Francisco ha asegurado que cada vez que se encuentra con Benedicto XVI siente “la savia de las raíces que me vienen y me ayudan a seguir adelante…”

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A pregunta expresa de la periodista Eva Fernández, de la emisora de radio española Cope, sobre si sigue pensando que cada vez que visita a Benedicto XVI siente que tiene un abuelo en casa, el Papa Francisco respondió que cada vez que lo visita “le tomo la mano y lo hago hablar. Habla poco, habla despacio, pero con la misma profundidad de siempre, porque el problema de Benedicto son las rodillas, no la cabeza. Tiene una gran lucidez.

“Sintiéndolo hablar me vuelvo fuerte, siento el zumo de las raíces que me ayudan a seguir adelante. Siento esta tradición de la Iglesia, que no es una cosa de museo la tradición. La tradición es la raíz que te dan el zumo para crecer, y tú no serás como la raíz, no; tú florecerás, el árbol crecerá y dará los frutos, y las semillas serán las raíces para los demás.

Agregó que “en una entrevista de Andrea Monda en L’Osservatore Romano… hay una situación que me gustó mucho, del músico Gustav Mahler. Hablando de la tradición, él decía… ‘es la garantía del futuro y no la custodia de las cenizas. No es un museo. La tradición no custodia las cenizas… Las tradiciones son raíces que garantizan que el árbol crezca, florezca y dé fruto; y repito esa pieza del poeta argentino* (Francisco Luis Bernárdez) que me gusta tanto: todo lo que el árbol tiene de florido, vive de lo sepultado’”.

Francisco dijo estar contento “porque en Iasi hice referencia a esa abuela que tuvo un gesto de complicidad… en aquel momento estuve tan emocionado que no reaccioné, y después el papamóvil siguió adelante y habría podido decir a esta abuela que viniera para hacer ver este gesto… La he visto esta tarde en Vatican Insider. Estas son las raíces, y esto crecerá, no será como yo, pero yo doy lo mío. Es importante este encuentro.

“Después están los verbos, cuando los abuelos sienten de tener nietos que llevarán adelante la historia, comienzan a soñar; y los abuelos cuando no sueñan se deprimen. Existe el futuro y los jóvenes animados comienzan a profetizar”.