El cardenal Carlos Aguiar Retes presidió un momento de adoración eucarística, en el que se pidió de manera especial por el papa Francisco y por la Iglesia católica.

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Al concluir la misa dominical, en la Catedral Metropolitana, señaló:

“Reunidos ante ti, venimos Señor para interceder por nuestro Hermano el Papa Francisco, a quien quisiste encomendar el cuidado y la cura pastoral de tu rebaño. Tú, que lo nombraste heredero de tu propia misión. Te alabamos y reconocemos que tú eres el Buen Pastor y te pedimos para lo que configures, para que te imite a la perfección en el amor.

“Y a nosotros también ayúdanos para ver por aquellos que has querido encomendarnos, pues eres un Señor que da sus talentos a sus siervos para que los pongan a trabajar en tu reino… acudimos a ti con el corazón lleno de confianza para poner a nuestro Padre, el Papa Francisco, a tu resguardo.

“Tú, que quisiste que presidiera la Iglesia como su Pastor, concédele que con su palabra y ejemplo sirva a aquellos a quienes preside, para que junto con el rebaño a él confiado llegue a la vida eterna”.

La Conferencia del Episcopado Mexicano convocó a todas las parroquias del país para llamar a sus fieles a participar “en una hora santa para pedir a Dios que le dé fortaleza al Papa Francisco, ante los ataques y acusaciones que ha recibido”.

“Como Iglesia no debemos olvidar la sana y santa praxis de orar por el Vicario de Cristo, como lo hizo la Iglesia primitiva cuando Pedro estaba en prisión, la comunidad oraba insistentemente por él a Dios”, señaló el Episcopado.

¿Qué es una hora santa?

Se trata de una de las devociones litúrgicas y populares a Jesús Sacramentado más extendidas en el mundo católico. No hay una dinámica específica para su realización o un manual para su rezo, pero su objetivo es meditar sobre la Pasión y agonía de Jesucristo.

Sus inicios se encuentran en el Evangelio, en el pasaje del Huerto de los Olivos, en el que Jesús pide a sus discípulos que velen y oren para que no caiga en la tentación (Marcos, 14).

Santa Margarita María de Alacoque fue gran promotora de esta devoción.