Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, víctimas de abusos sexuales perpetrados en Chile en los años 70 y 80 por el sacerdote Fernando Karadima, hablaron hoy sobre su reunión privada con el Papa en Roma. Dijeron que Fancisco les pidió formalmente perdón a nombre propio y de la lglesia, y que “en estos días conocimos un rostro amigable, totalmente distinto al que conocimos antes”.

Los encuentros se realizaron del 27 de abril al primero de mayo en la casa de Santa Marta. El Vaticano dijo que no habría “ningún comunicado oficial sobre el contenido de las conversaciones por expreso deseo del Papa”, pero las víctimas dieron una conferencia muy emotiva en la sede de la prensa extranjera en Roma.

A través de un comunicado leído por James Hamilton, las víctimas manifestaron que “en estos días conocimos un rostro amigable de la Iglesia, totalmente distinto al que conocimos antes.

“Pudimos conversar de manera respetuosa y franca con el Papa. Abordamos temas difíciles como el abuso sexual, el abuso de poder y sobretodo el encubrimiento de los obispos chilenos. Realidades a las que no nos referimos como pecados, sino como crímenes y corrupción, y que no se agotan en Chile, sino que son una epidemia, una epidemia que ha destruido miles de vidas de niños, niñas y jóvenes, personas que confiaron y que fueron traicionadas en su fe y en su confianza”.

Le pidieron al Obispo de Roma que “no le tiemble la mano ante los crímenes y la corrupción que hubo en Chile con los abusos, pero que también hay en el resto del mundo y no sólo en el ámbito de la Iglesia, también en las familias, en centros deportivos, etcétera, dijo Murillo. “Hay una crisis, una epidemia y el Papa tiene que hacer algo concreto, radical. La Iglesia tiene que ser aliada en esta lucha contra los abusos, no refugio de encubridores”, agregó.

Puntualizaron que el Vicario de Cristo les pidió su opinión sobre aspectos concretos del tema y que ellos le expresaron “la gravedad del encubrimiento del abuso porque lo sostiene, lo replica, lo hace impune y favorece la creación de redes de abuso dentro y fuera de la Iglesia”.

Agregaron que “conversamos acerca del ejercicio patológico e ilimitado del poder que es piedra angular del abuso sexual y del encubrimiento. Le expresamos que la Iglesia tiene el deber de transformarse en aliada y guía en el mundo respecto de la lucha contra el abuso y de ser refugio para las víctimas, cosa que hoy no ocurre”.

También manifestaron que “en nuestra vida nos hemos encontrado con sacerdotes, religiosas y religiosas comprometidas con la dignidad de las víctimas y la justicia. Personas honestas, valientes, que han logrado avances en esta lucha, son muchos y son imprescindibles”.

Los tres agradecieron la receptividad del Papa y se comprometieron a enviar sugerencias contra el abuso de parte de miembros de la Iglesia Católica, aunque dijeron que no depende de ellos que se lleven a cabo las transformaciones necesarias “para detener la epidemia del abuso sexual y encubrimiento”, por lo que esperan “que el Papa transforme en acciones ejemplificadoras sus cariñosas palabras… de no ser así, todo esto será letra muerta”.

Aseguraron que aceptaron la reunión con Francisco por las “miles de personas que han sido víctimas de abuso sexual y encubrimiento de la Iglesia Católica. Ellos le han dado sentido a nuestra visita”.

Juan Carlos Cruz dijo respecto al Santo Padre que “nunca vi a alguien tan dolido cuando pide perdón como él: el Papa fue muy solemne, estaba también muy emocionado y me dijo ‘yo fui parte del problema, yo causé esto y te pido perdón’”, y confesó que entonces rompió en llanto.

Los tres pidieron que Francisco actúe con fuerza, aunque no especificaron qué les dijo el Papa, ni las medidas que tomará para revertir la situación en Chile, donde la Iglesia Católica es la más desprestigiada de América latina, según una encuesta de Latinobarómetro que analizó la evolución del catolicismo en ese país y en América Latina entre 1995 y 2017.

En vista de la renovación que deberá darse en la Iglesia chilena, José Andrés Murillo advirtió que “hay obispos que ya están haciendo lobby para salvarse”. El nombre de Francisco Javier Errázuriz fue mencionado varias veces; las víctimas acusaron al ex arzobispo de Santiago de ser el máximo encubridor del padre Karadima y por ello un “criminal” que está libre sólo porque han prescrito sus delitos.

“Le pido públicamente al presidente de mi país que tome la decisión más sabia y apruebe la ley de imprescriptibilidad de los abusos”, dijo James Hamilton.

Juan Carlos Cruz dijo en una entrevista antes de la reunión con el Santo Padre que para él fue “el cardenal (Francisco) Errázuriz, quien manipuló información, (y) malinformó al Papa, al nuncio Ivo Scapolo, que ha sido un desastre para Chile, al cardenal (Ricardo) Ezzati y a una cultura entre los obispos de esconder pedófilos en sus diócesis y de difamar a las víctimas”.

Agregó que “Errázuriz tiene que salir del G-9, el consejo de nueve cardenales asesores del Papa, es una bofetada que siga ahí”.

Del 14 al 17 de mayo, Francisco recibirá también en el Vaticano a 33 obispos chilenos. Se esperan renuncias y quizá haya reparación del daño.

Gran cambio en pocos meses

Con lo de hoy queda atrás la severa crítica de las víctimas al Papa que se colocó en las primeras planas del mundo e hizo ver a la gira por Chile como la peor de su pontificado. La reacción fue porque Francisco calificó como calumnias las acusaciones contra el obispo chileno Juan Barros, quien ha sido señalado por encubrir los abusos sexuales de Karadima.

“El día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, voy a hablar. No hay una sola prueba en contra, todo es calumnia. ¿Está claro?”, declaró el líder de la Iglesia católica a los periodistas minutos después de haber llegado a la ciudad de Iquique, donde ofició la última misa de su gira apostólica por Chile.

Se vale rectificar, Francisco lo hizo, ahora debe actuar.

En Contextos de la Palabra hemos dado puntual seguimiento a este caso:

Comienzan las reuniones del Papa con víctimas chilenas de abusos sexuales.

Francisco recibirá este fin de semana a víctimas de Karadima.

“Es una falta muy grave que se haya engañado al Santo Padre”: arzobispo de Santiago de Chile.

El Papa reconoce “graves errores” y pide perdón por defender inocencia del obispo chileno Juan Barros.

El caso de Barros y el fiscal Scicluna.

Finaliza Scicluna su misión en Chile.