La Arquidiócesis de Morelia confirmó el hallazgo del cuerpo sin vida del padre Miguel Gerardo Flores Hernández, quien fungía como vicario en la Parroquia de Santa Catarina de Alejandría en Jucutacato, Michoacán y que había sido reportado como desaparecido el 18 de agosto.

El cadáver del sacerdote fue encontrado en la localidad de Nueva Italia, en el municipio de Múgica, de acuerdo con un comunicado emitido por la Arquidiócesis de Morelia.

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La Procuraduría General de Justicia de Michoacán confirmó este domingo el hallazgo del cuerpo e informó que, de acuerdo con la necropsia, el sacerdote murió por disparos de arma de fuego.

El Centro Católico Multimedial informó que el sacerdote era director del Centro de Formación Familiar Infantil y Juvenil Nazareth, Asociación Civil, en Jucutacato, municipio de Uruapan, abierto en 2011, el cual tiene proyectos y programas implantados para abatir los índices de pobreza y marginación de la zona fomentando estudios y de capacitación para el trabajo en el Albergue Nazareth que ha contribuido a la formación de 34 jóvenes.

“Desde que abrimos las puertas del Albergue Nazareth, estos jóvenes han recibido alojamiento, alimentación, facilidades de estudio (becas), capacitación para el trabajo, así como espacios y medios para convertirse en líderes promotores de desarrollo comunitario. En 2016 tenemos 16 jóvenes nazarenos que estudian preparatoria o universidad en instituciones de la ciudad de Uruapan”, destaca la asociación en su página de internet.

También ofrece actividades culturales para los jóvenes, a fin de “alejarlos de los peligros de la ociosidad y propiciar espacios de convivencia e integración familiar”.

Además, asistencia social y de concientización sobre el empoderamiento de la mujer, el Centro Nazareth ha despuntado como uno de los más importantes de la zona de Uruapan por sus proyectos productivos a través de talleres de albañilería, herrería, horticultura, de crianza de aves y de fabricación de block para la construcción.

El CCM agregó que el Centro también impulsa la restauración del templo de Santa Catarina, en diversas fases, sede de la parroquia de Jucutacato, zona de Michoacán que “se compone de 52 localidades que, en promedio, doblan los porcentajes nacionales de marginación y pobreza”, pero que, desafortunadamente, es territorio en disputa entre dos cárteles particularmente violentos, sanguinarios en franca guerra: el Jalisco Nueva Generación y los Viagras.

Michoacán ha sido territorio de alta peligrosidad para la Iglesia. Llama la atención que de los tres sacerdotes desaparecidos en este sexenio 2012-2018, dos se hayan dado en la diócesis de Zamora.