Cardenal William Joseph Levada Núñez, Foto: Arquidiócesis de San Francisco
Cardenal William Joseph Levada Núñez, Foto: Arquidiócesis de San Francisco

El Papa Francisco expresó sus más sentidas condolencias por la muerte del cardenal estadunidense William Joseph Levada, prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ocurrida entre la noche y la madrugada del 25 y 26 de septiembre.

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“Ofrezco mis sentidas condolencias a usted y al clero, religiosos y fieles de la Arquidiócesis”, señaló el Santo Padre en un telegrama enviado al arzobispo de San Francisco, monseñor Salvatore J. Cordileone

“Recordando con inmensa gratitud al fallecido cardenal y sus años de ministerio sacerdotal y episcopal en la grey de Cristo en Los Ángeles, Portland y San Francisco, así como sus singulares contribuciones a la catequesis, la educación y la administración, y su distinguido servicio a la Sede Apostólica, me uno a usted para encomendar su noble alma a la infinita misericordia de nuestro Padre celestial”, escribió Francisco.

“A todos los que lloran por el tránsito del cardenal Levada con la esperanza en la resurrección, cordialmente les imparto mi Bendición Apostólica como ofrecimiento de consuelo y paz en el Señor”, concluyó.

Los funerales

La mañana del sábado 28 de septiembre tuvieron lugar los funerales del cardenal Joseph Levada, celebrados por el cardenal Tarcisio Bertone junto con los cardenales, arzobispos y obispos. Al final de la celebración eucarística, como de costumbre, el Papa Francisco presidió el rito de la Última Commendatio e Valedictio.

Con la muerte del cardenal Levada, no elector, el Colegio Cardenalicio quedó compuesto de la siguiente manera: 212 cardenales en total, de los cuales 118 son electores y 94 no electores.

Levada fue el primer sucesor del cardenal Joseph Ratzinger al frente de la Congregación, tras su elección como Papa con el nombre de Benedicto XVI.

En su momento fue uno de los hombres más poderosos de la Iglesia Católica; una de sus acciones fue aplicar medidas severas de moralidad a todos los obispos y sacerdotes del mundo y en especial a los Legionarios de Cristo

Descanse en paz

Perfil del Cardenal William Joseph Levada Núñez

William Joseph Levada Núñez nació el 15 de junio de 1936 en Long Beach, California; hijo de Joseph Levada y Lorraine Núñez, ambos de Concord, California. Su mamá es descendiente de mexicanos.

De sus primeros años de formación se ocuparon los colegios religiosos de Staint Anthony, de Long Beach, y Saint Mary en Houston, Texas.

Después de su graduación en 1958 del seminario San Juan Camarillo en California, inició sus estudios de teología en la Universidad Gregoriana de Roma, donde en 1962 recibió la licenciatura en Teología, justo un año después de ser ordenado sacerdote (20 de diciembre de 1961).

Su tesis fue premiada con las máximas calificaciones, magna con laude, años más tarde (1967- 1971) regreso a su alma mater para obtener un doctorado, tiempo que fungió como profesor.

En ese tiempo (sesentas) fue director de la Formación Continua del Clero en La diócesis de Los Ángeles.

En 1976, por recomendación de la Conferencia Nacional de Obispos, fue asignado para el trabajo con la Congregación.

En 1980 Juan Pablo II le otorgó el título honorario de Capellán de Su Santidad.

En 1982 fue nombrado director ejecutivo de la Conferencia de Obispos Católicos de California, y en 1983 obispo auxiliar de Los Ángeles; en julio de 1986 arzobispo de Portland, Oregon, y el 17 de agosto de 1995 fue nombrado arzobispo coadjutor de San Francisco, cinco meses después fue el titular de la misma.

Fue el único obispo estadunidense que participó en la Comisión Editorial que entre 1986 y 1993 redactó el Catecismo de la Iglesia Católica.

El 1 de julio de 1986 fue nombrado arzobispo de Portland, y entre 1986 y 1993 perteneció al comité editorial de la Comisión para el Catecismo de la Iglesia Católica.

El 17 de agosto de 1995 fue nombrado arzobispo coadjutor de San Francisco y arzobispo de San Francisco el 27 de diciembre de ese año.

El 13 de mayo de 2005, a pocos días de su pontificado, el Papa Benedicto XVI nombró al cardenal Levada su sucesor como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y un año después Marcial Maciel Degollado fue invitado por dicha Congregación al retiro sacerdotal y suspendido Ad divinis para ejercer públicamente su cargo ministerial.

La decisión estaba tomada, tenía por lo menos cuatro meses de haberse resuelto, y seguramente se dio a conocer debido a que la información se filtró a la revista estadounidense National Catholic Reporter.

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El comunicado oficial de la oficina de Prensa del Vaticano decía: “Después de haber sometido los resultados de la investigación a atento estudio, la Congregación para la Doctrina de la Fe, bajo la guía del nuevo prefecto, su Eminencia el cardenal William Levada, ha decidido -teniendo en cuenta tanto la edad avanzada del reverendo Maciel como su débil salud -renunciar a un proceso canónico e invitar al padre a una vida reservada de oración y penitencia, renunciando a todo ministerio público. El Santo Padre ha aprobado estas decisiones. Independientemente de la persona del fundador, se reconoce con gratitud el benemérito apostolado de los Legionarios de Cristo y de la asociación Regnum Christi”.

Levada Núñez participó en el cónclave de marzo de 2013, que eligió al Papa Francisco: fue creado cardenal por Benedicto XVI en el consistorio del 24 de marzo de 2006, del título de Santa María en Domnica.

Monseñor Levada no era cualquier Cardenal, tenía desde 1980 el título honorario de Capellán de Su Santidad, prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe y presidente emérito de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei, de la Comisión Teológica Internacional y de la Comisión Pontificia Bíblica.

Pecado menor del prelado

Fue arrestado la noche del jueves 20 de agosto de 2015 por manejar bajo la influencia del alcohol en la isla de Hawaii, EU. La policía lo liberó luego de haber pagar una fianza de 500 dólares.

“Lamento mi error de juicio. Voy a seguir cooperando plenamente con las autoridades”, dijo el prelado en una declaración dada a conocer por la arquidiócesis de San Francisco.