La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) recomendó a los obispos del país suspender las misas dominicales y actividades masivas con sus fieles, así como restringir la apertura de templos. Además, utilizar las redes sociales para unirse espiritualmente a los fieles.
En un comunicado dio a conocer una serie de recomendaciones al destacar que éstas se toman tras acatar las últimas medidas sanitarias de prevención y tratamiento para proteger la salud de la ciudadanía del inminente contagio del Covid-19.
Señaló que mientras dure la emergencia indicada por el gobierno federal y las alertas internacionales recomienda suspender:
- Los encuentros para grupos numerosos, como retiros, asambleas, congresos, jornadas y catequesis.
- Las celebraciones eucarísticas dominicales en los templos parroquiales, santuarios y capellanías. Cada obispo, en su jurisdicción, podrá dispensar de la obligatoriedad de la misa dominical. Los sacerdotes, sin embargo, no dejarán de celebrar la misa de una manera privada.
- Facilitar en la medida de lo posible, que las eucaristías sean transmitidas por las plataformas digitales y los medios de comunicación públicos y privados, de modo que los fieles puedan unirse espiritualmente a los misterios de la fe.
- Durante los próximos días, con las medidas sanitarias, los templos parroquiales, si cuentan con laicos que puedan controlar la correcta disposición de fieles orantes, pueden permanecer abiertos para la oración personal y comunitaria. Se podría exponer el Santísimo para la oración y adoración.
El Episcopado llamó a los fieles a asumir “estas medidas de emergencia nacional con serenidad, sabiduría y responsabilidad como manifestaciones de amor, solidaridad y cuidado entre hermanos”.
Encomendó “a todas las personas de nuestro país y del mundo entero a la protección de Nuestra Señora, Santa María de Guadalupe, Emperatriz de América”.
El comunicado fue firmado por el arzobispo Rogelio Cabrera López, presidente de la CEM; el arzobispo Carlos Garfias Merlos, vicepresidente; el obispo auxiliar Alfonso Miranda, secretario general; el obispo Ramón Castro, tesorero, y los obispos vocales Javier Navarro de Zamora y José López González de Nogales.
La Conferencia Episcopal Mexicana no puede estar inspirada por Dios. Los católicos debemos desconocer esa “recomendación”.
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