Papa Francisco y el Secretario General de la ONU, António Guterres.
Papa Francisco y el Secretario General de la ONU, António Guterres.

La mañana del viernes 20 de diciembre el Papa Francisco recibió en audiencia en el Palacio Apostólico Vaticano, al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres.

Se trata del primer encuentro del Papa Francisco con Guterres, quien asumió el cargo el 1 de enero de 2017. La audiencia se debe a una tradición de la Santa Sede con los secretarios generales y se coloca en proximidad del 75 aniversario de esa organización.

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En un comunicado, el Vaticano señaló: en la reunión “se expresó la consideración de la Santa Sede por el compromiso de las Naciones Unidas con la paz mundial. Posteriormente se habló del proceso de actuación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de la crisis del multilateralismo, particularmente evidente debido a las dificultades de gestionar algunos problemas actuales, como la migración y la trata de personas, el cambio climático y el desarme”.

 

También se abordaron algunas situaciones de conflicto, inestabilidad social y graves emergencias humanitarias.

Ambos líderes aprovecharon el encuentro para grabar un video en la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, en que unen sus voces en la defensa de la dignidad humana, “tantas veces explotada y pisoteada”.

El Papa leyó en español un mensaje escrito conjuntamente con Guterres. Hicieron un llamado a la solidaridad y a la caridad con nuestros hermanos para toda la humanidad.

El mensaje

“Señor secretario general:

“Es hermoso que celebremos este encuentro en los días previos a la Navidad. Son días en los que nuestras miradas se dirigen al cielo para encomendar a Dios a las personas y las situaciones que más nos tocan el corazón.

“En esta mirada nos reconocemos hijos de un único Padre, nos reconocemos hermanos. Damos gracias por todo el bien que hay en el mundo y por todos aquellos que se comprometen gratuitamente, por quienes gastan su vida en servir, por quienes no se rinden y tratan de construir una sociedad más humana y más justa. Lo sabemos, no podemos salvarnos solos.

“No podemos, no debemos mirar para otro lado ante las injusticias, las desigualdades, el escándalo del hambre en el mundo, el escándalo de la pobreza, de los niños que mueren porque no tienen agua, comida, los cuidados necesarios.

“No podemos mirar para otro lado ante cualquier tipo de abuso contra los más pequeños. ¡Debemos combatir todos juntos esta plaga!

“No podemos cerrar los ojos ante nuestros hermanos que, por causa de los conflictos y de la violencia, de la miseria o de los cambios climáticos dejan sus países y, a menudo, van al encuentro de un triste destino.

“No podemos permanecer indiferentes ante la dignidad humana pisoteada y explotada, a los ataques contra la vida humana, sea la que todavía no ha nacido sea la de que cualquier persona necesitada de cuidados.

“No podemos ni debemos mirar a otro lado cuando en muchas partes del mundo los creyentes de distintas confesiones religiosas son perseguidos.

“Clama a Dios el uso de la religión para incitar al odio, a la violencia, a la opresión, al extremismo y al fanatismo ciego, así como usarla para obligar al exilio o la marginación.

“Pero clama a Dios también la carrera armamentística y el rearme nuclear. Y es inmoral no sólo el uso sino también la posesión de armas nucleares, las cuales tienen una capacidad destructiva tal, que incluso el mero peligro de un accidente representa una oscura amenaza para la humanidad.

“No permanezcamos indiferentes ante las numerosas guerras que todavía se combaten y que ven morir a tantos inocentes.

La confianza en el diálogo entre las personas y entre las naciones, en el multilateralismo, en el papel de las organizaciones internacionales, en la diplomacia como instrumento para la comprensión y el entendimiento, es indispensable para construir un mundo pacífico.

“Es necesario reconocerse miembros de una única humanidad y cuidar nuestra tierra que, generación tras generación, nos ha sido confiada por Dios en custodia para que la cultivemos y la dejemos en herencia a nuestros hijos. El compromiso para reducir las emisiones contaminantes y por una ecología integral es urgente y necesario: hagamos algo antes que sea demasiado tarde.

“Escuchemos la voz de tantos jóvenes que nos ayudan a tomar conciencia de lo que está sucediendo hoy en el mundo y nos piden que seamos sembradores de paz y constructores, juntos y no solos, de una civilización más humana y más justa.

“La Navidad, en su genuina sencillez, nos recuerda que lo cuenta verdaderamente en la vida es el amor”.

Mensajero de esperanza

António Guterres le dio las gracias al Papa para después leer un mensaje.

Describió a su anfitrión como un “mensajero de esperanza y humanidad por reducir el sufrimiento humano y promover la dignidad humana”.

Denunció que le entristece ver que en esta época natalicia, que es “un momento de paz y buena voluntad”, algunas comunidades cristianas son “incapaces de celebrar la Navidad con seguridad, porque cristianos han sido asesinados mientras rezaban y sus iglesias han sido incendiadas”.

Recordó también que judíos han sido asesinados en sinagogas, así como musulmanes en mezquitas.

“Necesitamos hacer más para promover el entendimiento recíproco y combatir el creciente odio”, pidió Guterres al recordar la declaración sobre la fraternidad humana que el Papa Francisco firmó con el Gran Imán de Al-Azhar para concluir que “en estos tiempos turbulentos y difíciles, debemos unirnos por la paz y la armonía”.

Al final de la reunión el líder de la ONU publicó en su cuenta de Twitter estar encantado de haber conocido a Su Santidad, el Papa Francisco, de quien dice “es un mensajero de esperanza y dignidad, apoyando los derechos humanos, a los refugiados y los migrantes, y construyendo puentes entre comunidades. Es un defensor de la protección del planeta”.

El portugués António Manuel de Oliveira Guterres es el noveno secretario general de la ONU, asumió el cargo el 1 de enero de 2017.

Francisco fue invitado a la sede de la ONU el 25 de septiembre de 2015 donde pronunció un histórico discurso ante todos los líderes del mundo que participaron en aquella 70 Asamblea General.