El cardenal Carlos Aguiar Retes asistió al Centro Femenil de Reinserción Social de Santa Martha Acatitla para celebrar una misa con las mujeres reclusas, a quienes les regaló un pequeño libro de los evangelios este Día de las madres.

En su homilía, el Arzobispo Primado de México dijo a las reclusas que “el venir a un reclusorio justa o injustamente es una situación de desolación, de desesperanza, pero siempre tengan en mente que no es eterna y que siempre debe estar abierta la puerta de su corazón para recuperar la libertad y volver a la vida con la sociedad”, y en este tiempo en que se encuentran en reclusión, las llamó a tener “un crecimiento espiritual”.

En la experiencia de vida de todo ser humano, comentó Aguiar, a veces “nos sentimos contentos, alegres; también tenemos experiencias en las cuales constatamos cómo Dios nos ha ayudado a salir de alguna situación difícil, y nos sentimos consolados, pero otras veces nos sentimos desolados, nos viene la angustia, la desesperación, la soledad, nos sentimos abandonados. Por eso, las palabras de Jesús deben ser siempre una expresión de esperanza, porque ninguna de estas dos experiencias que vivimos, de consuelo y alegría, o de desolación y tristeza, son eternas…”.

Entrevistado al concluir la ceremonia religiosa, llamó a los mexicanos a no vivir en crispación el proceso electoral ante el ambiente de violencia, “vale la pena ser siempre signos de institucionalidad, de relación social que nos permita ver que el mejor camino es el de la confrontación y la polémica”.

También mencionó que ya se reunió con algunos candidatos, sin especificar con quiénes, y recordó que “siempre ha sido mi política colaborar con las fuerzas políticas del país, pero especialmente cuando son gobierno. Al concluir la celebración, el cardenal les regaló a las internas un libro con los cuatro evangelios y una estampa de la Virgen de Guadalupe.

Después de la misa, llegó al centro de reclusión el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, José Ramón Amieva, con quien Aguiar Retes realizó un recorrido por el centro femenil, durante el cual regaló juguetes a los hijos de las internas.