En entrevista con Andrés Beltramo, corresponsal de la agencia Notimex y colaborador de la página web Vatican Insider, el Arzobispo Primado de México, Carlos Aguiar Retes, dijo que replanteará la organización de las parroquias de la capital de nuestro país, cuya estructura actual no es efectiva para las grandes ciudades. Asimismo, aseguró que habrá transparencia y tolerancia cero con los clérigos católicos que abusen sexualmente de menores.

La reestructuración de las parroquias capitalinas se realizará mediante la creación de “unidades pastorales”, cada una de las cuales unirá a tres o cuatro parroquias con un solo equipo sacerdotal que vivirá en una misma casa y que atenderá todos los templos, sin limitaciones territoriales.

“La propuesta es que, en estas unidades pastorales, los párrocos ya no vivan en sus parroquias sino en casas comunes sacerdotales. Esto genera no sólo un ahorro económico, también garantiza una casa digna para ellos y, sobre todo, los sacerdotes pueden vivir en comunidad y no en soledad”, explicó Aguiar a Notimex.

“Con la soledad muchas veces vienen las tentaciones, en cambio cuando estás acompañado con otros que dan la vida igual que tú, se comparten experiencias, dudas, situaciones, amistad, y crece además la seguridad. Todo confluye para bien, el arte es que cambiemos la mentalidad clerical que está en el modelo anterior”, abundó.

El Arzobispo Primado dijo estar consciente de que este cambio será más difícil para los sacerdotes de mayor edad, pero dijo que este método ya fue puesto en práctica durante su gestión en las diócesis de Texcoco y Tlalnepantla, en beneficio de los feligreses.

La primera crisis

A pocos días se asumir el arzobispado (lo cual sucedió el 5 de febrero pasado), Carlos Aguiar tuvo conocimiento de una denuncia contra un sacerdote por presunto abuso sexual contra una menor de edad. Su reacción fue condenar la pederastia y asegurar una colaboración total con las autoridades, para tranquilidad de los nueve millones de fieles en la capital mexicana.

“Aprendí que lo mejor es la transparencia y dar testimonio claro de tolerancia cero. Lo había anunciado al momento de mi designación, pero no pensé que iba a tener necesidad de aplicar estos criterios tan rápidamente, es algo que no se puede ni prever ni programar”, explicó.

“Ahora me queda plenamente confirmado que no debemos tener miedo a decir lo que pasa, porque eso nos ayudará a que cada vez sean menos los casos. La mejor ayuda que podemos tener es afrontar las situaciones y conducirnos conforme a la ley para hacer las denuncias”, abundó Aguiar Retes.

Una sorpresa

El 7 de diciembre de 2017, el Papa Francisco designó a Carlos Aguiar como relevo de Norberto Rivera. El nuevo Arzobispo Primado eligió al 5 de febrero como fecha de su toma de posesión, fiesta de San Felipe de Jesús, patrono de la Arquidiócesis de México y, al mismo tiempo, el día de la Constitución mexicana: “Fue un gesto de diálogo y de apertura, porque la Iglesia debe entrar en relación con las autoridades respectivas; y al mismo tiempo, el pedir la ayuda y la protección del primer santo mexicano”.

Aunque se sentía “señalado” por la prensa como el preferido del Papa, Aguiar Retes esperaba permanecer en la Arquidiócesis de Tlalnepantla para consolidar los proyectos iniciados allí: “Estaba muy tranquilo. Para mí fue una gran sorpresa cuando el nuncio me llamó, 10 días antes del 7 de diciembre, y me dio la noticia. Le respondí: Pero yo, ¿cómo? Él me respondió: Pues sí…. No lo pedí, ni lo busqué ni lo anhelé, por eso confío en la ayuda del espíritu de Dios”

Resistencias

A unos días de cumplirse cinco años del pontificado de Francisco, Carlos Aguiar dijo que el Obispo de Roma está poniendo en práctica las reformas propuestas hace más de 50 años por el Concilio Vaticano II y que ya habían comenzado Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Reconoció que aún hay “resistencias naturales” porque muchos católicos estaban “enamorados” de sus propias “ideologías” y sus “maneras” de ser cristianos. Cuando se ha caminado mucho tiempo de una determinada manera, sintiendo que he cumplido así mi ser cristiano, que me vengan a decir que ya no es así, que mi pensamiento no es exacto y que Dios quiere otra cosa, genera una crisis. De ahí surgen las resistencias”, explicó.

“El discípulo no es sólo un individuo, tú no te puedes dar sólo la respuesta sobre lo que Dios quiere, necesitas confrontar tu mirada con los otros que quieren seguir a Jesús. Esto es difícil y está en la raíz de las resistencias que son naturales. No deben asustarnos, se darán y se seguirán dando”, concluyó Aguiar.

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