Arzobispo Rogelio Cabrera López en entrevista con Contextos de La Palabra

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) solicitará a las diócesis del país hacer una revisión de sus archivos del año 2010 a la fecha, a fin de conocer cuántos casos de abuso sexual a menores cometidos por clérigos tienen registrados.

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El arzobispo Rogelio Cabrera López, presidente de la CEM, en entrevista con CONTEXTOS DE LA PALABRA señaló: “Le vamos a pedir a cada arzobispo metropolitano que, junto con sus obispos, sus equipos y cancilleres revisen el historial de las diócesis, que se podría comenzar por actualizar del año 2010 para acá”.

Esa fecha, mencionó, es porque la ley civil especifica la obligación del obispo de informar al ministerio público si recibe una acusación, esto es algo que ya existía en la legislación religiosa.

Esa revisión, expuso, es el primer paso y posteriormente se podrá ir “más atrás para conocer los pendientes”.

Cabrera López anunció que las diócesis en sus páginas web abrirán una sección especial para atender las acusaciones que se presenten, y también se informará sobre los procedimientos a seguir para presentar una denuncia.

Esto, explicó, es para conocer “si hay algún pendiente, si no se hizo caso de alguna denuncia que se pueda reactivar lo tenemos que hacer. Hemos dicho a las familias de las víctimas que si hay algún pendiente, pues tenemos que corregir”.

Del encuentro sobre la protección de menores en la Iglesia, realizado del 21 al 24 de febrero pasado en el Vaticano, el presidente de la CEM aseguró estar satisfecho, porque se trataron tres temas fundamentales: responsabilidad, rendición de cuentas y transparencia mediática.

Además, las conclusiones fueron lo más importante, pues a la iglesia se “nos pidió estar de parte de las víctimas, cambiar el modo de pensar para enfocarnos al grave daño que han recibido las víctimas”.

“También se insistió en la formación de los sacerdotes para prevenir cualquier posibilidad de riesgo de abuso para menores”, agregó.

Cabrera López manifestó que las líneas guía solicitadas por el Papa a las conferencias episcopales para prevenir estos abusos y orientar a los obispos a seguir los procesos, “no son solo consejos, sino normas que hay que cumplir, y nos tocará en el consejo de presidencia y a toda la CEM estar al pendiente”

En éstas se ha delineado tres cosas importantes: que “se haga justicia a las víctimas, estar atentos a la sanación de las heridas de las víctimas, cada obispo y comisión diocesana estar atentos a la búsqueda y escucha de caminos de salud para la víctima y, desde luego, la responsabilidad que tenemos con aquel que ha cometido el delito para que tenga seguimiento y no vuelva a ocurrir. Hay que prevenir, pero también proteger el futuro de la sociedad”.

En México, explicó esas líneas guía cada obispo las va a adecuar a las leyes civiles de su estado y también de acuerdo con sus tribunales eclesiásticos. Pero “ahora la novedad es que a nosotros (CEM) nos toca urgir a cada obispo el cumplimiento de esas líneas, porque en la Iglesia cada obispo tiene autonomía en su diócesis y sólo el obispo metropolitano puede insistir en el cumplimiento de este deber. Ahora el Papa nos ha dicho que la conferencia episcopal tiene también el deber de insistir, atender y checar que los obispos cumplan con su deber”.

De los retos para la CEM después del encuentro, dijo: “Primero que las líneas guía sean dadas a conocer en cada diócesis adaptándose a los códigos civiles y penales de cada estado, si son más de una diócesis en un solo estado que lo hagan juntos, esto es lo principal que se debe hacer, también revisar que los casos pendientes lleguen a su cumplimiento en el orden civil como en el eclesiástico”.

Sobre los cuestionamientos de organizaciones de víctimas de que en ese encuentro no se dieron novedades, Cabrera López afirmó: “No nos vamos como llegamos, primero porque es muy importante crear la conciencia de la responsabilidad y esto es novedoso, porque todos estábamos en la preocupación de esta realidad, pero ahora se grabó en la conciencia la importancia que tiene la iglesia sobre este asunto que no es un asunto menor, sino que requiere la participación de todos, como el deber que tiene el obispo, su equipo de trabajo, el deber que tienen los familiares, todos aquellos que participamos en la vida social y de la iglesia. El Papa habló con claridad, dureza y exigencia”