigadores habían identificado a cuatro niños de entre 12 y 17 años de edad con quienes el nuncio tuvo contacto sexual pero que probablemente habría otros.

El Papa fue informado de inmediato

Francisco estaba al tanto de los pecados cometidos por Wesołowski. En mayo de 2014 charló con los periodistas a bordo del avión papal en su viaje apostólico a Tierra Santa y dijo que al menos tres obispos estaban siendo investigados por supuestos casos de abusos sexuales. Dijo que ante estos crímenes en la Iglesia “hay que ir adelante, adelante: Tolerancia cero”.

No dio nombres, pero seguramente estaba hablando del polaco y de dos norteamericanos. En menos de un mes, el 27 de junio de 2014, concluía un proceso canónico en primera instancia ante la Congregación para la Doctrina de la Fe y Wesołowski era cesado del estado clerical, obviamente se le quitó la inmunidad diplomática y se abrió un juicio penal en su contra por pederastia. Tres meses después, el lunes 23 de septiembre, se anunció su arresto domiciliario.

El proceso penal

Las acusaciones contra el alto prelado —como lo explicó el vocero papal Federico Lombardi a los medios— debería pasar “por el examen del órgano que juzga, que podrá disponer, para la definitiva confirmación de los hechos, tanto de pericias técnicas como de los aparatos informáticos usados por el imputado, así como eventuales formas de cooperación judicial internacional para la evaluación de las pruebas testimoniales provenientes de las autoridades competentes de Santo Domingo”.

Se trataba, subrayó entonces Lombardi, de “un procedimiento delicado y articulado, sobre el que hay un acuerdo de todas las partes involucradas en el juicio para efectuar las verificaciones más atentas y las profundizaciones necesarias”.

Las acusaciones deberían ser examinadas por el órgano judicial competente —tres jueces— y éste ordenaría algunas formas de cooperación judicial internacional para la evaluación de las pruebas testimoniales procedentes de las autoridades competentes de Santo Domingo. El ex nuncio gozaba de la presunción de inocencia y tenía derecho a un abogado defensor.

De haber sido encontrado culpable, Wesołowski no habría sido perdonado, pues los delitos que se le adjudicaban son considerados por el Papa Francisco como muy graves. Se hablaba de una pena de siete años de reclusión.

Jamás llegó a juicio

El ex nuncio polaco Józef Wesołowski fue encontrado muerto en las primeras horas del viernes 28 de agosto de 2015. La fecha del juicio estaba programada para el 11 de julio, pero su estado de salud y posterior fallecimiento impidieron que se realizara. Estaba acusado de abuso sexual y posesión de pornografía infantil.

El juicio se celebraría en el Aula de Audiencias del Tribunal que se volvió famosa por ser el escenario del proceso contra Paolo Gabriele, ex mayordomo de Benedicto XVI, acusado de “traicionar la confianza del Santo Padre” por robo con agravantes de documentos reservados.

La noticia de la muerte de Wesołowski fue confirmada por la Santa Sede: “En las primeras horas de esta mañana —indicaba el comunicado de la sala de prensa vaticana— ha sido encontrado muerto en su habitación en El Vaticano S.E. Mons. Józef Wesołowski, ex Nuncio Apostólico. Inmediatamente, ha intervenido la autoridad vaticana para llevar a cabo las primeras verificaciones, las cuales indican que la muerte se debió́ a causas naturales”.

El promotor de Justicia vaticana, Gian Piero Milano ordenó la autopsia, “cuyos resultados serán comunicados apenas sea posible… El Santo Padre ha sido oportunamente informado de todo”.

El indiciado ya no estaba en arresto domiciliario en la residencia del Colegio de los Penitencieros, pero tenía prohibido salir del Estado de la Ciudad del Vaticano. De hecho, el polaco —amigo personal de San Juan Pablo II— ya había presentado problemas de salud en julio, cuando fue hospitalizado durante algunos días. Justamente sus precarias condiciones de salud habían retrasado el inicio del proceso en su contra.

El proceso comenzaría el 11 de julio, pero se postergó a una fecha por establecer debido a la ausencia del imputado, quien fue hospitalizado de emergencia un día antes debido a una “grave descompensación de presión debida al calor, a la tensión y a la edad”, según precisó la sala de prensa de la Santa Sede.

En aquella ocasión llegó a urgencias en El Vaticano y después fue trasladado a “una estructura pública” en la ciudad de Roma, en la que fue internado “en terapia intensiva”. Días después fue dado de alta y desde el 17 de julio se encontraba en su residencia del Colegio de los Penitencieros, que se encuentra en el mismo edificio del tribunal, siempre bajo el resguardo de la Gendarmería Vaticana.

El jurado estaba compuesto por Giuseppe Dalla Torre, presidente, y los jueces Piero Antonio Capó, Paolo Papanti-Pelletier y Venerando Marano, como suplente.

Decreto papal

El 11 de julio de 2013, el Papa Francisco emitió un Motu proprio (decreto papal) en que daba a conocer una nueva legislación en materia penal y de sanciones administrativas para el Estado de la Ciudad del Vaticano y la Santa Sede, con énfasis en los delitos contra menores, entre los cuales se señalan su venta, prostitución, reclutamiento y violencia sexual, así como la creación y posesión de pornografía infantil.

El marco legislativo precedente era el del viejo Código (de Giuseppe) Zanardelli (de 1889), en vigor en Italia cuando se firmaron los Pactos Lateranenses, que describen los delitos sexuales como “delitos en contra de las buenas costumbres y el orden de las familias”, y en el caso de menores de edad involucrados en actos de violencia carnal, imputa el daño sólo si se demuestra la corrupción del menor.

En todo el mundo

Hay muchos casos de delitos de pederastia en el mundo y los más de cinco mil obispos han hecho oídos sordos. Lo mismo pasó en la Curia Vaticana. El caso de Marcial Maciel Degollado les costó mucho y pudo ventilarse gracias —primero— al trabajo periodístico y también a la decisión del otrora cardenal Joseph Ratzinger, cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en tiempos en que el papa era Juan Pablo II; aunque Maciel no fue llevado a juicio.

En mayo de 2006 se “invitó” al padre Maciel a retirarse a una “vida de oración y penitencia”, sin llevarlo a un proceso canónico debido a su avanzada edad. La invitación incluía la prohibición de celebrar misas públicas o dar conferencias, presentaciones o entrevistas. Esta decisión dio cierta credibilidad a las acusaciones de pederastia en su contra, pero cerró a los demandantes cualquier posibilidad de llevarlo a juicio y probar sus dichos ante los tribunales del Vaticano.

Más información en:

Se suspende el juicio en contra de Józef Wesołowski.

Juicio a un alto prelado gracias al periodismo de investigación.

Revista Código Topo. de Excélsior No 83, 6 de julio de 2015.