La Santa Sede publicó el lunes 17 de junio el instrumento de trabajo “Instrumentum laboris de la Asamblea Especial para la Región Panamazónica del Sínodo de los Obispos”, a celebrarse del 6 al 27 de octubre 2019 en el Vaticano….

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Dice el documento en la entrada que: “El Papa Francisco anunció el día 15 de octubre de 2017 la convocatoria de un Sínodo Especial para la Amazonia, iniciando un proceso de escucha sinodal que comenzó en la misma Región Amazónica con su visita a Puerto Maldonado (19/01/2018). Este Instrumentum Laboris es fruto de ese largo proceso que incluye la redacción del Documento Preparatorio para el Sínodo en junio de 2018 y una amplia encuesta a las comunidades amazónicas (En la nota al pie subraya: al margen de este proceso oficial se han celebrado numerosos seminarios en Washington, Roma y Bogotá con expertos en distintas áreas y representantes de pueblos amazónicos para reflexionar sobre las cuestiones aquí analizadas).

El documento de 147 puntos titulado “Amazonia: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral” ha generado un ruido mediático, ya que sugiere la posibilidad de abrirle las puertas a la ordenación de hombres casados en determinadas condiciones y circunstancias.

¿Qué dice exactamente el documento de trabajo?

En el numeral 129 señala “las siguientes sugerencias de las comunidades recuperan aspectos de la Iglesia primitiva cuando respondía a sus necesidades creando los ministerios oportunos (cf. Hch 6,1-7; 1 Tim 3,1-13), a saber:

a) Nuevos ministerios para responder de modo más eficaz a las necesidades de los pueblos amazónicos:

1. Promover vocaciones autóctonas de varones y mujeres como respuesta a las necesidades de atención pastoral-sacramental; su contribución decisiva está en el impulso a una auténtica evangelización desde la perspectiva indígena, según sus usos y costumbres. Se trata de indígenas que prediquen a indígenas desde un profundo conocimiento de su cultura y de su lengua, capaces de comunicar el mensaje del evangelio con la fuerza y eficacia de quien tiene su bagaje cultural…

2. Afirmando que el celibato es un don para la Iglesia se pide que, para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los Sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana.

3. Identificar el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer, tomando en cuenta el papel central que hoy desempeñan en la Iglesia amazónica”.

¡Y por ahí se fueron varios medios!

Por ejemplo, The New York Times publicó en español un reportaje firmado por Jason Horowitz.

De entrada, la señala como “una decisión potencialmente innovadora, ya que el Vaticano prevé (con ello) responder a la escasez de sacerdotes en esa región (la Amazonia) con la ordenación de viri probati, latín para hombres de carácter evidente. Con esa excepción al requisito del celibato, los expertos eclesiásticos sugieren —ante la preocupación de tradicionalistas— que se daría un paso para que hombres casados también puedan practicar el sacerdocio en otras partes del mundo”.

La verdad es que la expresión latina viri probati no se menciona en el documento de trabajo.

Como le dijo el cardenal italiano Lorenzo Baldisseri, secretario general del sínodo de obispos, a Elisaetta Piqué, reportera del periódico La Nación, “se trata de una palabra que ha sido demasiado usada y abusada”. Pero alude a este concepto —muy discutido en el pasado en el seno de la Iglesia— al destacar que las comunidades de la Amazonia “tienen dificultad para celebrar frecuentemente la eucaristía (misa) por la falta de sacerdotes. La Iglesia vive de la eucaristía y la eucaristía edifica la Iglesia. Por ello se pide que, en vez de dejar a las comunidades sin Eucaristía, se cambien los criterios para seleccionar y preparar los ministros autorizados para celebrarla”, afirma.

El País publica un reportaje de Daniel Verdú, quien describe que hay miles de ejemplos de curas casados a quienes la Iglesia, en una suerte de silencio administrativo, ha dejado seguir adelante con muchas de sus funciones siempre que hubiese una comunidad que les aceptase. Todos ellos forman parte de la Federación Internacional de Curas Católicos Casados que agrupa a unas 90 mil personas de 34 países de cuatro continentes”.

Recuerda que la escasez de sacerdotes se nota en todo el mundo y ofrece los datos del anuario estadístico 2014 de la Santa Sede: a finales de 2016 había 414 mil 969 sacerdotes católicos en todo el mundo, mientras en 2014 había 415 mil 792.

Lo mismo sucede con las vocaciones que, según la Santa Sede, han caído en 3.1 por ciento desde 2010 a 2017. Y el problema es grave en la Amazonia, que comprende parte de Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Guayana Francesa, donde la Iglesia Católica experimenta muchas dificultades y casi 70 por ciento de las comunidades de la región no tiene acceso a la misa semanal”.

Por ello, subraya, “algunos sectores de la Iglesia han propuesto reiteradamente que se pudiese recuperar una vieja figura llamada viri probati: hombres casados, ya maduros y con fe demostrada, que puedan ejercer las funciones de cura en dichas comunidades. Algo que en ningún caso significa que un sacerdote pueda casarse si no lo estaba ya en el momento de ser ordenado”.

De hecho, en la conferencia de prensa en el Vaticano el cardenal Baldisseri destacó que la sugerencia no significa ningún cambio de doctrina, sino de pastoral. La Iglesia, precisó, mantiene la doctrina, pero hay movimientos que quieren esos cambios.

