Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) Foto:SIAME
Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) Foto:SIAME

El obispo Francisco Robles ofrece que promoverán la participación ciudadana.

Ante la profunda insatisfacción y desencanto ciudadano hacia los políticos, la Iglesia católica promocionará la importancia de votar el próximo primero de julio, afirmó el cardenal Francisco Robles Ortega, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

En su mensaje inaugural de la 105 Asamblea Plenaria de la CEM, el purpurado apuntó que existe una cierta perplejidad entre los fieles respecto a qué hacer al enfrentar el desafío de la boleta electoral.

“En las más recientes encuestas la cantidad de indecisos aún es considerable y, muy posiblemente, una porción importante de ellos está integrada por fieles católicos que al no encontrar una propuesta totalmente satisfactoria a la conciencia cristiana” piensan que no deben votar, porque no hay candidato o partido que afirme los valores innegociables del cristiano, porque los políticos son corruptos o votar por el mal menor. Por eso la iglesia promocionará la importancia de votar el 1 de julio”, manifestó.

Sobre las acusaciones respecto a que la Iglesia se mete en política, Robles Ortega puntualizó: “Como pastores no debemos inducir el voto hacia partido o candidato alguno. Sin embargo, debemos anunciar con valor el evangelio y los valores esenciales que la verdad del hombre revelada en Cristo nos comunica”.

Los católicos, expuso, “concebimos a la política dentro de un marco realista, siempre construida con luces y sombras, siempre tentada por la injusticia y la mentira y siempre llamada a buscar el bien común… nunca en el territorio de la política hay soluciones perfectas y promesas aseguradas. La política versa sobre lo contingente, sobre lo opinable, sobre lo posible”.

Hizo énfasis en que casi 41 millones de votantes, es decir, casi la mitad del padrón electoral, son jóvenes de entre 18 a 38 años, cuyo anhelo de participar en las próximas elecciones es muy alto. Pero lo más importante, dijo, es que “estos millennials, como algunos les llaman, tienen esperanza… ¡Qué gran desafío tenemos como Iglesia en los jóvenes! Los jóvenes poseen nuevos lenguajes, nuevos signos, nuevos resortes motivacionales, que si logramos detectarlos e interpretarlos con empatía y simpatía descubriremos que no todo está perdido, sino que la dosis de esperanza para la sociedad y para la Iglesia es muy grande”.

Sobre el Proyecto Global de la CEM 2031-2033, indicó que “los obispos hemos nuevamente realizado un camino de reflexión y discernimiento que nos ha conducido a madurar este texto. La Iglesia católica, “a la que servimos, que peregrina en esta tierra mexicana, está llamada a aportar de manera humilde, respetuosa, dialogante e incluyente, pero valiente y proféticamente, lo que le es propio desde su fe a la construcción de este santuario de vida que es nuestra sociedad, donde nadie se quede afuera y pueda tener las condiciones necesarias para vivir con dignidad sin ninguna clase de exclusión”.

Agregó: “Nos sentimos llamados también a reconstruir este santuario sagrado que es nuestra Iglesia, como el Pueblo de Dios que desea, en comunión y fraternidad cristiana, anunciar y dar testimonio de la alegría del Evangelio”.

Las pretensiones del proyecto son “mirar alto para actuar en concreto. Iluminar con la fe la complejidad social y eclesial que tenemos delante. Seguir con fidelidad, tras las huellas de San Juan Diego, a Jesucristo que por medio de Santa María de Guadalupe nos invita a continuar construyendo en todo el territorio nacional un espacio de comunión, de inclusión y de solidaridad con todos, en especial, con los más heridos y olvidados”.