Salvador Rangel, obispo de Chilpancingo-Chilapa, afirmó que el diálogo que sostuvo con los integrantes del narcotráfico para detener los asesinatos de candidatos ha funcionado, al menos en esa región.

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Polémico por haber revelado sus encuentros con integrantes del crimen organizado, recordó que en el actual proceso electoral “me he relacionado con esas personas, porque los mismos candidatos me han pedido que hable con ellos para que los dejen hacer su campaña política. Yo pudiera decir que ahí en la zona, en mi diócesis ha estado funcionando”.

Al ser cuestionado sobre la amnistía que propone Andrés Manuel López Obrador para los delincuentes, manifestó estar a favor de ésta pero para los campesinos que siembran la amapola, porque no se les ofrece otra fuente de trabajo. También, agregó, “para que aquellas personas que quieran cambiar de vida, darles una oportunidad”.

Al participar en el panel “Aportaciones de la Iglesia para construir la paz”, organizado por el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC), destacó que en la construcción de la paz se requiere dar “atención a los victimarios”. El diálogo, puntualizó, “aunque sea con los malos. Yo estoy convencido, y por experiencia se los digo, muchos capos de la droga quieren vivir en paz, ya no quieren más guerra”.

En su exposición, el obispo denunció que en la violencia “muchos políticos están metidos, son cómplices e incluso puedo decir que de una manera muy discreta el Ejército también, por lo menos en esa parte de Guerrero. Otra indiscreción que puedo cometer es que el mismo Ejército es el que da las armas a los grupos criminales”.