Monseñor Fabio Fabene, subsecretario del Sínodo de Obispos, recordó que el propio Papa en el vuelo de regreso de Panamá, en enero pasado, dejó en claro su rechazo a la idea de un celibato opcional. “Prefiero dar la vida antes que cambiar la ley sobre el celibato”, señaló entonces asegurando que jamás se produciría durante su pontificado.

Y tiene razón, Francisco no le entrará al tema. El teólogo Miguel Yáñez, de la Universidad Gregoriana de Roma, quien fue uno de los encargados de presentar el documento, comparte el diagnóstico. “Hay lugares donde los sacerdotes llegan cada dos o tres años y ¿qué comunidad cristiana puede subsistir con una presencia sacramental tan pobre?”, justificó.

Por lo que la propuesta en el documento de trabajo no consiste en abolir el celibato ni en hacerlo opcional, sino en permitir una excepción en particulares áreas geográficas.

Algunas reacciones

El sacerdote argentino Humberto Miguel Yáñez SJ, profesor de Teología Moral en la Pontificia Universidad Gregoriana, aseguró a Elisabetta Piqué, del periódico La Nación, que más que la ordenación de hombres maduros casados, la gran novedad del Instrumentum Laboris es la inculturación.

“En ese contexto se puede entender la ordenación de eventuales personas que están casadas y comprometidas con la Iglesia. No estamos diciendo de ordenar a cualquiera que pasa por la calle, sino gente que lleva una trayectoria de vida cristiana, de compromiso y que tiene liderazgo en la comunidad. Esa es la propuesta que viene del Amazonas”, explicó.

Son propuestas, son sugerencias, precisó, y los obispos en el sínodo pueden descartarlas, pueden proponerlas al Papa, que puede descartarlo, estamos en una fase de procesos, subrayó.

Recordó que la Iglesia Católica reconoce el sacerdocio de hombres casados en la Iglesia oriental, en el rito greco-católico. Además, “no es la primera vez que se va a hacer una excepción: esto existe en la Iglesia. Ahora el Papa puede ampliarlo en unos casos más, pero no nos olvidemos que cuando decimos la excepción a la regla, no estamos diciendo abolir la regla, estamos diciendo excepción, lo cual significa que la regla se mantiene”.

El celibato eclesiástico no es un dogma. En los orígenes nunca fue visto como una obligación. Recordemos que los sacerdotes y obispos se casaban sin mayor problema. El motivo de su imposición tiene que ver más con la idea de mantener la propiedad material eclesiástica y evitar su dispersión a través de herencias…

Hubo grandes problemas, entonces.

En parte por eso el Vaticano evita hasta el momento referirse en esos términos en la propuesta.

Lo interesante es abrir el debate.

Aunque hay que reconocer que hay por lo menos dos corrientes ideológicas que mantienen una dura pugna en los últimos tiempos. El cardenal Beniamino Stella, prefecto de la Congregación del Clero, se ha pronunciado ya asegurando que el tema debe ser “evaluado con atención y sin cerrazón ni rigidez”.

En cambio, las voces más conservadoras, en permanente guerra contra Francisco, ven en esto otra afrenta del Papa argentino. El cardenal Robert Sarah, uno de los preferidos del sector ultra para el próximo cónclave, advierte que la ordenación de viri probati es una “violación a la tradición apostólica”.

Pero el tema de la apertura al sacerdocio de hombres casados no es lo único. El texto hace una llamada a la protección del medio ambiente y alerta sobre la deforestación de la Amazonia, la minería ilegal y los proyectos de desarrollo que amenazan las culturas nativas y un ecosistema que resulta vital para el planeta, y también se aborda el tema de las mujeres.

En el Instrumentum laboris se aborda el rol de la mujer:

  1. En el campo eclesial la presencia femenina en las comunidades no es siempre valorada. Se reclama el reconocimiento de las mujeres desde sus carismas y talentos. Ellas piden recuperar el espacio dado por Jesús a las mujeres, “en donde todos-todas cabemos”.[61]
  2. También se propone que las mujeres tengan garantizado su liderazgo, así como espacios cada vez más amplios y relevantes en el área formativa: teología, catequesis, liturgia y escuelas de fe y política.
  3. Se pide que se escuche la voz de las mujeres, que sean consultadas y participen en las tomas de decisiones y puedan así contribuir con su sensibilidad a la sinodalidad eclesial.
  4. Que la Iglesia acoja cada vez más el estilo femenino de actuar y de comprender los acontecimientos.

Interesante.

Concluye el documento:

“En este largo recorrido del Instrumentum Laboris se ha escuchado la voz de la Amazonia a la luz de la fe (I Parte) y se ha intentado responder al clamor del pueblo y del territorio amazónico por una ecología integral (II Parte) y por los nuevos caminos para una profética en la Amazonía (III Parte).

“Estas voces amazónicas interpelan a dar una nueva respuesta a las diversas situaciones y a buscar nuevos caminos que posibilitan un kairós para la Iglesia y el mundo. Concluimos bajo el amparo de María, venerada con diversas advocaciones en toda la Amazonia. Esperamos que este Sínodo sea una expresión concreta de la sinodalidad de una Iglesia en salida, para que la vida plena que Jesús vino a traer al mundo (cf. Jn 10,10) llegue a todos, especialmente a los pobres”.

Pero hay que esperar. En octubre los obispos se pronunciarán y debatirán sobre los temas. Hoy sólo es un documento de trabajo que luego será remitido al papa Francisco, quien decidirá si convierte el acuerdo en una exhortación apostólica.

Por lo pronto, bienvenido el debate.