“No olvidéis la hospitalidad; algunos, practicándola,
han acogido a ángeles sin saberlo”
Carta a los Hebreos

Al finalizar el servicio religioso del domingo 29 de septiembre en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa Francisco bendijo una gran escultura de bronce que representa una barca con migrantes y refugiados de todos los pueblos y épocas.

El Pontífice señaló que esta escultura tiene como objetivo subrayar “la necesidad de que nadie sea excluido de la sociedad, ya sea un ciudadano residente desde hace mucho tiempo o uno recién llegado”.

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“Esta escultura, en bronce y arcilla, representa a un grupo de migrantes de varias culturas y de diversos periodos históricos. He querido que esta obra artística esté aquí, en la Plaza de San Pedro, para que recuerde a todos el desafío evangélico de la acogida”, destacó.

Minutos antes en su homilía, Su Santidad dijo que “como cristianos no podemos permanecer indiferentes ante el drama de las viejas y nuevas pobrezas, de las soledades más oscuras, del desprecio y de la discriminación de quienes no pertenecen a ‘nuestro’ grupo. No podemos permanecer insensibles, con el corazón anestesiado.

“Ante la miseria de tantas personas inocentes no podemos sino llorar. No podemos dejar de reaccionar”, dijo el Papa en una celebración marcada por la presencia de decenas de familias de inmigrantes llegados a Italia luego de terribles travesías por el Mediterráneo, hoy apoyadas por organismos humanitarios.

Y agregó: “Si queremos ser hombres y mujeres de Dios, como le pide San Pablo a Timoteo, debemos guardar «el mandamiento sin mancha ni reproche hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo» (1 Tm 6,14). Y el mandamiento es amar a Dios y amar al prójimo. No podemos separarlos. Y amar al prójimo como a uno mismo significa también comprometerse seriamente en la construcción de un mundo más justo, donde todos puedan acceder a los bienes de la tierra, donde todos tengan la posibilidad de realizarse como personas y como familias, donde los derechos fundamentales y la dignidad estén garantizados para todos”.

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Desde el comienzo de su pontificado, cuando hizo su primer viaje a la isla de Lampedusa, al sur de Italia, Francisco puso como prioridad en su agenda el drama de los refugiados.

En su homilía, el Papa evocó palabras dichas en ese primer viaje a Lampedusa el 8 de julio de 2013, que realizó sorpresivamente después de haber quedado impactado por un enésimo naufragio, con decenas de ahogados en el Mediterráneo.

La escultura

Después del Angelus, el Papa inauguró en la parte izquierda de la Plaza de San Pedro, junto a la sombra de la columnata de Bernini, la escultura de bronce y arcilla realizada durante un año por el artista canadiense Timothy P. Schmalz, también autor de “Jesús sin hogar”. inaugurado en 2013 por Francisco en el patio de San Egidio, a la entrada de las oficinas de la Limosnería Apostólica.

El Papa destacó que la escultura, que le cambiará la fisionomía a la Plaza de San Pedro, tiene como tema las palabras de la Carta a los Hebreos: “No olviden la hospitalidad; algunos practicándola, sin saberlo, han recibido a ángeles”.

Se antoja ir a conocerla.

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